Latas, cartones y residuos en la calle de la Montera
Latas, cartones y residuos en la calle de la Montera - FOTOS: MAYA BALANYÁ
Suciedad en las «ciudades del cambio»

La basura en Madrid, problema capital

Manuela Carmena es incapaz de eliminar la porquería acumulada en las zonas turísticas

Madrid Actualizado: Guardar
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«Madrid está muy sucia». Esta es la consideración generalizada sobre el estado de los 121 barrios de la capital. Ahora Madrid, la marca municipal de Podemos, llegó al Ayuntamiento con la promesa de que iba a solucionar el problema de la limpieza, pero después de un año la situación no ha hecho más que agravarse. Ante la mirada atónita de los turistas y la impotencia de los vecinos y comerciantes, todo tipo de residuos se amontonan alrededor de los contenedores; la basura y las bolsas se acumulan en los alcorques y rincones; y las aceras, en muchos casos, muestran un aspecto ennegrecido, alfombradas de papelillos.

«Es evidente que hay algunas zonas que no están tan limpias como desearíamos», reconoció el pasado jueves la alcaldesa en funciones, Marta Higueras, después de que ABC publicara

el deplorable aspecto de las calles del centro, uno de los principales focos turísticos de la ciudad. Lo cierto es que la falta de limpieza en Madrid se ha convertido en un problema capital que el Gobierno de Manuela Carmena no acierta a solucionar. La delegada del área, Inés Sabanés, está completamente desbordada.

La promesa de limpiar Madrid llevaba adjunto el compromiso de remunicipalizar los servicios de recogida de basura como remedio, pero tampoco se ha cumplido. Esta semana se conocieron las plicas para el nuevo contrato, una licitación que apenas difiere de la anterior. Las adjudicatarias y el coste, previsiblemente, serán los mismos (687 millones de euros, IVA incluido), porque las concesionarias optantes solo han reducido un 1% el precio inicial de la licitación. UGT tilda el pliego de «precario».

Al tiempo que la limpieza empeora, la capital alcanza sus máximos históricos de visitantes en verano, cerca del millón de turistas. El distrito de Centro, gran reclamo de la ciudad, es una de las zonas más afectadas por la suciedad. Paloma de Marco, presidenta de la Asociación de Comerciantes de Preciados, Carmen, Arenal y Adyacentes (Apreca), destaca que la limpieza «deja mucho que desear»; un extremo que afecta directamente a los negocios. «La imagen es nuestra carta de presentación y desde luego que no es la mejor que podemos dar», añade.

Si bien los enclaves más transitados presentan una imagen favorable, como la Puerta del Sol o la Plaza Mayor, las calles anexas están literalmente comidas por la porquería. Vías como Montera, Arenal o la plaza del Callao amanecen inundadas de latas de cerveza, botellas, cartones y residuos. Recogidos los desperdicios, los regueros de orines y basura aún permanecen.

«Botellódromo»

Barrios céntricos como Lavapiés se convierten durante los meses de verano en un auténtico «botellódromo». También el entorno de espacios históricos, como la plaza de Ópera o la Gran Vía, muestran cada mañana los estragos del consumo de alcohol en la vía pública. «Es asqueroso como está todo a primera hora, la verdad es que nunca lo había visto así», explica José María Lucas, un vecino del centro.

En las calles de Menorca y del Doctor Castelo, a apenas unos pasos del Parque del Retiro, la estampa es idéntica. Pero la basura no es algo exclusivo de estas áreas. Carabanchel, Ciudad Lineal, Puente y Villa de Vallecas, Villaverde... Encontrarse con los contenedores rodeados de bolsas, muebles y hasta sanitarios es habitual en los 21 distritos de la capital, así como los alcorques plagados de papeles, plásticos y residuos orgánicos. Una cantidad ingente de porquería inabarcable para los cerca de 2.000 operarios del servicio de recogidas de basuras.

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