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MASCOTASNo sin mi collar y mi correa

Entrenar a su perro a usar la correa no es tan difícil como parece al principio. Hoy ofrecemos una serie de consejos para que cada paseo tenga un principio y un final feliz... y sin tirones

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Aunque cada propietario de perro es poseedor de un método enseñar a pasear a un perro es sencillo; pero hay que tener paciencia y saber muy bien los pasos a seguir. He tenido y tengo perro y para mi ha sido una tarea complicada. Aún recuerdo cuando sacaba a pasear a uno de los míos que él estaba empeñado en ir al Sur y yo al Norte por lo que el paseo en la mayoría de las ocasiones era una continúa batalla que convertía un agradable paseo en una especie de ginkana. Con el tiempo y los sabios consejos de los expertos he conseguido que los paseos con mi perro se hayan convertido en una auténtica delicia. Los perros por norma y civismo deben de ir con su correspondiente correa y collar. Hay que respetar las zonas y solamente pueden ir sueltos por aquellos lugares que este permitido por las leyes municipales.

Aprender desde cachorro

Si su perro es cachorro hay que acostumbrarlo a llevar el collar todo el tiempo. Así cuando llegue a la edad -digamos adolescente- el animal se habrá acostumbrado y podrá quitárselo en casa o cuando sea la ocasión. Hay que tener en cuenta que los cachorros -dependiendo de la raza- crecen muy rápido por lo que es conveniente vigilar el collar para que nunca le presione demasiado el cuello. Los especialistas consultados recomiendan que para saber si está colocado sin problemas usted podrá meter un par de dedos entre la correa y el cuello del cachorro.

Para enseñar a nuestro perro a pasear, hay que seleccionar un lugar tranquilo, donde no se pueda distraer. Un buen lugar puede ser un parque poco transitado. La tranquilidad y la paciencia son los mejores aliados para todo tipo de aprendizaje de nuestros compañeros de paseo. En esta lección a la hora de preparar al can también hay que contar con el «dueño». Este último si quiere que el perro se sienta relajado también lo tiene que estar él. Los humanos transmitimos nuestros problemas de forma indirecta a nuestras mascotas, de un propietario nervioso casi con toda probabilidad el perro también presentará síntomas de inquietud. Para enseñar a nuestro perro a pasear, debemos estar calmados y con buena disposición, sin prisas y con ganas de enseñar y que para ellos no sea un castigo sino un juego. Cuando el animal ya está acostumbrado al collar, llega el momento de la correa. Los expertos recomiendan una correa corta para enseñarle a pasear, las correas extensibles no son muy aconsejables para que el perro aprenda a caminar a nuestro paso y junto a nosotros. También son muy recomendables los arneses pectorales.

Tipos de correas y collares

En la actualidad hay diferentes tipos de correas y collares. Al margen de los colores lo más importante es que el material sea resistente. Las metálicas o de cadena que se fijan a su collar. Hay que procurar que no sean pesadas y cortas, para siempre tener a nuestra mascota bajo control. De cuero: son resistentes y las más frecuentes. Nylon o algodón son más ligeras y son un buen elemento para la segunda fase cuando el animal ya ha aprendido a caminar junto a nosotros. Extensibles: la más popular en los últimos años le da libertad de movimientos al perro para ir por donde quiera; pero también tirones innecesarios al compañero de paseo. De cabeza o Halti: indicada para ejemplares traviesos e inquietos y así tenerlos más bajo control. Arnés: esta es una opción que se ha vuelto muy popular entre los canes y sus dueños ya que en el momento del forcejeo para detenerse o caminar, se evitan los desagradables tirones que pueden lastimar la garganta e irritar el cuello del animal. Además con esta modalidad se evita que el perro se enrede durante el paseo. Existe una amplia variedad desde los más corrientes hasta los que se emplean para caminar por el campo e incluso los que emplean los perros de la policía o los empleados en operaciones de rescate. Como decimos, ninguno es mejor ni peor que otro, hay que utilizar aquel que tanto el perro como usted se sientan más cómodos. En esto además déjese aconsejar por un experto. ¿Los precios? Hay correas desde 8 hasta arneses de 40 € . En el caso de los collares se pueden encontrar entre 4 y 20 € e incluso últimamente se han puesto de moda unos luminosos (4,99€) con led- Estos últimos ideales para tenerlo a la vista cuando se despiste en paseos nocturnos.

En el terreno de los collares como en el de las correas hay un amplio mercado. Están los tradicionales realizados en cuero o nylon. Se ajustan perfectamente al cuello del perro a través de una hebilla y pueden llevarlo sin ningún tipo de dificultad. Metálicos, realizados con eslabones, semejantes a una cadena, llevan en cada uno de sus extremos una arandela, para que se pueda fijar al cuello del perro. Collares especiales anti tirones, se sujetan al cuello y ocico del animal, ayudan a controlar mejor a nuestro compañero de paseo.

Comienza el paseo

Primero de todo haga que su perro o cachorro se siente. Póngale la correa, sitúese a su lado y comience a caminar. Paso medio, ni demasiado despacio ni demasiado deprisa. Fundamental que la correa vaya sin tensión, de esta manera no se transmite intranquilidad al animal. Si el animal se adelanta, pare en seco... ¡Nunca de tirones! Si se adelanta de manera constante en lugar de parar en seco y esperar a que la correa quede sin tensión, puede dar un giro de 180 grados y caminar en sentido contrario, repitiendo este mismo paso tantas veces como sea necesario hasta que el perro le preste atención y cuando usted gire él haga tres cuartos de lo mismo. Si esta propuesta no funciona desde la web http://www.ehowenespanol.com/ensenarle-cachorro-caminar-correa-como_112340/

comentan que otra opción es mantener en la mano algún premio (una bolita de pienso) haciendo que él camine junto a usted. Cuando lo haga, premiarlo y colocar un nuevo premio en su mano, a los dos o tres metros -si lo hace bien- recompensarle de nuevo. Caminando sin parar vuelva a repetir el proceso y premiarlo a los cinco o seis metros. ¿El truco? Está en ir alargando el tiempo en el que recibe su recompensa, de forma que camine junto a usted – ni adelantándose ni dando saltos- y obtenga su premio.

Cuestión de tiempo

Este tipo de enseñanza no se consigue en un día, ni en una semana, ni siquiera en un mes. Hay que ser constantes y como decimos no perder la paciencia a la primera de cambio. Nadie viene a este mundo con el libro de instrucciones aprendido. Hay perros listos que en un mes aprenden a pasear de manera correcta, sin embargo hay otros que les cuesta más. En esto lo importante no es el tiempo; sino el tratar de considerarlo como un entretenimiento. No sacrificamos nuestro tiempo; sino que compartimos ese tiempo con nuestro más fiel y buen amigo. La edad de dos meses es la más indicada para comenzar a enseñar a nuestro perro a ir con collar y correa.

A modo de resumen diremos que según adiestradores caninos consultados, lograr que el perro no dé tirones de la correa -el principal problema- no es complicado si se siguen algunos sencillos trucos como son: tratar de conseguir que el paseo sea divertido para el perro (el can relaciona el accesorio con una experiencia positiva), olvidarse de los castigos, no responder a los empujones (ante un tirón no responder con otro, solo conseguirá que el animal se asuste y el problema se agrave), utilizar premios con bolitas de su pienso (de este modo, el animal estará pendiente de nosotros, caminará más cerca de nosotros y estará más atento). Con estos simples pasos podrá evitar o enseñar al perro a no tirar de la correa. Además no hay que olvidar que el aprendizaje es cosa de dos: del perro y de su dueño.

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