El Papa, ayer, en una audiencia con peregrinos luteranos
El Papa, ayer, en una audiencia con peregrinos luteranos - EFE

El Papa advierte del riesgo de que niños y refugiados acaben «en lo más bajo de la degradación humana»

Mensaje con motivo de la 103 Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, que se celebra el 15 de enero de 2017

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El Papa ha advertido de la violencia que sufren los niños emigrantes al tiempo que ha instado a la comunidad internacional a protegerlos de los peligros que corren al abandonar sus países de origen en el mensaje divulgado ayer por el Vaticano, para la 103ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que se celebrará el próximo 15 de enero 2017.

«Los niños emigrantes acaban fácilmente en lo más bajo de la degradación humana, donde la ilegalidad y la violencia queman en un instante el futuro de muchos inocentes, mientras que la red de los abusos a los menores resulta difícil de romper», ha alertado Francisco.

En el mensaje que lleva por título con el título «Emigrantes menores de edad, vulnerables y sin voz», el Pontífice ha advertido sobre todo de la situación de los niños emigrantes que viajan solos y ha reclamado su derecho a jugar.

«Son los niños quienes más sufren las graves consecuencias de la emigración, casi siempre causada por la violencia, la miseria y las condiciones ambientales, factores a los que hay que añadir la globalización en sus aspectos negativos --ha subrayado--. Los niños constituyen el grupo más vulnerable entre los emigrantes porque mientras se asoman a la vida, son invisibles y no tienen voz».

Supervivencia

Entre las vulnerabilidades que sufren los niños, el Pontífice ha destacado «la indigencia, la falta de medios de supervivencia, a lo que habría que añadir las expectativas irreales inducidas por los medios de comunicación?; el bajo nivel de alfabetización; el desconocimiento de las leyes, la cultura y, a menudo, de la lengua de los países de acogida».

Por otro lado, ha reiterado su crítica a «la carrera desenfrenada» hacia un enriquecimiento rápido y fácil lleva porque, según ha señalado, «el aumento de lacras monstruosas como el tráfico de niños» y «la explotación y el abuso de menores». Asimismo, ha recordado que la emigración no es un fenómeno limitado a «algunas zonas del planeta», sino que es un fenómeno que «afecta a todos los continentes» y «está adquiriendo cada vez más la dimensión de una dramática cuestión mundial».

Por ello, ha explicado que los emigrantes no son solo personas «en busca de un trabajo digno o de condiciones de vida mejor», sino también de personas «que se ven obligadas a abandonar sus casas con la esperanza de salvarse» y «encontrar en otros lugares paz y seguridad».

Crimen organizado

Además, ha pedido que se intervenga con mayor rigor y eficacia ante los explotadores y abusadores de las redes de tráfico de personas para «detener las numerosas formas de esclavitud de las que son víctimas los menores de edad».

En este sentido, también ha recordado la situación de los emigrantes que son captados por el crimen organizado y terminan con frecuencia en centros de detención. «En esos casos el derecho de los Estados a gestionar los flujos migratorios y a salvaguardar el bien común nacional se tiene que conjugar con la obligación de resolver y regularizar la situación de los emigrantes menores de edad, respetando su dignidad y tratando de responder a sus necesidades. Por eso sigue siendo crucial que se adopten procedimientos nacionales y planes de cooperación entre países para eliminar las causas de la emigración forzada de los niños", ha explicado.

Finalmente, ha hecho un llamamiento «para que se busquen y adopten soluciones permanentes» que asegure respuestas a la migración afrontando la raíz del problema que, según ha señalado, son «las guerras, la violación de los derechos humanos, la corrupción, la pobreza, los desequilibrios y desastres ambientales son parte de las causas del problema».

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