El talento es más importante que la edad a la hora de realizar un descubrimiento científico
El talento es más importante que la edad a la hora de realizar un descubrimiento científico - ABC

El golpe de genio puede llegar a cualquier edad

Un estudio de Science demuestra que para los grandes descubrimientos no cuenta la edad, sino el talento, la fortuna y el esfuerzo

Roma Actualizado: Guardar
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La edad no cuenta. Al menos en la ciencia. El golpe de genio puede llegar también pasados los sesenta años, aunque se esté al borde de la pensión. Lo dice un estudio basado en el historial de 10.000 científicos publicado en la revista Science. Queda así tirado por tierra el mito de que los descubrimientos mejores son los que realizan jóvenes investigadores. Según el estudio, cuya primera firma es de la profesora de física italiana Roberta Sinatra, más que la edad lo que cuenta es el talento y la fortuna: «Para quien insiste, siempre hay esperanza». Es verdad que Albert Einstein revoluciono la física a los 26 años. Incluso el cine nos ha acostumbrado a la idea de que el máximo de la creatividad coincide con la juventud.

Pero el éxito puede llegar también en el caso de que se peinen canas.

La física Roberta Sinatra y los investigadores que colaboraron en el estudio analizaron la carrera de más de 200.000 científicos desde finales del siglo XIX hasta hoy. Después el numero lo redujeron a 10.000, contando solamente a los que tenían al menos 20 años de trabajo en activo. Eligieron nombres de diversas categorías profesionales, desde la física a la ecología, pasando por la economía y la neurociencia, observando la evolución de su productividad en el arco de la vida, con particular atención a sus trabajos de mayor impacto.

Los jóvenes no son mejores investigadores

Con estos datos, el estudio publicado en Science pone de manifiesto que si los jóvenes investigadores obscurecen a los maduros es porque, en la media, son más productivos, no más geniales. «Quien publica más, tiene mayores citaciones por parte de los otros investigadores de todo el mundo, como quien compra más billetes de lotería», explica Roberta Sinatra.

En definitiva, el grito de «eureka» puede llegar siendo un debutante, como le ocurrió al físico Frank Wilczek (Mineola, Nueva York, 1951), quien ganó el premio Nobel de Física en el 2004 con su primera publicación científica. O bien el galardón puede llegar a final de carrera, como le ocurrió al químico John Fenn (Nueva York, 1917), premiado con el Nobel en el 2002, cuando por edad había sido ya obligado a jubilarse.

Talento y suerte

El estudio de Science señala otro parámetro que cuenta para el éxito de una carrera científica. Se trata del factor Qp, que indica el talento, unido a la fuerza de voluntad y a la suerte, incluida la capacidad de cazar al vuelo las ocasiones que a todos, en mayor o menor medida, presenta la vida. Muchos descubrimientos son el fruto de una mezcla de inteligencia y fortuna. Se suele decir que la suerte ayuda a los audaces y que los más importantes descubrimientos se realizan casualmente. Esta es, por ejemplo, la historia de Alexander Fleming que descubrió la penicilina, en 1928, con 47 años, y en Nobel le llegó en 1945. Es también el caso de Marie Curie con la radioactividad. Pero el trabajo y el estudio son siempre la base fundamental. Ya lo decía Pasteur: La fortuna favorece la mente preparada.

Así, pues, el estudio de Science nos ofrece un buen mensaje: Nunca se debe dejar espacio al desaliento y renunciar a un ideal. No cuenta la edad, sino el talento, la fortuna y el esfuerzo.

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