El aporte de yodo es crítico en el primer trimestre del embarazo
El aporte de yodo es crítico en el primer trimestre del embarazo - Fotolia

La falta de yodo en el embarazo se asocia con hiperactividad y menor inteligencia del bebé

Las gestantes deben tomar suplementos de este nutriente esencial para el desarrollo del cerebro

Madrid Actualizado: Guardar
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La mayoría de las mujeres que planean quedarse embarazadas saben que es necesario tomar suplementos de ácido fólico para evitar problemas en los bebés. Sin embargo, es menos conocido que también hay que tomar un suplemento de iodo para garantizar el adecuado desarrollo del cerebro del bebé.

El yodo es un oligoelemento esencial que desempeña un papel crucial en el desarrollo de los órganos del feto, y en particular del cerebro. Su aporte es fundamental sobre todo en el primer trimestre del embarazo, destaca Juan Carlos Galofré, endocrinólogo de la Clínica Universitaria de Navarra y coordinador del área de conocimiento del tiroides del la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, con motivo de la Semana Internacional para el Conocimiento del Tiroides, una glándula en forma de mariposa situada en la parte anterior del cuello

Del aporte adecuado de este oligoelemento depende el correcto desarrollo del sistema nervioso central, incluyendo el crecimiento neuronal, la migración de las neuronas a su destino en el cerebro en formación, la mielinización (formación de una capa grasa que acelera la transmisión de los impulsos nervioso), la correcta arquitectura de corteza cerebral, el hipocampo y el cerebelo.

Durante el embarazo aumenta la demanda de las hormonas tiroideas por el feto, ya que hasta la semana 20 de gestación, la tiroides del bebé no está completamente activa y por lo tanto depende por completo de la de su madre, que debe adaptarse a esta situación mediante la producción de alrededor de 1,5 veces más tiroxina de la habitual.

La tiroxina es la principal hormona de la glándula tiroides, y en su estructura incorpora cuatro atómos de yodo, por lo que también se denomina tetrayodotironina (abreviado T4). De ahí que ante la mayor demanda de esta hormona, el aporte extra de yodo sea esencial. "Lo crítico es el primer trimestre del embarazo, desde la primera falta hasta que la mujer gestante va al médico se pierden los tres meses críticos para el correcto aporte de yodo. El mensaje es que las mujeres que busquen el embarazo o sospechen que puedan estarlo, tienen que tomar un suplemento de yodo de 200 microgramos diarios.", advierte el doctor Galofré.

Las consecuencias para el feto de la falta de yodo se conocen bien. Los trastornos asociados a la deficiencia de tiroxina materna van desde el aumento de la morbimortalidad neonatal y disfunción mental grave, a los trastornos de atención e hiperactividad. "La falta de yodo es un factor más que contribuye a la aparición de estos trastornos. Aunque no se puede atribuir directamente sólo al yodo, con un aporte correcto adecuado en la madre gestante y durante la lactancia se elimina un factor de riesgo", señala este experto. Además la falta de yodo se asocia a una disminución sustancial del cociente intelectual, que es irreversible: "La media intelectual de los niños de madres con suplementación de yodo baja es menor", corrobora Galofré

La deficiencia de yodo es la principal causa prevenible de deterioro de la función mental en el mundo, y afecta tanto a dos mil millones de personas (35,2% de la población total) y se considera una pandemia evitable, con la administración de este oligoelemento antes y durante la gestación, así como durante el período de lactancia.

Y es que una de las funciones más importantes de las hormonas tiroideas es contribuir a la maduración cerebral del niño, tanto en el periodo gestacional, como posteriormente, a lo largo de los primeros años de vida. Por tanto ha de cuidarse también la dieta para garantizar en la que debe haber una cantidad de yodo suficiente, para garantizar que el tiroides funcione bien.

"los alimentos que contienen yodo son sobre todo los que vienen del mar, los lácteos, y cierta heterogeneidad. Las poblaciones costeras tienen más yodo que las del interior. Son poblaciones que toman más productos del mar. Las vacas que pacen allí, dan la leche con más iodo. Y hay menos incidencia de déficit de iodo", aclara el doctor Galofré. Pescados y mariscos, productos lácteos o frutas como las fresas y arándanos son ricas en este oligoelemento tan saludable para el cerebro.

Sin embargo, el contenido de yodo es muy variable, y depende del terreno en que se cultive, de la preparación, del procesamiento, y de la cantidad consumida. Además, durante la preparación de los alimentos se produce una pérdida de yodo de un 20% si se fríe, de un 23% si se asa a la parrilla, y de un 58% si se somete a cocción. El pescado marino, la leche y el consumo de sal yodada son los alimentos que mayor cantidad de yodo aportan. De hecho, la concentración de yodo en la leche de vaca ha aumentado en los últimos años, como muestran recientes estudios realizados en España.

Respecto al diagnóstico del hipotiroidismo gestacional, los resultados del reciente estudio TIROGEST, realizado en un total de 257 mujeres con hipotiroidismo diagnosticado antes de la gestación (54%) y durante la gestación (46%) atendidas en centros sanitarios de ocho comunidades de nuestro país, sugieren que en la mayoría de los centros puede estar infra o inadecuadamente diagnosticado.

“Los datos del estudio TIROGEST plantean la necesidad de un diagnóstico y tratamiento precoces de esta enfermedad, así como el requerimiento de medidas organizativas en cada centro sanitario que permitan la realización del cribado universal y un diagnóstico más precoz, con una menor demora en el inicio del tratamiento de estas pacientes”, añade el doctor Galofré. Para este experto, falta apoyo institucional para difundir la importancia de este micronutriente

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