El cardenal Tarcisio Bertone
El cardenal Tarcisio Bertone - MIGUEL MUÑIZ

El cardenal Bertone afirma que pagó de su bolsillo las obras de su enorme apartamento de ex secretario de Estado

Los dos nuevos libros de «Vatileaks» documentan escándalos ya conocidos

Corresponsal en El Vaticano Actualizado: Guardar
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Entre los prelados italianos que salen mal parados en los dos nuevos libros de documentos de «Vatileaks» destaca el cardenal Tarcisio Bertone por haberse gastado 300.000 euros en las obras de su nuevo apartamento, y por haber recibido otros 200.000 euros del hospital pediátrico «Bambino Gesú» para pagar el resto de la factura.

Esta última cantidad, que supondría un importante desvío de dinero destinado a los niños del hospital benéfico en la colina contigua al Vaticano, es de las pocas novedades que aportan los dos libros «Via Crucis» de Gianluigi Nuzzi y «Avarizia» de Emiliano Fittipaldi, llegados a las librerías con un gigantesca publicidad.

El entonces presidente del hospital «Bambino Gesú», Giuseppe Profitti, cesado ya a principios de este año, afirma que hicieron ese pago «para intentar conseguir el uso del apartamento».

El cardenal Tarcisio Bertone, a su vez, explica que los 300.000 euros pagados de su bolsillo para las obras de reforma del apartamento, situado cerca de la Casa Santa Marta, son, en la práctica un donativo, pues la propiedad continua siendo del Vaticano.

Afirma que ese coste tan elevado para remodelar el generoso apartamento de 296 metros cuadrados se debe a que han tenido que acondicionar espacios para la extensa biblioteca, los enormes archivos, y las habitaciones para las tres religiosas que se ocupan de la administración, además de un despacho «para la secretaria que el Santo Padre me ha proporcionado para escribir las memorias de tres Papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco».

El ex secretario de Estado desmiente categóricamente que su apartamento tenga 700 metros cuadrados y reitera que la terraza del edificio es comunal, accesible a todos los demás inquilinos, que son cardenales y obispos.

En realidad, buena parte de los apartamentos de los cardenales tienen dimensiones excesivamente grandes, pues corresponden al estilo de hace uno o dos siglos. A juicio de muchos visitantes, son pisos enormes pero, precisamente por eso, la mayoría resultan desangelados.

Una rápida lectura de los dos libros de documentos de «Vatileaks» –en su mayoría informes de las consultoras internacionales que estudiaron por primera vez la organización económica del Vaticano durante unos diez meses a partir del verano del 2013- confirma que lo más «sustancioso» esla grabación ilegal de 16 minutos realizada al Papa Francisco durante una reunión en la que exhorta a actuar con energía al grupo de cardenales encargados de poner orden en aquel caos.

La mayor parte de los gigantescos titulares de la prensa italiana en los últimos cuatro días eran repetición de escándalos que habían salido a la luz durante el primer año del pontificado de Francisco, precisamente cuando se empezaron a levantar las alfombras y se encontró la suciedad.

No se conocía, en cambio, el misterioso robo de documentos de las consultoras en un misterioso asalto a la caja fuerte de la Prefectura de Asuntos Económicos, cuyo «número dos» era el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda, arrestado e interrogado desde el pasado fin de semana en las celdas de seguridad de la Gendarmería Vaticana, donde permanece a la espera de juicio. El sacerdote riojano fue visitado este jueves por un miembro de la Embajada de España ante la Santa Sede, quien se entrevistó con él durante media hora en una sala del edificio de la Gendarmería vaticana. Según el diplomático español, Vallejo Balda se encuentra «bien».

Aunque el fiscal del Vaticano todavía no ha presentado formalmente cargos, pues lo hará tan solo cuando termine la investigación, múltiples fuentes apuntan a que el sacerdote riojano ha sido el principal autor de la fuga de documentos, un delito calificado de «grave» el pasado lunes por el Vaticano y que puede llevar a penas de dos a cuatro años de prisión.

Acusación de Chaouqui

La publicista italiana de 33 años, Francesca Chaouqui, arrestada e interrogada durante dos días, acusa al sacerdote español de haber grabado clandestinamente con su teléfono móvil el encuentro con el Papa. Su puesta en libertad no significa que el fiscal no vaya a presentar cargos también contra ella, pero sí que en ningún caso serían tan graves como para aconsejar la prisión preventiva.

Otras informaciones novedosas en los documentos publicados se refieren a partidas de gasto del llamado «óbolo de San Pedro», la colecta que se realiza en las iglesias de todo el mundo el domingo más cercano a la fiesta de San Pedro y San Pablo el 29 de junio. Una parte considerable ha ido a parar a cubrir los gastos del Vaticano en estos últimos años de déficit.

Resulta, en cambio, más preocupante descubrir el desmesurado precio de las causas de beatificación o canonización, ya que las diócesis o institutos religiosos que las promueven deben pagar los costes de los expertos necesarios para leer todos los escritos de la persona candidata a la santidad, examinar los presuntos milagros, publicar como libros encuadernados todos los documentos del proceso, etc.

También sorprende que dos abogados laicos, uno de ellos propietario de la imprenta que tiene el monopolio de elaborar esos libros, sean los titulares de un elevado número de causas de beatificación y canonización.

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