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La «tasa soda» reportará a la Generalitat 41 millones de euros

Cataluña ya grava las bebidas azucaradas y extenderá el impuesto a alimentos con grasas

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Nueva vuelta de tuerca impositiva en Cataluña, esta vez a cuenta de las bebidas con alto contenido de azúcar. Desde ayer, los consumidores de esta comunidad pagarán más por refrescos de cola, la tónica, los zumos de frutas y las bebidas con base de té e isotónicas. Después de aplazarse un mes su entrada en vigor por las quejas de fabricantes y distribuidores, la nueva tasa de la Generalitat ya está vigente, en lo que el mismo Gobierno catalán anticipa que solo es un primer paso. Tal y como explicó ayer el secretario de Hacienda catalán, Lluís Salvadó, «hay la voluntad» de extender este tipo de impuestos a todo tipo de productos con alto contenido de azúcar (como la bollería) y grasas, tal y como por otra parte recomienda la Organización Mundial de la Salud.

«El impuesto de bebidas azucaradas forma parte de una nueva cultura de impuestos. Queda enmarcado en la nueva corriente de usar los impuestos para corregir ciertos problemas que tiene la sociedad», señaló Salvadó en declaraciones a Rac1.

La supuesta voluntad educativa de la Generalitat tiene un reverso recaudatorio nada desdeñable en un contexto que, aunque de recuperación económica, sigue siendo de estrés presupuestario en la administración catalana. Según estimaciones del ejecutivo, en 2017 se recaudarán 31 millones de euros por la que se conoce también como «tasa soda», 41,3 en un año de aplicación completo.

Unidad de mercado

Los planes del Ejecutivo regional han levantado ampollas entre fabricantes y distribuidores, que denuncian la ruptura de la unidad de mercado y los perjuicios para el consumidor. Los distribuidores, agrupados en Aecoc, volvían a insistir este fin de semana en lo negativo de una tasa que, en los casos más extremos, implica recargos de hasta el 50% en el precio. Es lo que sucede por ejemplo con las botellas de dos litros de cola de marca blanca: sobre los 50 céntimos según la referencia y con un recargo de 24 céntimos (12 por cada litro).

En una tasa que se pretende «educativa», la ley especifica que es obligatorio «repercutir el impuesto al consumidor final». Grandes cadenas como Mercadona informaban ya a sus clientes el pasado sábado de la aplicación del recargo.

Los planes de la Generalitat pueden quedar anulados si el Gobierno, tal y como recoge en el Plan de Estabilidad remitido el sábado a la Comisión Europea, aplica su propio impuesto sobre las bebidas azucaradas en caso de que el déficit no baje del 3,1%. De ser así, y como pasó con el de entidades bancarias, el impuesto estatal prevalecería sobre el autonómico.

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