Gato y perro, ¿relación conflictiva?

La independencia del gato frente a la afabilidad de los perros hacen creer que resulta más fácil entrenar a un can a convivir con un gato que viceversa. La leyenda sobre su eterna rivalidad en muchos casos es una realidad, pero nada es imposible si se hace con cuidado y se toman las medidas adecuadas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los perros y gatos hablan un lenguaje diferente de la misma manera que tienen distintas formas de ver y relacionarse con sus «colegas» humanos. Los gatos son independientes e incluso observan de manera indiferente a sus amos, mientras que los perros son menos huraños, más complacientes y más fieles... aunque también puede suceder a la viceversa. No hay que olvidar que el perseguir es como juegan los perros, sin embargo para un gato, esa aptitud se convierte en una amenaza. Según expertos consultados, el comportamiento gatuno es muy parecido en todo tipo de razas, algo que no sucede en los perros.

De estos últimos, diferentes razas pueden temer comportamientos distintos puede darse el caso de un Doberman pacífico como un corderito y un Chinhuahua peleón...

por ese motivo es muy importante tener muy claro el tipo de perro que quieres llevar a casa para que comparta techo y cariño con un gato. Tanto uno como otro son especies sociales que ven sus relaciones como jerarquías, de ahí que el propietario (el humano) debe ejercer su poder como «jefe del clan» de manera sabia y sin bajar la guardia en ningún momento para que todos se sientan cómodos. Si se embarca en esta aventura, hay que saber que como todos los comienzos, nada es fácil y se necesita un poco de paciencia. Les recomendamos que se pongan en contacto con el veterinario o con algún entrenador especializado en estos asuntos. Tras dar los primeros pasos, se puede crear una relación fuerte entre perro y gato que durará toda la vida.

Si tiene un perro y quiere añadir un gato a su hogar, tiene que socializarlo desde que sea un cachorro. Las primeras 12 semanas de vida, son fundamentales. El juego forma parte de la educación y de cimentar una buena relación. Si por el contrario tienes gato en casa y el recién llegado es un perro sucede algo parecido. Como venimos diciendo, tanto en uno como en el otro: mucha paciencia. Además si se da el caso de que no tiene mascota y adopta o compra a los dos, tendrá mucho trabajo por delante. Cada mascota requiere de mucho tiempo para que la conozcas, comprendas todo lo que necesita y para que ella se acostumbre a sus nuevos amos. Tendrás que socializar a dos animales a la vez, pero será más fácil que se acostumbren el uno al otro. Cuando estén en casa, es muy importante que cada uno te vea con el otro, es algo positivo y se evitan los celos. Que no compartan -hasta que la relación sea segura- el mismo cuarto e incluso deles una recompensa cuando se noten desinteresados en lo que está pasando en la habitación de al lado. También es aconsejable darle a cada uno un objeto impregnado en el olor del otro. Tras unos días y vea que su comportamiento es más tranquilo, puede intercambiar al gato en la habitación del perro y a la viceversa. Esta acción «Les ayudará a adaptarse al aroma del otro y a compartir espacios». Si no puedes supervisarlos todo el tiempo, deben estar separados hasta que regreses a casa... Y jamás ponga a uno dentro de una jaula. Trata a perro y gato como iguales. Es muy importante no sobreproteger a uno en prejuicio del otro, aquel enfrentamiento entre perros y gatos es, en gran parte, cosa de dibujos animados... recuerde que su actitud es importante, porque es quien dirige su manada.

¿Es posible?

La edad, el carácter y el sexo son algunos de los factores que se deben considerar para una convivencia satisfactoria entre perro y gato. »Se llevan como el perro y el gato», es una de las expresiones sobre animales que, como muchas otras, no responden a la realidad. Hay perros y gatos que se llevan bien y otros, mal. En ello no influye el hecho de que pertenezcan a especies distintas y tengan necesidades y comportamientos diferentes. Algunos perros se llevan mal con animales de su misma especie. Todo depende del carácter del animal y del modo en que se haga la introducción del nuevo miembro de la familia en casa. En esta relación hay que tener en cuenta:

-Territorio: Es fundamental hacer patente al animal que ya vive en casa, que el recién llegado es un nuevo compañero de juegos y que no le querremos menos porque haya otro animal en casa. Si el animal es sociable, juguetón y cariñoso, es muy probable que no haya rivalidades. No solo en cuestión de espacio, sino también a la hora de la comida.

-Celos: evitarlos. Las dosis de cariño deben ser las justas para los dos animales.Los celos pueden suponer un obstáculo importante para lograr una convivencia satisfactoria, por lo que hay que evitarlos. Todo es cuestión de paciencia y saber hacer.

-Sexo: Es recomendable comenzar la convivencia entre perro y gato de sexo distinto y cuando son cachorros.

-Y mucha paciencia. Al final el resultado merece la pena.

Ver los comentarios