Los obispos quieren estar en el Pacto Educativo junto a los padres de colegios católicos

El portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, ha explicado que los obispos quieren entrar en el desarrollo del Pacto Educativo junto a los padres de los colegios católicos (Concapa) y las instituciones que hay detrás de la escuela católica.

«Estamos por la labor, queremos sumar y que la iglesia cuente, quiere tener una voz unitaria, no atomizada, no yendo por un lado los padres de los colegios católicos, la patronal o las instituciones que están detrás de la escuela católica y los obispos por otro», ha explicado Gil Tamayo este miércoles 30 de noviembre en declaraciones a la COPE. En este sentido, ha indicado que quieren hacer «una mesa común con una propuesta».

El portavoz de la CEE, el obispo de Segovia, César Franco, y el director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Enseñanza, José Miguel García Pérez, se reunieron el pasado 18 de octubre con el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, que entonces aún estaba en funciones, tras ser convocados para dar su opinión sobre la conveniencia de un Pacto por la Educación.

Gil Tamayo ha recordado de este encuentro que el ministro estaba «muy ilusionado». «Le dije 'qué gran fe tiene' y me dijo 'me lo tendría que alabar', a lo que respondí 'claro que sí'», ha apuntado. A su juicio, ponerse en medio todavía de una «inestabilidad política» como la que se vivía antes de la investidura a empezar a tejer un pacto «dice mucho del ministro y de su estilo».

El portavoz de los obispos ha precisado que en España se han aprobado once leyes de Educación en 35 años y que esto «no hay quien lo resista». «Hay que poner un orden y dejar de hacer de la escuela un tablero de controversia política e ideológica», ha señalado.

Por ello, ha insistido en la necesidad de que todas las formaciones políticas alcancen un Pacto Educativo, aunque ha recordado que el pacto más firme es el artículo 27 de la Constitución Española «en el que las dos grandes corrientes se pusieron de acuerdo», el cual establece que «los poderes públicos garantizarán el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones».

Para Gil Tamayo, el problema que existe con la asignatura de Religión en España radica en que «hay gente que todavía vive con planteamientos muy rancios, que piensa que el espacio público tiene que ser aséptico de toda convicción religiosa» y que el católico tiene que «colgar en una percha sus convicciones religiosas» a la entrada de los lugares públicos.

Además, ha pedido que no se confunda esta materia con la catequesis pues, según ha precisado, la clase de Religión debe ir formando al alumno en aporte de valores, de historia del cristianismo, de conocimiento de la fe, en un diálogo con el resto de materias como las ciencias o la historia.

Asimismo, ha puesto de manifiesto que cada año la Iglesia se somete a un referéndum donde el 63% de los padres elige la enseñanza religiosa para sus hijos.