¿Por qué el huracán Patricia no ha sido tan devastador como se esperaba?

El huracán Patricia, el tornado más fuerte que se ha registrado, tocó tierra el viernes sin causar el daño catastrófico que muchos habían anticipado. Esa falta de destrucción se debe a que los vientos más fuertes que esta tormenta trae consigo han permanecido confinados en un área pequeña y que azota solamente una región relativamente despoblada.

«La cantidad de daño depende¡ de a qué lugar llegua la tormenta», ha asegurado Sean Sublette, meteorólogo Climático Central, según recoge «Time». «Si hubiera sido una zona poblada en mayor medida, estaríamos teniendo una conversación muy diferente».

Debilitado, llegó en forma de tormenta tropical a Cuixmala, un refugio de lujo en una reserva oceánica escasamente poblada, la madrugada del viernes por la noche, con vientos de alrededor de 165 millas por hora.

Pero los vientos más fuertes de la tormenta no se extienden mucho más allá de 15 millas de su ojo. La ciudad más cercana a Manzanillo, que tiene una población de más de 100.000, se encuentra a más de 50 millas de distancia.

La devastación del huracán a menudo se debe más a una combinación de circunstancias desafortunadas que a la magnitud de la tormenta. Nueva Orleans, por ejemplo, solo recibió vientos de nivel 1 o 2 durante el huracán Katrina, pero la tormenta causó una gran «marejada». Diques y barrios situados bajo el nivel del mar agrandaron el problema. Los daños por el huracán Sandy fueron también por el resultado de un aumento de la tormenta.

En cambio, el huracán Patricia ha evitado los lugares más poblados de la costa y, según los expertos, la tormenta ha causado daños generalizados en el área donde golpeó, incluyendo deslizamientos de lodo, inundaciones y cortes de energía.