¿Se comería un filete de ternera clonada?

En China se ha construido una fábrica que clonará vacas para abastecer a su gigantesco mercado, donde el consumo de carne ha aumentado de forma exponencial

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Con más de 1.350 millones de bocas que alimentar, China se enfrenta al gigantesco reto de garantizar el sustento de una población que, gracias el desarrollo de las últimas décadas, ya no come solo arroz. Para mitigar este problema, que se agudizará en el futuro a medida que siga mejorando la calidad de vida, en la ciudad nororiental de Tianjin ya se ha construido la primera fábrica de animales clonados para consumo humano, que empezará a funcionar en los próximos meses.

Levantada por el grupo médico Boyalife en colaboración con la empresa surcoreana Sooam, pionera en clonar perros policía con el olfato especialmente agudizado, esta planta de 15.000 metros cuadrados ha costado 200 millones de yuanes (27 millones de euros) y tiene un laboratorio de investigación, un museo de la clonación y un banco de ADN.

Aunque sus ingenieros genéticos clonarán también perros y caballos con fines científicos, su objetivo principal es producir carne de bovino para abastecer al mercado chino.

En una entrevista con la revista francesa «Paris Match» el presidente de Boyalife, Xu Xiaochun, no lo podía explicar de forma más clara: «En diez años, el consumo de ternera ha tenido un aumento de dos dígitos en China y es susceptible de doblarse otra vez. En 2015, el país produjo 6,9 millones de toneladas de carne, el equivalente a 10 millones de vacas sacrificadas. Pero no disponemos de los recursos suficientes de ganado para satisfacer las necesidades, al menos al modo tradicional. La clonación es el único método que permitirá resolver el problema».

Para ello, la fábrica producirá el primer año 100.000 embriones de vaca, que llegarán al millón en el futuro. Al igual que ocurre con los alimentos transgénicos, algunos ya autorizados en Estados Unidos, el consumo de carne clonada genera recelos. Pero Xu Xiaochun quiere acabar con estos temores asegurando que “yo mismo he probado un filete de ternera clonada y era uno de los mejores que jamás he comido”.

«Un mundo feliz»

Intentando vencer dichas reticencias, la factoría de Tianjin, que se ubica en un polígono industrial a unos 150 kilómetros de Pekín, producirá la carne de ternera al más puro estilo de «Un mundo feliz», la clásica novela de ciencia-ficción de Aldous Huxley que avanzó en 1932 la clonación de seres humanos. Aunque en China ya hay gente de sobra, ¿será ese el próximo paso de esta fábrica? De momento, el presidente de Boyalife lo descarta, pero no por consideraciones morales ni religiosas, sino porque «su aceptación social todavía necesita un gran esfuerzo de educación». A su juicio, «el público asocia la clonación a Frankenstein» a pesar de «sus beneficios en aplicaciones terapéuticas y sus utilidades en la investigación médica y en el tratamiento de ciertas enfermedades».

Desde que la famosa oveja escocesa Dolly se convirtiera en 1996 en el primer animal clonado de la Historia, esta técnica de manipulación genética se ha extendido por todo el mundo, creando vida de forma artificial y suscitando un fuerte debate. En China, sus científicos llevan desde el año 2000 clonando ratones, ovejas, vacas y cerdos, pero la fábrica de animales de Tianjin confirmará por primera vez la aplicación comercial de sus investigaciones. A la espera de comprobar su sabor, la pregunta es sencilla: ¿se comería usted un filete de ternera clonada?

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