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El Ballet Nacional de España junto a 20 jóvenes con síndrome de Down - ABC

Jóvenes con síndrome de Down hacen su mejor port de bras con el Ballet Nacional de España

Viente jóvenes con síndrome de Down realizaron un ensayo con el Ballet Nacional de España para una obra que llevarán a los Teatros del Canal y que busca recaudar fondos para el proyecto «Emociones», que busca mejorar el bienestar emocional de este colectivo

MADRID Actualizado: Guardar
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«Me ha encantado bailar, me he dado cuenta de que quiero dedicarme a esto», sentencia Santiago.

Este joven de 18 años ha ensayado por primera vez con los 40 bailarines del Ballet Nacional de España en su sede en el Matadero de Madrid. Delante del espejo, escuchaba las indicaciones del director, Antonio Najarro: «Como si fuerais toreros, dais un muletazo...Luego, las manos al pecho y después un saludo...». El ensayo terminó con unos taconeos esponténeos mientras una lluvia de aplausos y flashes cegaban la sala. Y es que no fue un día cualquiera para el Ballet. Tampoco para Santiago, que después de haber vivido esta experiencia decidió a qué se dedicará el resto de su vida.

Él y otros 19 jóvenes con síndrome de Down realizaron, por iniciativa de la Fundación Gmp, un ensayo con el Ballet Nacional para una obra que llevarán a los Teatros del Canal el próximo 10 de diciembre, Alento, y que busca recaudar fondos para el proyecto «Emociones» de Down España

que busca mejorar el bienestar emocional de este colectivo. Se trata de un área en la que no se había trabajado hasta ahora y que consideran clave para mejorar su desarrollo familiar, personal y afectivo.

Precisamente las emociones de los chicos con síndrome de Down han sido el motivo de este encuentro tan especial. «Son jóvenes introvertidos y que les cuesta controlar las emociones. La danza en general y la española en particular, tan expresiva, es una vía de escape para que puedan expresarse a través del movimiento, para que puedan «modelar» sus sentimientos», explica Najarro que reconoce que la danza es necesaria para personas con o sin discapacidad porque permite desinhibirse, proporciona una mejor ubicación en el espacio e, incluso, ayuda a nivel afectivo.

«Lo llevo por bandera, siempre digo que la gente que no conoce la danza tiene que hacer el esfuerzo por descubrirla. Dicen que correr es bueno, pero bailar es mejor aún».

El Ballet Nacional de España junto a 20 jóvenes con síndrome de Down
El Ballet Nacional de España junto a 20 jóvenes con síndrome de Down - ABC

«Quiero venir otra vez aquí, me ha gustado muchísimo», dice Ana entusiasmada, escoltada en todo momento por «su» bailarina Inma, que muestra su sorpresa por la rapidez con la que ha aprendido, «¡Nos va a quitar el puesto!», bromea. «Nosotros solemos tener vergüenza al principio, es increíble cómo ellos expresan lo que sienten y lo echan todo fuera. Me parece mágico», confiesa Inma.

Y es que para los bailarines también supone una experiencia enriquecedora. «Es una experiencia maravillosa y, además, al enseñar también se recibe», explica Pilar. «Vienen con mucha energía y una sonrisa en la cara y se vuelcan, quieren aprender todo el rato, es increíble», agrega Antonio.

Aparte de ser un canalizador de emociones, la propuesta del baile también se planteó para que los jóvenes puedan mejorar a nivel físico. «Al bailar se transmiten sentimientos y en ese sentido, es beneficioso para todo el mundo. En el caso de ellos, hay cosas que no pueden expresar a nivel verbal y con la danza encuentran una vía importante. Por ejemplo, se puede sacar un gesto de enfado mientras zapateas que en tu día a día no sacas», explica Pilar.

Para el ensayo han contado con jóvenes con síndrome de Down que ya pertenecen a compañías de danza como Psico Ballet Maite León, Danza Down o chicos de Toledo de gimnasia rítmica. «Hemos querido llamar la atención a la sociedad para que se vea que las personas con Down pueden bailar, es un mensaje sobre la inclusión», cuenta Beatriz Prieto, responsable de comunicación de Down España.

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