La Selectividad es uno de los momentos de mayor tensión y nervios para los estudiantes
La Selectividad es uno de los momentos de mayor tensión y nervios para los estudiantes - EFE
Sociedad

Los mejores consejos para aprobar Selectividad

Cerca de un 97% de los alumnos que se presentan superan al año la prueba y del 3% restante, un 1% suspende por no poder presentarse

Madrid Actualizado: Guardar
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Este martes 6 de junio arrancan los exámenes de Selectividad en Madrid, Comunidad Valenciana, Extremadura, Baleares, Aragón y La Rioja. El miércoles, lo hacen en País Vasco, Castilla-La Mancha, Galicia, Asturias, Navarra y las Islas Canarias. El jueves, en Cantabria. Y la semana que viene, en Cataluña, Andalucía, Castilla y León, Región de Murcia, Ceuta y Melilla.

La ahora denominada EvAU, o Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad, ha llegado un año más, y marcará el futuro académico de cerca de 300.000 jóvenes de toda España que este año se enfrentarán a ella. Pero, ¿es posible afrontar esos exámenes sin ser víctimas de la tensión, la presión y sobre todo, los nervios?

El psicólogo y profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, Fernando Miralles, así lo considera.

«Los alumnos que se enfrenten a la Selectividad deben saber que, si han llevado el curso al día, es muy complicado que la suspendan», asegura a ABC. «De hecho, solo un 3% de los estudiantes suspende Selectividad, y de ese 3%, en torno a un 1% son chicos que finalmente no se presentan a los exámenes», añade.

La confianza, fundamental

Para el experto, hay «unos truquillos» que todo alumno debe seguir para entrar a la prueba con confianza. «Los estudiantes no deben hablar del examen antes de entrar a él con los compañeros. Así estarán más tranquilos. Tampoco estudiar nada en profundidad en las horas previas, porque lo que se sabe se sabe. Para controlar los nervios es bueno incluso hacer deporte o hacer respiraciones profundas para relajarse», explica.

Según Miralles, hay un periodo de tiempo que es clave para los alumnos: el que transcurre entre que estos se sientan en el pupitre sobre el que harán el examen hasta que el profesor les entrega la prueba. «Es un momento de alta tensión, pero ahí el estudiante debe pensar en otros aspectos de su vida, más banales, como sus vacaciones, por ejemplo», comenta. «Es también importante llevar un reloj para controlar el tiempo, estructurar la información por párrafos, subrayar las ideas más importantes, porque los profesores que luego corrigen prestan atención a lo subrayado, y dejar cinco minutos al final del examen para repasarlo. Además, si alguna palabra no se sabe cómo se escribe con certeza, mi consejo es que se busque algún sinónimo».

Otro factor con el que tienen que lidiar estos estudiantes es el locativo: el lugar en el que harán la prueba. Para los alumnos, acostumbrados a la acogida y cercanía de colegios e institutos, el paso tan abrupto a la Universidad puede resultar algo disonante, y por ello Miralles les recomienda una primera toma de contacto, previa al examen, con el emplazamiento. «No es lo mismo para un estudiante tener que hacer un examen en el centro en el que estudia, con el que está más familiarizado, a hacerlo en una Universidad, que impresiona más. Lo que más miedo nos da a los seres humanos es lo desconocido. Por eso, si los alumnos van a conocer el sitio en el que harán el examen antes de enfrentarse a él, los niveles de ansiedad bajarán», considera.

El peligro de los «smartphones»

Miralles incide también en otro aspecto, más que presente también en las vidas de casi todos los jóvenes que afrontarán la EvAu y que puede resultar de lo más perjudicial: la adicción a los «smartphones». «Es más que aconsejable que los alumnos no hagan caso del móvil mientras están haciendo los exámenes del día, ni siquiera en los descansos, que deben aprovechar para descansar, hablar con los compañeros, beber agua y comer algo sólido, pero no mirando sus teléfonos móviles», afirma. «Hay estudios que demuestran que Internet o las redes sociales, como Instagram, contribuyen a que las personas tengan más ansiedad. Y los jóvenes es lo que menos necesitan antes de un examen. Incluso, sería importante que los alumnos no prestasen nada de atención a sus redes sociales mientras duran estos exámenes, porque así están centrados en estudiar en lugar de en una pantalla», manifiesta.

El transporte hasta la Universidad también puede jugar su baza en este sentido. El experto advierte de la amenaza de los atascos. «Todos los padres van a querer llevar a sus hijos a los exámenes, con lo que pueden generarse retenciones y que los alumnos se pongan nerviosos porque piensen que van a llegar tarde», atestigua, por lo que el experto induce a los alumnos a utilizar el Metro o la Renfe como métodos de traslado a la Universidad. Y a hacerlo con tiempo. «Sería bueno que estuvieran en los centros entre media hora y 45 minutos antes de entrar al examen, para poder ir tranquilamente», cuenta.

Miralles incide en la importancia de la relajación ante el examen. «Hay alumnos que, después de meses estudiando prácticamente todo el día, tienen unos nervios tales que no pueden siquiera presentarse a los exámenes. Por ello, la noche previa deben dormir bien y muy importante: saber que tienen un respaldo detrás, que sus padres, profesores y familia están con ellos, les apoyan y confían en ellos».

El experto contextualiza sus argumentos con un ejemplo muy claro. «Mi hija se presenta ahora a Selectividad en Madrid. Hoy simplemente está haciendo un pequeño repaso, por encima, de las tres asignaturas que tiene mañana. Le he aconsejado que se acueste pronto, que descanse, y que vaya a ver el lugar en el que va a hacer el examen mañana para que no le pille de nuevas», refiere. Sus recomendaciones para los alumnos, por tanto, son cristalinas: que descansen, que estén tranquilos, que confíen en sí mismos y lo más importante, que sepan que tienen todos los apoyos del mundo para afrontar la última prueba antes del mejor verano de sus vidas.

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