Francisco, a los obispos colombianos: fomentar la vergüenza por los asesinatos

Deben luchar contra el narcotráfico, la violencia el alcoholismo y la corrupción

Residentes comparten en un local junto a un mural con la imagen del Papa Francisco en Villavicencio (Colombia) EFE
Juan Vicente Boo

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En su encuentro con los 130 obispos colombianos, que son buena parte del «alma» del país, el Papa Francisco ha presentado un cuadro de renovación «en continuidad con cuanto han enseñado» Pablo VI y san Juan Pablo II en sus respectivas visitas de 1968 y 1986.

Pero, al mismo tiempo, les ha señalado prioridades prácticas que responden a necesidades graves de Colombia en estos momentos, como la de hacer examen sobre el masivo número de asesinatos de los últimos 52 años de guerra.

Francisco ha vuelto a usar las palabras de Dios Padre ante el primer homicidio narrado en la Biblia: «Caín, ¿dónde está tu hermano Abel?», y les ha dicho que esa pregunta no puede quedar sin respuesta, aunque solo sea «para balbucir la propia vergüenza» por haber vendido la vida del hermano «al precio de alguna dosis de estupefacientes o alguna equivoca concepción de la razón de Estado, tal vez por la falsa conciencia de que el fin justifica los medios».

Era una alusión indirecta a los narcos, las guerrillas, los paramilitares y las autoridades sin escrúpulos, que a lo largo de medio siglo han segado un cuarto de millón de vidas y que a veces se autojustifican con excesiva facilidad.

El Papa ha invitado a los obispos a «sostener a Colombia en el coraje del primer paso hacia la paz definitiva , la reconciliación, hacia la abdicación de la violencia como método».

Firmada la desmovilización de las FARC y el alto el fuego temporal con el ELN, la amenaza mayor a la vida es otra, y los obispos no deben «tener miedo de alzar serenamente la voz para recordar a todos que una sociedad que se deja seducir por el espejismo del narcotráfico se arrastra a sí misma en esa metástasis moral que mercantiliza el infierno, siembra por doquier la corrupción y, al mismo tiempo, engorda los paraísos fiscales».

Al mismo tiempo, deben sostener al país en el esfuerzo por «la superación de las desigualdades, que son la raíz de tantos sufrimientos, y la renuncia al camino fácil, pero sin salida de la corrupción».

Francisco les ha animado también a abordar otras tareas urgentes como «la defensa de la vida desde el vientre materno hasta su natural conclusión, la plaga de la violencia y el alcoholismo, la fragilidad del vínculo matrimonial y la ausencia de los padres de familia, con sus trágicas consecuencias de inseguridad y orfandad».

Los obispos de Colombia tienen trabajo urgente a manos llenas.

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