Mapa de riesgo sísmico de España
Mapa de riesgo sísmico de España - IGN

¿Está España preparada para un terremoto como el de Ecuador?

A lo largo de la Historia, nuestro país ha sufrido una decena de seísmos catastróficos de magnitudes incluso superiores a las registradas en el país latinoamericano

MADRID Actualizado: Guardar
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Cada vez que se produce un terremoto devastador en alguna parte del mundo surge la misma pregunta. ¿Podríamos ser nosotros víctimas de un evento similar? Y la respuesta es «sí». Pero antes de entrar en pánico, conviene atender a las puntualizaciones.

«España ya ha sufrido terremotos como el de Ecuador y los volverá a sufrir inexorablemente. El sismo de Lisboa de 1755 fue incluso superior y causó más de un millar de muertos en el Golfo de Cádiz por el tsunami que provocó», sentencia el arquitecto especializado en sismorresistencia Patrick Murphy. Afortunadamente, apenas tarda un segundo en matizar: «Pero es poco probable que ocurra en un futuro próximo porque el periodo de recurrencia de estos fenómenos es de 500 a 1.000 años», señala a ABC.

El tsunami de 1755 ahogó a 1214 personas en el las costas del Golfo de Cádiz

Estas primeras y tranquilizadoras apreciaciones las confirman otros expertos. Belén Benito, catedrática de la Universidad Polítécnica de Madrid y experta en ingeniería sísmica, explica a este diario que «en la Península, por la longitud de las fallas existentes, no es probable que ocurra un terremoto de magnitud mayor de 7. Otra cosa es el Banco de Gorringe, al suroeste del Cabo de San Vicente. Allí sí hay estructuras tectónicas capaces de generar seísmos de magnitud 8,5, como el de Lisboa», señala.

El terremoto de Ecuador –de magnitud 7,8– ha tenido su origen «en el contacto entre la placa de Nazca y la sudamericana. Un contacto que provoca la subducción de una por debajo de la otra a una velocidad de 60 mm al año, mientras que en nuestra zona no hay subducción entre las placas euroasiática y africana, y el roce entre ambas es lento, entre 1 mm y 4 mm al año. Por eso tenemos menos terremotos y de menor magnitud», afirma el director de la Red Sísmica Nacional del Instituto Geográfico Nacional (IGN), Emilio Carreño.

Una decena de seísmos catastróficos

Pero aunque en la Península «las fallas activas no tienen una traza muy grande y cuando se rompen suelen hacerlo parcialmente, liberando mucha menos energía», continúa Carreño, «no hay que olvidar que hemos tenido más de una decena de terremotos catastróficos a lo largo de nuestra Historia».

Es posible que para que se produzca un evento como el de 1755 haya que esperar un milenio. Pero como advierte Patrick Murphy, «el problema está en los de magnitud 6 o incluso 5, que tienen periodos de recurrencia de 10 y 5 años y pueden ocasionar muchos daños si se originan justo debajo de zonas densamente pobladas».

El terremoto de Lorca fue muy destructivo al situarse justo debajo de la ciudad

Exactamente eso es lo que ocurrió con el seismo de Lorca en 2011, que provocó 9 muertos y la destrucción de casi un millar de edificios. «Aquel terremoto reunió circunstancias muy desfavorables. Fue muy superficial (3 km de profundidad), próximo (3 km de distancia epicentral) y en una zona de alta vulnerabilidad (con poca capacidad de sus edificaciones para resistir el movimiento)», recuerda Belén Benito.

En España las zonas de mayor riesgo sísmico se encuentran en el sur y levante, concretamente en Andalucia, Murcia y parte de la Comunidad Valenciana. También hay peligro moderado en Cataluña-Pirineos y en Galicia. Y no siempre se ha construido pensando en ello. La falla de Alhama de Murcia tiene un rosario de pueblos edificados encima. Y lo mismo ocurre con las de Crevillente y del Bajo Segura. «En España hay muchas ciudades construidas encima de fallas activas porque no estaban cartografiadas y cuando se descubrieron, como la probabilidad de sufrir un seísmo es baja, se siguió construyendo. Como cuando se juega a la Lotería. Lo normal es que no toque. Pero a veces toca», afirma Patrick Murphy.

Planes de actuación

Después de la experiencia de Lorca, las autoridades españolas comenzaron a revisar la normativa sismorresistente. «El año pasado ya se aprobó la directriz básica frente a riesgo de tsunami y se está trabajando en el plan estatal con las comunidades», confirma Carreño a ABC. Pero algunos técnicos como Patrick Murphy piensan que aún se está lejos de tener la parte operativa tan engrasada como debiera. «En Chile, en todas las esquinas de las ciudades de costa hay carteles con rutas de evacuación y sirenas; todo está protocolizado. Aquí tenemos hecha la parte administrativa y teórica pero no la operativa. Hay playas del Golfo de Cádiz de las que, a día de hoy, no se podría sacar a las 10.000 personas que se concentran en verano en 45 minutos, que fue lo que tardó en llegar la primera gran ola de 1755», avisa Murphy.

De la misma opinión es Belén Benito. «A pesar de la obligatoriedad de desarrollar los planes que establece la directriz básica de Protección Civil, en casi todos los municipios de Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y gran parte de Cataluña no lo han hecho. Parece que los ayuntamientos no los consideran prioritarios. No deberían esperar al “Día D”», advierte la catedrática.de Geofísica.

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