NARCOSMachismo, sexo y violencia: los anuncios más polémicos que han revolucionado la vía pública

Una web tachada de incentivar la trata de blancas

El pasado mes de octubre un cartel revolucionó la ciudad texana de Austin. La imagen mostraba a una joven de rasgos latinos con la bandera de México a sus espaldas y, junto a ella, un texto: «Before you get deported, get a suggar daddy» («Antes de que te deporten, consigue un amante viejo y rico»). Servía para publicitar ArrangementFinders.com, una página web que pone en contacto a hombres y mujeres que buscan un acuerdo que les proporcione beneficios mutuos. Había encargado su campaña publicitaria a la agencia de publicidad canadiense Ruby Life, que a su vez había recurrido a una tercera compañía.

El caso, no solo provocó revuelo entre los ciudadanos, sino que también llegó oídos de las fuerzas de seguridad, que no tardaron en pronunciarse. Agentes de la Unidad de Tráfico Humano del Departamento de Policía de Austin declararon a medios locales que el problema no se limitaba a que el anuncio pudiera herir sensibilidades: también podía incentivar el tráfico sexual. «Estas jóvenes, quizás no han estado en EEUU mucho tiempo y no saben cómo son las cosas. Ven ese cartel y piensan ‘esto es algo que debería contemplar e intentar’ y de pronto se ven en un mundo del que no pueden salir», explicaba un sargento encubierto. ¿El resultado? Las autoridades exigieron la retirada inmediata del polémico anuncio.

Ashley Madison, la polémica como forma publicitarse

En octubre de 2012, la empresa Ashley Madison, propietaria de una red social para facilitar infidelidades, llenó las calles de Francia con carteles en los que aparecían los expresidentes galos François Mitterand, Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, así como al actual mandatario, François Hollande, con los rostros cubiertos de marcas carmín. El texto que acompañaba la llamativa imagen rezaba: «¿Qué tienen en común? Deberían haber pensado en Ashley Madison». Se referían así a la fama de mujeriegos que tenían los cuatro dirigentes.

En el verano de 2011, el escándalo aterrizó en la Gran Vía de Madrid. Ashley Madison volvía a las andadas. La compañía desplegó un enorme cartel de llamativo color rojo en el centro neurálgico de la ciudad. En él, aparecían los rostros del Rey Juan Carlos, Bill Clinton y Carlos de Inglaterra. A las imágenes les acompañaba un texto: «¿Qué tienen estas ‘realezas’ en común? Deberían haber utilizado Ashley Madison».

La pancarta hacía clara alusión a la relación extramatrimonial que el expresidente estadounidense mantuvo con la becaria de la Casa Blanca Monica Lewinski; también a la historia de amor «prohibido» entre el monarca británico y Camilla Parker Bowles a espaldas la fallecida Diana de Gales. Infidelidades públicas y mediáticas, reconocidas por sus propios protagonistas. Sin embargo, el caso de Don Juan Carlos se presentaba mucho menos claro. Sin relaciones extramatrimoniales reconocidas por el monarca, los creadores de la campaña se basaron en rumores. El cartel fue retirado antes de lo previsto —una semana—.

Nolita, la cruda realidad de la anorexia

La imagen de una joven desnuda y con una delgadez alarmante, enfermiza, inundaron las calles más céntricas de las grandes ciudades de Italia en 2007. La fotografía, obra del exfotógrafo de Benetton Oliviero Toscani, se titulaba «No-Anorexia» y estaba financiada por la marca de moda transalpina Nolita. La imagen mostraba la crudeza de la enfermedad sin tapujos ni ambages. Es la razón por la que la campaña fue prohibida en todo el país, ante el enfado de su creador.

La edición italiana de la revista Vanity Fair entrevistó a la modelo de la fotografía, la francesa Isabelle Caro, que contó a la revista cómo los problemas familiares la empujaron a dejar de comer. Pesaba 31 kilos y padecía psoriasis e hipertricosis lanuginosa (manchas negras en la piel). Decidió posar para que la gente supiera y viera «lo que realmente es la anorexia». Murió en noviembre de 2010, víctima de su enfermedad.

Protein World

En abril de 2015, la campaña publicitaria de la marca inglesa de productos vitamínicos Protein World llenó las bocas de metro de Londres de vistosos carteles amarillos. En ellos aparecía una mujer en bikini. Junto a ella, la frase «Are you beach body ready?» («¿Está tu cuerpo preparado para la playa?») y la imagen de unos botes de pastillas para perder peso. Entonces, Twitter se transformó en un hervidero en el que bullían cientos de comentarios que calificaban el anuncio de machista. Bajo el lema «Each body is ready» («Todos los cuerpos están listos» para ir a la playa») muchos usuarios mostraron orgullosos carteles que habían sido boicoteados en señal de protesta o subieron sus fotos en traje de baño al lado de la polémica pancarta.

You're god damn right we're beach body ready. Exactly as we are. http://t.co/yzcNxmeYHC#eachbodysready#bodypositivepic.twitter.com/OLWJukWSrO

— Fiona Longmuir 🍂 (@EscapologistFi) 23 de abril de 2015

También se creó una petición en el portal Change.org. ¿El objetivo? Borrar todo rastro del anuncio en la vía pública. Algo que se logró gracias a las casi 80.000 firmas recogidas. La movilización en contra del cartel fue tal que, a través de las redes, se convocó una manifestación en el mítico y gigantesco Hyde Park, pulmón de Londres por antonmasia.

Benetton, la novia de la polémica

Una mujer de rodillas vestida de negro; junto a ella, un cuerpo cubierto con una sábana blanca; a su lado, un enorme charco de sangre en el que se refleja la cara de desesperación de otra mujer. La imagen, un homicidio de la mafia italiana ocurrido en 1982 en Palermo, formaba parte de una serie de siete instantáneas que, juntas, constituían la campaña primavera-verano 92 de Benetton. La hija del muerto, anunció que iba a demandar a la marca italiana. «¿Cómo la muerte de mi padre puede entrar en la publicidad para unos jerseys?», espetó.

Con la selección, Oliviero Toscani pretendía mostrar el drama humano. El fotógrafo, que dejó de trabajar para Benetton en el 2000 tras la controvertida campaña que mostraba los primeros planos de condenados a muerte en Estados Unidos, también eligió otras fotografías no menos polémicas. Es el caso de la foto en que David Kirby muestra a un hombre moribundo, enfermo de sida, rodeado por su familia en su lecho de muerte, al más puro estilo de la «Pietà» de Miguel Ángel. Con ella, el fotógrafo y activista estadounidense ganó el World Press Photo Award en 1991. Tampoco faltaba en en la colección la fotografía, obra de Gian Luigi Bellini, de un coche bomba ardiendo en Sicilia. Un atentado perpetrado de nuevo por la mafia.

Otra campaña muy sonada fue la que giraba en torno al uniforme ensangrentado del soldado croata Marinko Gagro, asesinado durante la guerra en la antigua Yugoslavia en 1994. Se tachó entonces a la marca de utilizar las desgracias humanas y las historias desgarradoras para aumentar sus ventas.

En 2011, la firma de ropa volvió ser diana de las críticas. Manipularon las imágenes de los principales líderes políticos del mundo para fundirlos en un tórrido beso. Sarkozy y Merkel, Obama y Hugo Chávez, el Papa y el imán egipcio Ahmed Mohamed el-Tayeb... Personajes de ideología contrapuesta sellaban la paz de esta forma tan curiosa. Las quejas y las prohibiciones no se hicieron esperar. Además, la campaña recordaba a otra de 1991: la marca usó la provocadora fotografía de un cura y una monja besándose. La campaña fue prohibida en Italia por presiones del Vaticano y retirada en Francia.

CK y D&G: orgías y violaciones masivas

Nada más colgar el enorme cartel de Calvin Klein que ocupaba cinco plantas de la fachada lateral un edificio del Soho, el revuelo se adueñó de Nueva York. ¿La razón? El elevado tono erótico de la fotografía, que mostraba a cuatro jóvenes recostados en un sofá, con los torsos desnudos y besándose (2009). Algunos de los modelos parecían casi adolescentes. El temor a que la imagen pudiera incitar a la práctica de orgías sexuales, así como de que distrajera a los conductores que pasaban por aquella zona tan transitada; hizo que se pidiera que se eliminase la pancarta.

Otra conocida marca que tampoco ha logrado zafarse del escándalo es Dolce & Gabbana. Cuando en marzo de 2015 Kelly Cutrone, una publicista de moda y juez en el programa de televisión «American Next Top Model», calificó de machista el anuncio lanzado por la pareja de diseñadores italianos en 2007, una ya casi olvidada polémica resurgió. La imagen, una modelo tirada en el suelo y rodeada de hombres que no le quitan la mirada de encima, fue comparada con la simulación de una orgía o, incluso, de una violación en grupo.

Tabaco y sexo

En junio de 2007, la empresa Winston-Salem lanzó en Israel una campaña de publicidad para anunciar su marca de tabaco Kiss. El Ministerio de Salud israelí presentó una denuncia formal contra el anuncio. Alegaba que se pretendía mostrar a las cajetillas de tabaco como si fueran personas en actitud obscena y provocativa. Algo que prohibía de forma tajante la ley del país.

En 2010, el sexo volvió a aparecer unido al tabaco. Esta vez se trataba de la campaña que llevó a cabo la Asociación de los Derechos de los no Fumadores de Francia, un trabajo que se le en cargó a la agencia publicitaria BDDP & Fils y que intentaba concienciar a los jóvenes del peligro al que se exponen al empezar a fumar. Una serie de imágenes idénticas en las que solo cambiaba el protagonista enseñaban a un adolescente arrodillado frente a un adulto y con un cigarro en la boca. Debajo, el eslógan: «Fumer, c'est être l'esclave du tabac» («Fumar es convertirse en esclavo del tabaco»). Numerosas asociaciones e incluso, la entonces secretaria de Estado para la familia, Nadine Morano, demandaron el anuncio ante la Justicia gala.

Tom Ford, The rules of attraction, YSL: demasiado explícitos

El siempre polémico Tom Ford levantó ampollas con su anuncio de colonia para hombres. Para atraer al público masculino, se fotografió el tarro tapando algunas partes del cuerpo de una mujer desnuda, con lo que se dejaba muy poco a la imaginación. La imagen fue amonestada por los consumidores por ser «sexualmente explícita». Aunque la verdadera polémica llegó de la mano de su campaña de gafas de sol, vetada en Italia por ser «marcadamente vulgar» y porque ser considerada machista y degradante para la mujer. En ella, una mujer mordía el dedo corazón de un hombre.

Otro anuncio prohibido, esta vez en Estados Unidos, fue el cartel promocional de la película «The rules of attraction». Ver a juguetes copulando se consideró «ofensivo y obsceno».

Por su parte, en 2002, otra de las casas de moda más conocidas y prestigiosas, Yves Saint Laurent, escandalizó al mundo con la publicidad que anunciaba su colonia M7. Un hombre, Samuel Dekeber, vicecampeón del mundo de aikido (un arte marcial), aparecía totalmente desnudo en un plano frontal. Una imagen que muchos acusaron de ser demasiado explicita.