Un ex fumador hace un gesto de no al tabaco, rompiendo unos cigarrillos
Un ex fumador hace un gesto de no al tabaco, rompiendo unos cigarrillos

Las leyes que han conseguido que 1,2 españoles dejen de fumar

Desde la entrada en vigor de la primera norma en 2005 se han reducido en un 11% el número de infartos y en un 10% los casos de asma infantil

MADRID Actualizado: Guardar
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El mejor legado de las ex ministras de Sanidad, Elena Salgado, y Leire Pajín a la salud de los españoles fueron dos normas que regularon, por primera vez en España, el consumo de tabaco. La primera se aprobó en 2005, prohibió fumar en zonas de trabajo y acotó las zonas donde se podía fumar en los locales de restauración. Seis años después entró en vigor una nueva norma que endureció aún más la ley Salgado y vetó el tabaco en todas las zonas públicas, incluidos los locales públicos de ocio.

Desde 2011 no se puede fumar en ninguna zona pública, ni bares, ni restaurantes ni discotecas. La prohibición se extendió también a las puertas de los hospitales, los parques infantiles y los colegios.

Aquella legislación se aprobó tras un año de debate y enfurecidas críticas.

Entonces se dijo que la legislación no sería útil, que no ayudaría a reducir el número de fumadores y que solo perjudicará a la hostelería. Las cifras que maneja la Sociedad Española de Medicina de Familia (semFYC) muestran lo contrario. Desde la entrada en vigor de las leyes antitabaco se han reducido un 11 por ciento los ingresos por infarto cardiaco y, al menos, un 15 por ciento por asma infantil, según ha informado el Grupo de Abordaje al Tabaquismo (GAT) de la semFYC). También ha mejorado la salud respiratoria de los trabajadores de la hostelería y han dejado de fumar, entre 2009 y 2014, 1,2 millones de personas adictas al tabaco. Y los que continúan con el hábito consumen menos cigarrillos al día que hace diez años. El cumplimiento de la normativa también es muy amplio y supera el 95%, según esta sociedad científica.

Locales más contaminados que Pekín

La exposición de la población al humo de tabaco ambiental se redujo en un 77 por ciento en los centros de trabajo, en un 57 por ciento en los lugares de ocio y en un 31 por ciento en los hogares. Asimismo, la contaminación por partículas finas (PM 2,5) en los locales de hostelería descendió en más de un 90 por ciento tras la entrada en vigor la Ley.

«Antes de 2010 en un alto porcentaje de locales de ocio, los niveles de contaminación por estas partículas eran mucho más elevados que en los días de mayor polución en ciudades como Pekín», aseguró en un comunicado, Ana Mª Furió de semFYC.

Respecto a las ventas de tabaco, desde el 2010 y hasta el 2015 han disminuido en un 50 por ciento. En opinión de los especialistas, esto se debe no solo al descenso de los fumadores y al menor número de cigarrillos consumidos diariamente sino a la coincidencia con la crisis y con la introducción de la imposición sobre las labores del tabaco como medida para elevar su precio.

La Encuesta Europea de Presupuestos Familiares que se realiza cada año también muestra que el gasto de las familias en bares, restaurantes y cafeterías disminuyó con la crisis pero lo hizo más en los años previos a la Ley que en los posteriores, por lo que no se puede establecer una relación con el veto al tabaco y los beneficios de la hostelería.

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