El guardia civil de «La Manada» asegura que robó el móvil de la víctima «por avaricia»

Los cinco acusados aseguran que hubo sexo consentido, aunque ella no lo dijera «de palabra»

Vídeo: Declaran los cinco acusados de «La Manada»

PABLO OJER

Ante el silencio oficial, todo lo que rodea al juicio por la presunta violación grupal de los sanfermines de 2016 a una joven madrileña gira en torno a las declaraciones interesadas de los abogados de las distintas partes. Y más en una jornada tan importante como la de ayer, en la que comparecieron los cinco jóvenes acusados.

El letrado de tres de los amigos sevillanos, Agustín Martínez Becerra, afirmó que los jóvenes ratificaron la declaración que realizaron ante el juez instructor, es decir, que hubo consentimiento por parte de ella de las relaciones sexuales. Sin embargo, al preguntarles en qué consistió ese consentimiento, no supieron responder. Según el abogado de la víctima, afirmaron que «no hacía falta decir nada». Tan solo el acusado al que apodan «El Prenda», dijo que se basó «en la actitud de ella», según el mismo letrado. El abogado aseguró que «El Prenda» ha reconocido que «no hubo consentimiento de palabra». Y el abogado Martínez Becerra garantizó, a continuación, que todo lo dicho por la otra parte era «rotundamente falso». Es decir, las contradicciones entre los letrados sí fueron continuas. En este sentido, Becerra agradeció que las conclusiones del juicio se hagan a puerta abierta «para que los periodistas puedan escuchar de su propio oído todos y cada uno de los detalles».

El abogado de la joven, Carlos Bacaicoa, llegó a decir que los acusados «mienten como bellacos» y garantizó que «lo que ellos cuentan no tiene nada que ver con lo que se ve en los vídeos». Sin embargo, el abogado de los jóvenes vio «coherencia» tanto con lo dicho hasta el momento como entre las declaraciones de los cinco. Según Martínez Becerra, «las únicas diferencias sobre lo declarado es que cada uno tiene su estilo de hablar, su forma de expresarse».

Hora y media

A lo largo del día desfilaron, uno tras otro, los cinco acusados ante los tres jueces del tribunal. Cada uno estuvo entre una hora y hora y media en el asiento de los comparecientes. Los cinco contestaron a todas las preguntas de las partes excepto a las de la acusación popular, es decir, a las del Gobierno de Navarra y a las formuladas por el Ayuntamiento de Pamplona.

Carlos Bacaicoa se quejó del hecho de que los acusados declararan al final de proceso judicial. Considera que es una decisión «demasiado garantista», ya que permite a los sevillanos preparar su declaración en función de lo que se haya dicho a lo largo del juicio. Sin embargo, esta es un orden habitual en la Sala Segunda de la Audiencia de Navarra que se emplea para todos los juicios, sean de violencia sexual o cualquier otro ámbito. También es norma en el tribunal de Tarragona.

De sus declaraciones se conoció que el guardia civil ratificó que él fue quien robó el móvil de la joven madrileña, como ya había dicho al inicio del juicio. «Fue un fallo», dijo a los togados.

Según un abogado, lo hizo «en un ataque de avaricia». El relato abundó en que tiró el teléfono después de que la Policía foral los identificara a la salida de la plaza de toros de Pamplona y supieran que estaban siendo investigados. Al parecer, el guardia civil tenía miedo de que les acusaran de robo.

La jornada de ayer se vio interrumpida durante la mañana cuando tuvo lugar una concentración de grupos feministas en la puerta de la Audiencia. Para hoy, se habían planteado hasta doce comparecencias de testigos, pero la defensa de los acusados consideró que el transcurso del juicio fue tan «convincente» para los intereses de sus defendidos que renunciaron a casi todos los testigos.

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