Emma Morano, en su casa de Verbania hace unos años
Emma Morano, en su casa de Verbania hace unos años - ABC

LongevidadLa última superviviente del siglo XIX

A sus 116 años, la italiana Emma Morano es la persona más longeva del mundo y la única nacida antes de 1900

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«Estoy bien, tranquila, como un Papa», respondía con humor Emma Morano cuando se le preguntaba hace unos años cómo se encontraba. Esta italiana de 116 años ha vivido dos guerras mundiales y ha conocido nada menos que a once Pontífices, desde León XIII hasta Francisco. Es la persona más longeva del mundo y la única que queda con vida de los nacidos en el siglo XIX, tras el fallecimiento ayer en Nueva York de la estadounidense Susannah Mushatt Jones.

«La abuela de Europa», como se le conoce popularmente a Emma Morano Martinuzzi, nació en Civiasco (Italia) el 29 de noviembre de 1899, siendo rey Humberto I de Saboya. Cuando aún vivía Giuseppe Verdi y en España gobernaba como regente María Cristina durante la minoría de edad de Alfonso XIII.

Con poco más de un año de vida entró en el siglo XX (1901), pero puede presumir de ser la única persona del mundo de la actualidad que ha vivido en tres siglos.

Hija de Giovanni Morano y Matilde Bresciani, Emma era la mayor de ocho hermanos. A los 13 años comenzó a trabajar, confeccionando bolsas y se jubiló 47 años después, allá por 1954. Hace más de 60 años. Y hace casi 80 que dejó a su marido, fallecido en 1985. Fue una decisión inusual en aquella época. «Creo que fui una de las primeras en Italia», contó al diario « La Stampa» antes de explicar que «mi marido me maltrataba y después de la enésima humillación decidí separarme en 1938». El año anterior había perdido un hijo, a los seis meses de nacer.

Solo un año después estallaría la Segunda Guerra Mundial. Esta anciana que reside en Pallanza, Verbania (Piemonte), recuerda los desfiles del fascismoy su trabajo en la fábrica confeccionando sacos. Nunca pisó Roma, pero recuerda haber estado en Génova y haber visto el mar.

En noviembre pasado celebró su 116 cumpleaños en su casa de Verbania, rodeada de sus familiares y amigos. El jefe del Estado italiano, Sergio Mattarella, le envió una felicitación por celebrar esta «excepcional meta» de edad «jamás alcanzada antes por un italiano» al superar a Dina Manfredini, que vivió 115 años y 257 días.

También el Papa Francisco le envió un mensaje deseándole «buena salud, serenidad de espíritu y todo tipo de bien».

Sus secretos de longevidad

Estar soltera ha sido uno de los secretos de su longevidad, señaló en una entrevista en «The New York Times». Nunca quiso casarse de nuevo. «No quise volver a estar bajo el mando de nadie», decía.

El otro, habituarse a horarios regulares, mantener un espíritu positivo ante el futuro y seguir una buena dieta, que en su caso comprendía «tres huevos al día, que en los últimos años se han reducido a dos, uno crudo y otro cocido, como me aconsejó el médico cuando yo tenía 20 años», época en la sufría de anemia. El resto del menú, según relataba Ángel Gómez Fuentes en ABC, es también simple: un poco de carne picada cruda, un plato de sopa de fideos y alguna fruta, especialmente un plátano liofilizado. Le gustan los dulces y algunas veces rompe esa rutina culinaria con chocolatinas.

Su genética a buen seguro que ha influido ya que algunos de sus familiares han vivido 90 años, una de sus hermanas llegó a los 100 y hace apenas cinco años que falleció su hermana Angela, a los 102 años.

Morano, que nunca se ha vacunado contra la gripe, sigue viviendo sola a sus 116 años, en un apartamento de dos habitaciones junto al lago Maggiore. Hace años que no lo ha visto, porque ya no sale de casa. Una sobrina la visita cada mañana y le prepara la comida. Su médico la visita una vez al mes para hacer los controles rutinarios.

Emma se muestra satisfecha con su vida y evoca aquellos años felices de su juventud en los que bailaba el vals. Los últimos años los vive tranquila. «¿Tiene miedo a la muerte», le preguntó «La Stampa» en 2011. «No. Cuando venga que venga», respondió esta superviviente del siglo XIX que imagina el paraíso como «un lugar donde se está bien». Aún le quedan 6 años para alcanzar a la francesa Jeanne Calment, que falleció en 1997 con 122 años. Fue la persona que más ha vivido en la historia.

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