La Fundación BBVA premia a dos biólogos por descubrir mecanismos de la evolución fundamentales para conservar especies amenazadas

Rosemary y Peter Grant han demostrado que los cambios evolutivos pueden ocurrir de forma mucho más rápida de lo que se creía

Peter y Rosemary Grant

ABC

El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ecología y Biología de la Conservación ha sido concedido en su décima edición a los biólogos evolutivos Rosemary y Peter Grant «por sus profundas aportaciones a nuestra comprensión de los mecanismos y procesos que subyacen a la evolución en la naturaleza», explica el acta. Esta pareja de investigadores ha logrado documentar por primera vez cómo ocurre la evolución en tiempo real, desvelando así mecanismos muy útiles para el desarrollo de estrategias eficaces para la conservación de especies amenazadas .

Su meticuloso trabajo durante cuatro décadas con los mismos pinzones que inspiraron a Charles Darwin en las Islas Galápagos ha demostrado que los cambios evolutivos pueden ocurrir de forma mucho más rápida de lo que se creía. «Gracias a los Grant hoy sabemos que la evolución es un proceso mucho más dinámico de lo que Darwin imaginó inicialmente», señala el acta. Su trabajo proporciona «el registro más completo de cómo funciona la evolución en la naturaleza», y dilucida «los mecanismos por los que se mantiene la diversidad genética y por los que se originan nuevas especies».

El jurado ha resaltado las implicaciones de los hallazgos de los Grant para la conservación: «Han incorporado una perspectiva evolutiva a la biología de la conservación al reconocer que se pueden producir cambios evolutivos rápidos tras la llegada de especies invasoras (incluyendo a los humanos) o en respuesta a eventos catastróficos», señala el acta.

Rosemary y Peter Grant llegaron en 1973 a la pequeña isla de Daphne Mayor –el cráter de un volcán extinto al norte de la isla de Santa Cruz, sin apenas sitio para instalar una tienda de campaña–, en el archipiélago de Galápagos, para estudiar cómo emergen las nuevas especies. Sus primeras observaciones con los pinzones resultaron tan fructíferas que decidieron volver varios meses cada año para etiquetar y tomar muestras y datos de los pinzones y su comportamiento –incluidas muestras de sangre, para análisis genéticos–. Han seguido haciéndolo casi hasta ahora –a sus más de ochenta años, volverán a Daphne el próximo mes de marzo–.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación