La doctora Terrasa, a su llegada al Juzgado de Palma
La doctora Terrasa, a su llegada al Juzgado de Palma - EFE
Sociedad

La jefa de Oncología del Hospital Son Espases mantiene sus dudas sobre el efecto curativo del Minerval

La doctora ha declarado como testigo ante el juez que investiga la presunta comercialización de este supuesto fármaco contra el cáncer

Palma de Mallorca Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La jefa de Oncología del Hospital de Son Espases de Palma de Mallorca, Josefa Terrasa, ha declarado este jueves, en calidad de testigo, ante el titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Palma, Enrique Morell, que investiga la presunta comercialización de un supuesto fármaco contra el cáncer, denominado Minerval.

La doctora fue una de las primeras personas que, hace dos años, alertó de un posible uso fraudulento de ese producto, todavía en fase de pruebas clínicas. Terrasa incluso trasladó en aquel momento sus sospechas al Colegio de Médicos y a la Universidad de las Islas Baleares (UIB).

Tras su comparecencia de esta mañana, la doctora ha declinado pronunciarse sobre el contenido de su declaración ante el juez.

En cualquier caso, sí ha señalado ante los medios que cuando expresó sus dudas sobre la posible eficacia del Minerval como remedio contra el cáncer fue porque había «suficiente fundamento» para desconfiar de sus posibles beneficios. «Creo que el Minerval a día de hoy aún no tiene demostrado su poder terapéutico», ha indicado Terrasa. «Aunque hay que esperar un poco, a lo mejor lo tiene, no lo sabemos», agregó.

La doctora también ha señalado que hay que dejar que «las cosas se hagan como toca, única y exclusivamente como toca». En ese sentido, ha afirmado que «los enfermos tienen que confiar en sus médicos» y hacer preguntas a los facultativos «cuando no saben lo que han de hacer». Terrasa ha indicado, por último, que debe ser la Justicia «la que decida lo que hay detrás de todo».

Este jueves ha declarado también, igualmente en calidad de testigo, el director del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias de la Salud (IUNICS), Félix Grases. Este catedrático de la UIB ha explicado que hace un año recibió un escrito de la doctora Terrasa, en el que se le comunicaba que se estaba administrando a enfermos de cáncer un producto —el Minerval— que aún no tenía la patente como fármaco. Grases trasladó dicha carta al Consejo Social de la UIB, órgano que finalmente presentó una primera denuncia ante la Fiscalía por este caso.

«Estamos hablando de problemas muy complejos y, por tanto, se han de tratar con mucha finura», ha dicho Grases, para añadir: «No sólo por los propios pacientes afectados, que es muy lamentable, sino por quienes hacemos investigación, porque también, de alguna forma, hemos de dejar claro qué es lo que pasa en estos casos».

En el llamado caso Minerval están siendo investigados dos catedráticos de Biología Celular de la UIB, Pablo Escribá y Xavier Busquets, así como tres colaboradores de ambos. La Policía les atribuye a los cinco un presunto delito de estafa agravado.

Los investigadores policiales estiman que, globalmente, se habrían estafado más de 611.000 euros a través de la supuesta comercialización del Minerval. Hasta el momento, hay una quincena de denuncias de personas que adquirieron dicho producto con la esperanza de que pudiera ser un remedio efectivo contra el cáncer.

El citado compuesto se encuentra aún en fase de ensayos clínicos, lo que significa que por ahora no tiene aún la calificación de medicamento ni cuenta con la preceptiva autorización para poder ser vendido al público como tal.

Después de que este caso trascendiera a la opinión pública, el Rectorado de la UIB decidió el pasado 12 de abril, como medida cautelar inicial, suspender la «actividad docente» de Escribá y de Busquets. Además, ayer miércoles el rector del citado centro universitario, Llorenç Huguet, anunció que la UIB se personará finalmente en el caso Minerval.

Por su parte, Busquets y Escribá declararon ya el pasado martes, en calidad de investigados, ante el juez. Ambos defendieron su inocencia. Así, le dijeron al magistrado que el Minerval contaba con la patente de complemento alimentario desde 2003, que se habría comercializado a precio de coste y que nunca lo habrían vendido como fármaco.El juez no les impuso ninguna medida cautelar.

Escribá y Busquets colaboraban con la empresa biofarmacéutica denominada Lipopharma, que desde el primer momento se ha desvinculado por completo de cualquier posible irregularidad que pudieran haber cometido los científicos.

Las declaraciones ante el juez se desarrollaron también ayer miércoles, con la comparecencia, en calidad de investigados, del contable y del secretario de la Fundación Marathon Glioma. Según la Policía, dicha fundación «enmascaraba la venta del producto como una donación voluntaria de los familiares para la investigación».

Ese extremo fue negado por los dos citados colaboradores de la Fundación Marathon Glioma. Ambos señalaron que desconocían que se pudiera haber llevado a cabo una venta del producto. En cuanto a los ingresos que recibía dicha entidad, habrían sido siempre a través de donativos y nunca mediante contraprestaciones económicas por la distribución del Minerval. Además, los donativos se habrían dedicado, en su integridad, a becar a estudiantes y doctorandos.

Ver los comentarios