Muere a los 117 años la italiana Emma Morano, la más anciana del mundo

Confesaba que el secreto de su longevidad era el comer tres huevos al día, carne cruda y llevar una vida regular. Su médico a ABC: «Siempre estuvo contenta con lo que le dio la vida»

CORRESPONSAL EN ROMA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Ha muerto la decana de la humanidad. La italiana Emma Morano, la persona más anciana del mundo ha fallecido este sábado a la edad de 117 años y 137 días en su casa de Verbania, en la región de Piamonte, al norte de Italia. Desde hace unos años no salía de su casa y hasta hace poco acogió a periodistas de todo el mundo y estudiosos de los cinco continentes, que acudían llenos de curiosidad para conocer cuál era el secreto de su longevidad. Sus respuestas, llenas de espontaneidad, llamaban la atención de sus interlocutores, sobre todo cuando contaba los detalles de su dieta: Tres huevos diarios y carne cruda, una dieta que sorprendían a los expertos y guías de la sana alimentación.

Emma Morano nació en 1899 y su vida ha cabalgado en tres siglos, lo que ha permitido ver a once Papas, desde León XIII hasta Francisco. Solo cuatro personas en el mundo lograron vivir algún tiempo más que ella.

Su larga vida estuvo marcada por alegrías y dolores. Trabajó en la industria textil y de cocinera, jubilándose en los años 50. Fue una de las primeras mujeres en Italia en divorciarse, porque el marido la maltrataba. Perdió un hijo de cinco meses y ya no volvió a casarse. Una característica suya era el buen humor. Cuando se le preguntaba por su salud, siempre respondía: «Estoy bien, como un Papa».

Emma Morano contaba siempre que la clave de su longevidad estaba en habituarse a horarios regulares, mantener un espíritu positivo ante el futuro y seguir una buena dieta. Una hermana de Emma Morano vivió 102 años, lo que indica que, sin duda, en su longevidad contaba la genética, según comentó a ABC su médico Carlo Bava: «Estoy convencido de que es una cuestión genética. Ella fue siempre contra tendencia: Poca fruta, poca verdura. Cuando la conocí, en 1990, comía tres huevos: Dos crudos en la comida y para cenar otro en tortilla francesa. En los últimos tiempos ha comido dos diarios y galletas. Y nada de farmacia. Ni siquiera se puso nunca la vacuna contra la gripe. Medicinas solo para algo puntual», nos explicó su médico.

El país ha recibido con cierta emoción la noticia de su muerte porque la consideraban la «nonnetta» (abuelita). Su médico subraya que será recordada no solo por su longevidad, sino también por su estilo de vida: «Siempre estuvo contenta con lo que le dio la vida. Nunca la vi angustiada por ver que envejecía”.

Ver los comentarios