Momento en el que arriba al puerto de Almería la embarcación Salvamar Denébola, de Salvamento Marítimo, con 42 inmigrantes, entre ellos seis mujeres, llegados esta semana en patera a la isla de Alborán
Momento en el que arriba al puerto de Almería la embarcación Salvamar Denébola, de Salvamento Marítimo, con 42 inmigrantes, entre ellos seis mujeres, llegados esta semana en patera a la isla de Alborán - EFE

Grecia, Italia y España, los países con menos atractivo para los inmigrantes

Noruega, seguida de Suecia y Gran Bretaña son los mejores vistos. En España es alto el nivel de integración de los inmigrantes, pero bajo el bienestar

«Italia no se enfrenta a una invasión de inmigrantes», como anuncian con alarma los partidos xenófobos

Corresponsal en Roma Actualizado: Guardar
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Grecia, Italia y España son los países de la Unión Europea con menos atractivo para los inmigrantes. Un informe de la Fundación Leone Moressa, que desde hace tiempo estudia el fenómeno migratorio y su influencia en la economía, destaca, por otro lado, que España figura en el grupo de países, con Bélgica, que «tienen un bajo nivel de bienestar pero son de alta integración». Se ponderan varios factores que influyen en las preferencias de los flujos migratorios: posibilidad de encontrar trabajo, bienestar económico potencialmente manifestado en la facilidad para acceder a una casa, la oportunidad de integración y la presencia de connacionales que les puedan dar ayuda en un primer momento.

Los países analizados se subdividen en cuatro clases: Un grupo de naciones con alto bienestar y fuerte integración, destacando el caso de Noruega, que ostenta óptimos votos en ambos campos, con el Producto Interior Bruto (PIB) más elevado -48.900 euros por habitante- y un óptimo cuadro laboral y de grado de instrucción para los extranjeros, así como alto nivel de integración, lo que se refleja en las cuotas de obtención del derecho de ciudadanía y de casas para extranjeros.

A Noruega le siguen, también en el primer grupo, Suecia, Holanda, Gran Bretaña e Irlanda.

Un segundo grupo países con alto bienestar, pero con baja integración, lo encabeza Suiza, donde el 76 por 100 de los extranjeros está ocupado, pero es escaso el grado de integración: menos de un 2 por 100 de los inmigrantes tiene el derecho de ciudadanía y menos de un cuarto son propietarios de casas.

Inmigrantes en España: alto paro y pobreza

España figura en un tercer grupo de países, junto a Bélgica con menos bienestar pero alta integración. En España, el índice de ocupación laboral de los inmigrantes alcanza el 50,9 por 100, el más bajo de los países analizados, junto a Grecia . Los extranjeros en España representaban el 10,1 % de la población en el 2014, un 4,8 por 100 había adquirido el derecho de ciudadanía, mientras el 35,9 % era propietario de casa.

Finalmente, Italia y Grecia forman parte del último grupo: bajos niveles de integración, problemas de integración y alto riesgo de pobreza, sobre todo en Grecia (67 % de los extranjeros corren riesgo de exclusión y pobreza), seguido de España (56,1%) e Italia (48,2 %).

Sin riesgo de invasión

En Italia, un detallado análisis de las estadísticas indica que la realidad está lejana de lo que algunos partidos xenófobos, como la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas, pretenden hacer ver. El numero de ingresos de inmigrantes con permiso de residencia está cayendo fuertemente: Fueron 598.000 en el 2010, y desde entonces han disminuid año tras año hasta los 245.000 en el pasado año. Entre los italianos, sobre todo entre los lideres extremistas de derecha, como Matteo Salvini, se lamentan de la “invasión” de los extranjeros, pero la realidad es que ahora son menos que hace unos años los inmigrantes que consideran que vale la pena venir a Italia.

Otro de los mensajes aireados por la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas es que los extranjeros llegan a Italia y «roban el puesto de trabajo a los italianos». Difícil es justificar ese mensaje a la vista de las estadísticas: Los permisos por motivos de trabajo fueron 358.000 en el año 2010, y solo 57.000 en el 2014.

La Fundación Moressa concluye su estudio señalando que la inmigración ejerce un papel positivo desde el punto de vista económico al producir ingresos con su trabajo, lo que repercute también en las arcas públicas con el pago de sus impuestos. La socióloga Rossela Bozzon concluye que está claro que «Italia no se enfrenta a una invasión de inmigrantes».

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