¿Cómo hacer huevos de Pascua en casa?

Para hacer huevos de Pascua no son necesarias muchas herramientas y la dificultad de los pasos dependerá de la estética final del huevo, pero la base para su elaboración es bastante sencilla. Para hacer unos huevos de Pascua lo principal es tener un buen chocolate sólido, moldes con forma de medio huevo (aquí no hay milagros) y mucho mimo a la hora de trabajar el chocolate.

Para esta receta no es necesario hacer grandes mezclas ni medir los ingredientes con báscula, pero sí hay que ser cuidadoso con las temperaturas.

El primer paso es derretir el chocolate al baño maría y a fuego lento. Esto es crucial. De cómo derritamos el chocolate dependerá buena parte del resultado, por lo que se aconseja derretirlo poco a poco y prestarle atención, moviéndolo con una lengua de goma para que no se pegue.

Ahora hay que prestarle mucha atención a la temperatura del chocolate. Lo ideal es que esté entre unos 30 y 32 grados para poder modelarlo con tranquilidad. Si no contamos con termómetro, podemos orientarnos de manera rudimentaria si pensamos que el agua de la ducha suele estar entre 30 y 35 grados. Lo importante es que el chocolate no se endurezca.

El siguiente paso sería ir pintando los moldes poco a poco. Lo podemos hacer en tres repeticiones. Es decir, pintamos el molde y lo ponemos a enfriar en la nevera durante unos diez minutos. Sacamos el molde, lo volvemos a pintar y lo metemos en la nevera. Así hasta que la cobertura tenga el grosor suficiente. Esto va en función de los gustos de cada uno, pero no nos interesa que sea demasiado fina (podría romperse) ni demasiado gruesa (nos costaría luego pegar la otra parte del huevo).

Repetimos este proceso al menos vez más para construir la «cara B» del huevo y unirlo luego con su otra mitad. Si queremos que nuestro huevo de Pascua tenga un aspecto rayado, antes de pintar el molde con nuestro chocolate negro podemos pintar los moldes con hilos de chocolate blanco.

Una vez tengamos las dos partes del huevo sólidas debemos igualar los bordes. Podemos limarlos con un cuchillo o con unas tijeras, pero siempre con mucho cuidado para no romper el huevo. Para unir las dos partes, podemos pintar con chocolate caliente el borde de una de las dos mitadesy que el propio chocolate ejerza de pegamento. Para que se note lo menos posible la unión (y también para reforzarla), hay quien arma un pequeño merengue, lo introduce en una manga pastelera y «dibuja» una especie de trenza sobre la unión de los cascarones del huevo. Ese mismo merengue se puede utilizar después para decorar el huevo.

De hecho, hay gente que utiliza colorantes vegetales para hacer cremas de varios colores y convertir lo que era un huevo de chocolate en una obra de arte.