EE.UU. obligará a los productos homeopáticos a advertir en su etiquetado de que «no hay evidencias científicas de que funcionen»

Se extremará el control de los productos por sus «adherentes», aunque estén en «dosis mínimas»

CORRESPONSAL EN WASHINGTON Actualizado: Guardar
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La homepatía pierde terreno a pasos agigantados. Los grandes organismos internacionales de medicamentos parecen decididos a acotar su creciente credibilidad entre los consumidores. La Comisión Federal de Comercio estadounidense ha tomado ahora la bandera al obligar a los fabricantes a especificar en sus productos que las indicaciones con las que los recomiendan «no están basados en métodos científicos modernos». La decisión de la agencia responde a que las únicas teorías que admitían su eficacia proceden del siglo XVIII, cuando se inventó la llamada medicina alternativa, por lo que las empresas también tendrán que aclarar expresamente en el producto que «no está aceptado por los expertos médicos de hoy».

La homeopatía, que ha vivido estos últimos años un auge sin precedentes en todo el mundo, también en Estados Unidos y en España, siempre ha sido refutada por los principales organismos, con la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la cabeza.

Ahora, parece llegado el momento de una gran campaña que reduzca la confianza de los consumidores en sus resultados, en beneficio de los fármacos de la medicina tradicional.

La iniciativa de la Comisión Federal de Comercio estadounidense, que es la agencia de protección del consumidor en el país, obligará a hacer constar expresamente en los productos homeopáticos que «no hay evidencias científicas de que funcionen». Se trata del primer gran ataque directo a la homeopatía, considerada una pseudomedicina, y a su negocio, que en la actualidad genera unas ventas de más de 1.200 millones de dólares al año en ventas en Estados Unidos, según la revista especializada Nutrition Business Journal.

La homeopatía surgió a finales del siglo XVIII como un sistema de medicina alternativa, que fue creado por el alemán Samuel Hahnemann, quien se apoyó en el principio de que «una sustancia que cause los síntomas de una enfermedad en personas sanas curará lo similar en personas enfermas». Pese a que entonces se presentó con planteamientos que aparentaban proporcionar avances científicos, ni los organismos internacionales ni las asociaciones médicas más reconocidas han avalado nunca la homeopatía científicamente.

Pese a ello, el apego de una gran parte de la población a buscar curas alternativas a la medicina ya provocó la advertencia de la Organización Mundial de la Salud en diferentes momentos de la historia, sobre todo ante la aparición de productos homeopáticos que supuestamente podían curar enfermedades graves, como el sida o la malaria. Todos los estudios científicos consistentes realizados en la era moderna, de la Comisión Nacional de Salud australiana, la Comisión de Ciencia de la Cámara de los Comunes del Reino Unido y la Oficina Federal de la Salud Pública de Suiza, concluyeron que la homeopatía era ineficaz y desaconsejaron su financiación por parte de los organismos públicos. Aunque está admitido que algunos ensayos fueron positivos, las posteriores revisiones siempre consideraron que era un producto del azar. Eso ha llevado a que en el mundo de la profesión médica, la homeopatía se tilde de « fraude».

«Dosis pequeñísimas»

En la nueva ofensiva para desacreditarla, la Comisión Federal asegura que su método se basa en «mínimas dosis de sustancias que generan síntomas similares a los de la enfermedad que se intenta curar», un principio que carece de fundamento científico alguno, según su criterio.

También la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ha iniciado una revisión de su política sobre el control de los productos homeopáticos, que en la actualidad no son sometidos al mismo examen previo, desde su fabricación hasta su distribución, que los farmacéuticos de la medicina, avalada por los grandes organismos internacionales. A pesar de que su presencia en los productos se produce «en dosis pequeñísimas», comparable según los expertos a beberse un trago de agua con azúcar, el hecho de que incorpore «adherentes» obliga a un control que hasta ahora no se lleva a cabo.

Por si había dudas del crecimiento de la homeopatía como negocio, un informe de la sociedad Investigación para la Transparencia del Mercado revela que la pseudociencia movió en el mundo 3.867 millones de dólares en 2015. Dada su evolución al alza, está previsto que el volumen alcance los 17.486 millones de dólares a finales de 2024, lo que supone un crecimiento medio del negocio del 18,2% en estos nueve años.

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