Una mujer se baña en Francia con un burkini
Una mujer se baña en Francia con un burkini - ABACA

El «burkini» y el nudismo en España, las nuevas formas de acudir a las costas

Las útlimas prohibiciones del traje de baño musulmán en Francia y de las prácticas nudistas en territorio nacional reabren el debate sobre cómo se ha de vestir en las zonas de baño

Madrid Actualizado: Guardar
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Las sanciones exigidas a tres mujeres en una playa de Cannes por llevar un «burkini» han reabierto el debate, una vez más, sobre cómo ha de ser la vestimenta en zonas de baño públicas. Dichas multas fueron impuestas por el Ayuntamiento de la ciudad francesa en un país donde el miedo a un nuevo ataque terrorista está muy vivo entre la población.

El «burkini» (resultado de juntar los términos «burka» y «bikini») es un traje de baño utilizado por las mujeres musulmanas que cubre todo el cuerpo a excepción de manos, pies y cara. Lleva en el mercado desde el año 2003, cuando su diseñadora, Aheda Zanetti, comenzó a venderlo en Australia a un precio que rondaba los 100€.

Su comercialización fue todo un éxito: se llegaron a vender 9.000 unidades en un mes.

Como explica el sociólogo Rubén Tamboleo, «hay varios tipos de burkinis o burkas, dependiendo de cuánto y cómo te tapes se llaman de distintas formas: burka, hiyab o niqab».

El veto de esta prenda en Francia ha generado controversia entre sus partidarios y sus detractores. «En la cultura occidental sí choca mucho» el uso del «burkini», señala Tamboleo, quien aclara que existe una diferencia en Francia por ser «un estado laico» y «por lo que ninguna religión se puede ver en el espacio público».

Quienes se muestran favorables a su prohibición, sienten un rechazo porque «la sensación de inseguridad de ver a este tipo de gente es mayor», indica Tamboleo. Es un tipo de prenda, al igual que el burka, el hiyab o el niqab, que genera inseguridad en el mundo occidental. Explica que la situación se ha vuelto prohibicionista en Francia por «los recientes atentados reclamados por el Estado Islámico ocurridos en suelo francés». Es «el momento» lo que ha generado una mayor «presión por que haya regulación».

Regulación europea

No solo en Cannes está prohibido este tipo de prenda. En Sisco, una localidad cercana a Bastia (Francia), se vetó el uso del «burkini» en todas sus costas el pasado lunes a raíz de un violento enfrentamiento entre una familia en la que la mujer vestía este traje de baño y vecinos de la localidad. También está vetado en una localidad vecina de la Costa Azul y en Le Touquet (en las costas francesas del Canal de la Mancha).

Aunque no todas las regulaciones restringen el uso de estas prendas. Noruega declaró en 2009 que las mujeres podrían acudir a las piscinas municipales con este traje de baño y, a su vez, Alemania lo aprobaba en 2013.

En España, una treintena de municipios catalanes votaron desde 2010 en contra del uso del burka en equipamientos públicos.

Han sido los municipios quienes han acabado fijando dichas medidas, a pesar de que el Tribunal Supremo considera que los ayuntamientos no cuentan con las competencias suficientes para limitar el derecho a la libertad religiosa, como, por ejemplo, el uso del velo en espacios públicos.

En la mayoría de lugares donde se han restringido dichas vestimentas se ha hecho de una forma genérica, como la prohibición de entrar a determinados lugares con el rostro cubierto.

Los sociólogos explican que llevar un «burkini» no está vetado aún en España debido a la tolerancia y a la apertura racial que la diferencia de otros países.

El nudismo en España

A pesar de que en España el uso del «burkini» no está tan extendido como en Francia o Alemania y es más complicado toparse con un gran número de gente que lo use en las costas, sí que existe otro tipo de práctica relacionada con la vestimenta que genera controversia en muchas ocasiones y que goza de bastante popularidad. En concreto, es la ausencia de cualquier prenda: el nudismo, una actividad totalmente opuesta al burkini.

Esta práctica comenzó a introducirse en España en los años 60 con el movimiento naturista. Rubén Tamboleo explica que «el cambio de prenda ha ido evolucionando gracias al turismo» y su llegada al país en la década de los años 60 y 70, con el nacimiento del turismo de playa. Los cambios en en «el espacio de convivencia» agilizaron las modificaciones en la regulación existente en cuanto a la vestimenta.

En zonas como Vera (Almería) o Ibiza, la práctica del nudismo lleva «decenios» arraigada en las costas, destaca Tamboleo.

Regulación nacional

En la actualidad, no existe ninguna ley a nivel nacional que penalice o restrinja el nudismo, aunque sí está regulado mediante ordenanzas municipales.

La Constitución española ampara la libertad de cada individuo a ir desnudo en cualquier espacio público, aunque estos derechos fueron regulados en el Código Penal por un «delito de escándalo público», penalizando así la práctica del nudismo. Como consecuencia, comenzaron a establecerse puntos en concreto donde sí estaba permitida la ausencia de vestimenta en algunas playas.

Este delito fue modificado en 1989 para que se ajustase a la Constitución. Finalmente fue derogado de forma definitiva en 1995. Aunque sí existe un delito similar en el art. 185 del Códio Penal: «Exhibicionismo y Provacación Sexual», por el que se sanciona el nudismo si se realiza delante de menores o disminuidos psíquicos y si se mostrase una intención sexual (tanto a terceros como a uno mismo).

Sin embargo, las mayores restricciones no se dan de forma nacional, sino de forma autonómica. Desde 2010, son varios los ayuntamientos que comenzaron a aprobar ordenanzas de «civismo» donde se regulaba el nudismo para garantizar la convivencia. La posibilidad de establecer ordenanzas municipales que regulen el nudismo fueron reconocidas en mayo de este año.

En Barcelona se prohibió caminar con el torso desnudo en la ciudad, a excepción de las inmediaciones de la playa.

En Cádiz se prohibió el nudismo en aquellas playas que tengan la consideración de urbanas, solo estando permitidas en aquellas clasificadas como naturales donde haya una zona habilitada para ello.

Esta nueva tendencia a regular la práctica del nudismo, es conocida por sus practicantes como «el aumento del textil», señala Tamboleo. Está más regulada en «zonas familiares» para «poder hacer que el espacio público sea para todos» y asegurar la convivencia. «El nudismo se puede reducir a zonas de espacios protegidos, aquellos que están aislados de núcleos urbanos».

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