Galicia tendrá el primer barrio ecológico alimentado con energía termal

Las señoras de Orense entradas en años hacen memoria cuando pasan por la fuente de As Burgas, uno de los principales reclamos turísticos del corazón termal de Galicia. Ven a los foráneos introducir sus manos debajo de los manantiales humeantes y recuerdán cómo debajo de esos mismos chorros ellas sumergían a los pollos para despojarles de sus plumas. Es entonces cuando algunas se dan cuenta de que el progreso es lo que transcurre entre estampas así y anuncios como los que acaba de hacer públicos el Gobierno de la Xunta: Orense tendrá un«ecobarrio».

Un «ecobarrio» se caracteriza por maximizar el uso de energías limpias, tanto para uso público como privado. En este caso, el Gobierno gallego ha puesto su punto de mira en el distrito de A Ponte, donde residen 20.000 habitantes —cerca de un 20% del total de la ciudad— y operan 35 edificios públicos.

Pero también, donde se localizan algunos de los brotes geotérmicos más vigorosos, potencialmente útiles para reducir la factura energética de cientos de viviendas.

El horizonte es conseguir que el consumo de energía procedente de fuentes renovables se incremente en un 30%. Y en la otra cara de la moneda, que las emisiones de gases contaminantes se desplomen un 45% El desafío, que ha entusiasmado al comisario de Energía de la UE, Miguel Arias Cañete, es doble. Hay que tener en cuenta que Orense —en contra del tópico de la Galicia lluviosa y húmeda— puede llegar a registrar temperaturas cercanas a los cuarenta grados en verano y por debajo de los cero grados en los meses arduos del invierno.

La instalación de un «district heating» —o sistema de calefacción urbana— ubicará al «ecobarrio» en el mapa de la sostenibilidad europea. Tomará de los manantiales geotérmicos los recursos necesarios para llevar calefacción limpia a los edificios a precios competitivos. Tendrán prioridad los inmuebles públicos, como la futura estación del AVE, a cargo del arquitecto estadounidense Norman Foster.

«Será un cambio radical, no solo a nivel tecnológico, sino también de mentalidad», asegura el alcalde, Jesús Vázquez. «Se ha elegido un barrio como planteamiento inicial para después trasladarlo a toda una ciudad capaz de explotar sus propios recursos. Tan pronto dé muestras de éxito, el resto va a querer este modelo innovador».

Más que calefacción

Por eso es que el barrio «verde» de Orense será algo más que calefacción. La Xunta, en colaboración con el ayuntamiento, subvencionará mejoras en el aislamiento del edificio, la renovación de los puntos de iluminación exterior o la implantación de puertos de recarga para coches eléctricos. Una mirrevolución ecológica.

Seguirá así A Ponte el ejemplo de Ille de France, en París y alrededores, conocido por aprovechar igualmente las posibilidades del subsuelo. En su caso, el proyecto se está financiando con 50 millones de euros, gracias a las aportaciones del Banco Europeo de Inversiones. Galicia ya ha tocado en esa puerta. Espera la contribución del «Plan Juncker» y del Estado, a través del Instituto Oficial de Crédito.