Biodiversidad

La fiebre por el aceite de palma y el furtivismo diezman a los orangutanes de Borneo

La población ha caído a la mitad en solo 16 años, con una pérdida de más de 140.000 individuos

Ejemplar de orangután de Borneo M. Ancrenaz

A. Acosta

Más de 140.000 orangutanes se calcula que han muerto entre 1999 y 2015 en la isla de Borneo, lo que equivale a la mitad de la población que se estima había a finales de la década de los 90 . Son los últimos datos de una investigación en la que han participado 38 instituciones internacionales, dirigidas por investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania), el Centro Alemán para la Investigación Integral de la Biodiversidad y la Universidad John Moores de Liverpool (Gran Bretaña), que pone la atención en que deforestación y furtivismo están detrás de este dramático declive .

La supervivencia del orangután de Borneo ( Pongo pygmaeus ), una de las dos especies de estos grandes simios que quedan en el planeta -la otra es la de Sumatra-, se ve amenazada por la pérdida de bosques, ya que su hábitat está siendo convertido para fines agrícolas y también para albergar grandes plantaciones de caucho para la industria papelera y de palma aceitera para la obtención de biocombustibles y también del famoso aceite de palma, que se esconde entre la letra pequeña de muchos de los productos que encontramos en los supermercados.

No obstante, muchos orangutanes han desaparecido también de áreas mejor conservadas e intactas de bosque primario, lo que sugiere que la caza y otros conflictos directos entre el hombre y este gran simio siguen siendo una amenaza para la especie, según explican los investigadores en la revista «Current Biology» , en la que dan cuenta de los resultados de su estudio.

Caza ilegal

«La disminución en la densidad de población fue más severa en aquellas zonas deforestadas o que han sido transformadas para la agricultura industrial. Sin embargo, la mayor cantidad de orangutanes se perdió en las áreas que permanecieron cubiertas de bosques durante el periodo de estudio, lo cual se comprende porque es donde más ejemplares quedan, pero implica un importante papel del furtivismo », explica a ABC Maria Voigt, investigadora el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania) y autora principal del estudio. En muchos casos esta caza furtiva se produce para capturar crías de orangután que terminarán como mascotas en muchos mercados.

Para estimar los cambios en el tamaño de la población de orangutanes a lo largo del tiempo, el equipo dirigido por Voigt recogió y analizó datos de campo de 1999 a 2015 y extrapoló el tamaño total de la población a partir del número de nidos de orangután observados en todo el rango de la especie en Borneo. En total, encontraron 36.555 nidos, a partir de los cuales estiman una pérdida de 148.500 orangutanes en Borneo entre 1999 y 2015.

Y el futuro no parece mucho más prometedor. Basándose en las predicciones de pérdidas futuras de la cubierta forestal, pues los orangutanes no son capaces de sobrevivir fuera de las zonas forestales, los investigadores predicen que otros 45.000 individuos se perderán en los próximos 35 años . Además, explica Voigt, «de las 64 metapoblaciones, solo 38 tenían más de 100 individuos y, por lo tanto, pueden considerarse viables a largo plazo».

En la actualidad, Voigt estima que quedan entre 70.000 y un poco más de 100.000 ejemplares en libertad . Unos datos que, aunque son más altos que los últimos números que se conocían sobre la especie, no son óbice para que la especie esté catalogada en la categoría de «en peligro crítico» de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, la categoría máxima de amenaza de una especie.

Los grandes simios, en crisis

Aunque las cifras son preocupantes, lo cierto es que «nuestros resultados son muy similares a los del declive de otras especies de grandes simios, como los chimpancés occidentales, cuya población disminuyó en un 80% en 24 años, lo que representa 25.000 animales perdidos; o la pérdida del 50% en los chimpancés y gorilas en Gabón en 17 años; o del 80% en el gorila de llanura en la República Democrática del Congo. El 60% de las especies de primates del mundo están en peligro de extinción ».

No obstante, el estudio valora las medidas y los nuevos planes de acción que están desarrollando los gobiernos de Indonesia y Malasia , y que deberían contener estrategias para reducir la matanza de animales, dice Voigt, ahora que sabemos que es una de sus principales amenazas. En cuanto a la deforestación, «hemos aprendido que la especie es más flexible de lo previsto y puede sobrevivir en áreas más fragmentadas y degradadas de lo que se pensaba», explica esta investigadora.

«Con el manejo apropiado de los bosques en las concesiones madereras y el mantenimiento de fragmentos de bosque y la reducción de las matanzas en los paisajes agrícolas industriales, como las plantaciones de palma aceitera y pulpa de papel, observamos que las poblaciones sobreviven. Lo que no pueden tolerar es las matanzas, porque son una especie que se reproduce lentamente . Si compramos y respaldamos productos que contienen solo aceite de palma o madera sostenibles y certificados, estaremos apoyando a las compañías que pueden ayudar a mantener los orangutanes y otros animales salvajes», afirma la autora principal de este estudio.

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