El presidente francés felicita a su ministro de Exteriores, hoy en París
El presidente francés felicita a su ministro de Exteriores, hoy en París - AFP
PERFIL DEL MINISTRO DE EXTERIORES GALO

Laurent Fabius, el conseguidor del pacto por el clima

El ministro del Gobierno de Francia y presidente de la Cumbre del Clima de París será recordado por muñir un acuerdo crucial contra todos los egos y fuerzas políticas del mundo

Enviada especial a París Actualizado: Guardar
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Más allá de la mayor o menor ambición de este acuerdo, la Cumbre de París será recordada por haber sido dirigida con mano firme por el ministro de Asuntos Exteriores galo, Laurent Fabius, que ha actuado como presidente de esta reunión. Lo habitual en estas citas climáticas es que sea el ministro de Medio Ambiente quien asuma la Presidencia, pero el presidente galo, Francois Hollande, decidió que fuera Fabius y no Ségolène Royal, ministra de Ecología, quien desempeñara este papel.

Algo que no debió de sentar muy bien a la mediática Ségolène que casi cada día ha recorrido la Cumbre acompañada de dos cámaras de su departamento que van registrando todo lo que hace. Los periodistas hemos bromeado estos días aquí con que cuando uno ve una nube de reporteros y cámaras hay un 99% de probabilidades que en el centro del círculo esté ella, al que algunos ya han puesto el apodo de Miss COP.

La sustitución de Royal por Fabius recordaba a lo ocurrido en la cumbre de Copenhague en 2009, cuando el primer ministro danés Lars Rasmussen sustituyó en el tramo ministerial a Connie Hedegaard, en aquel momento ministra de Clima y Energía en el Gobierno danés y que luego fue comisaria europea de cambio climático. El trabajo de Rasmussen, que convocaba reuniones a espaldas de algunas delegaciones y plenarios eternos sobre textos sin consensuar, y que finalmente dejó hacer a los chinos y estadounidenses lo que quisieron entre bambalinas -en contra de los intereses de la propia Unión Europea-, acabaron dando al traste con las grandes expectativas puestas en aquella cita.

Precisamente esas expectativas -todo el mundo tiene claro lo que puede salir de aquí y lo que no- es lo que ha manejado con mucho tino Laurent Fabius, quien ha dirigido el proceso marcando unos ritmos estrictos y sin desviarse de la cuestión central, salir de aquí con un acuerdo. Los primeros días del tramo ministerial dividió el trabajo en grupos y al frente de cada uno de ellos puso a dos ministros, en algún caso con alguna elección peligrosa, como poner al frente del grupo de Pérdidas y Daños a Arabia Saudí -que reclama compensaciones por dejar de utilizar petróleo-, o a la durísima jefa de delegación venezolana, Claudia Salerno, al frente del preámbulo, cuando es uno de los diez países que no ha presentado contribución de recorte de emisiones. «Es como poner a cuidar las ovejas al lobo», dijeron fuentes de la negociación.

«Se lo debemos a Chávez»

Salerno, actual embajadora de Venezuela en Bélgica, quien lleva en la solapa de su chaqueta un pin con la cara de Hugo Chávez, se mostró confiada el jueves por la tarde en que se llegaría a un acuerdo y dijo a este diario que «si alguien le debe este pacto climático a alguien es a Chávez, pues Venezuela tuvo el valor de decir que no al acuerdo en Copenhague». Curiosa forma, cuando menos, de ver el proceso, pero el hecho de sentirse incluidos desde el primer momento ha hecho que éste y otros países hayan facilitado la consecución de un acuerdo.

La transparencia ha sido la clave de esta cita. Como dijo a Efe hace unos días Yvo de Boer, secretario de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático entre 2006 y 2010 y ahora director del Instituto Global para el Crecimiento Verde, «hay 20.000 personas en esta conferencia y la mayoría de ellas están completamente paranoicas. Como esas personas tengan la sensación de que pasan cosas a puerta cerrada todo se irá al traste». Fabius lo ha manejado con templanza y sangre fría, y la Prensa francesa dice que quiere que el Acuerdo de París sea su legado político. El jueves en el Plenario el delegado de Timor Este le espetó: si usted consigue poner a toda esta gente de acuerdo merece que le nominemos al Nobel de la Paz.

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