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El aumento de CO2 en el mar «intoxicará» a los peces

Les afecta al cerebro y pierden el sentido de la orientación

Madrid Actualizado: Guardar
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Las concentraciones elevadas de dióxido de carbono (CO2) en el agua de mar pueden tener efectos perjudiciales sobre los animales marinos. Así lo revela un estudio que publica la revista « Nature» y que por primera vez realiza proyecciones a futuro sobre la concentración de CO2 en el mar. La investigación llevada a cabo por la Universidad Nueva Gales del Sur (UNSW, por sus siglas en inglés), en Australia, concluye que si las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera continúan aumentando, las oscilaciones naturales del CO2 en el mar se amplificarán hasta diez veces en algunas regiones de los océanos a finales de siglo.

El estudio, el primero en hacer un análisis global del impacto de este fenómeno, revela que la elevada concentración de CO2 en el agua provoca también un aumento anormal de la presencia de este elemento en la sangre arterial de los peces.

Este fenómeno, conocido como hipercapnia, aparecería con concentraciones atmosféricas de CO2 superiores a 650 partes por millón (ppm) -en 2015 se superaron las 400 ppm- y tendría consecuencias desastrosas para las principales pesquerías del mundo.

Ben McNeil, del Centro de Investigación del Cambio Climático en la UNSW y autor principal del estudio, explica que «las altas concentraciones de dióxido de carbono hace que los peces estén como en un estado de embriaguez, desorientados. El dióxido de carbono afecta a sus cerebros y pierden su sentido de la orientación y su habilidad para encontrar el camino de vuelta a casa. Ni siquiera saben dónde están sus depredadores». Esto «tiene implicaciones enormes para los ecosistemas marinos de todo el planeta y el sector de la pesca mundial», añade.

Los resultados de la investigación revelan que si la contaminación del dióxido de carbono atmosférico sigue aumentando, los peces y otras criaturas marinas en puntos calientes de CO2 en el Pacífico, el Atlántico Norte y el océano Antártico experimentarán episodios de hipercapnia a mediados de este siglo, «mucho antes de lo que se había previsto y con efectos más perjudiciales que lo que se pensaba», dice el investigador. Por su parte, Tristan Sasse, de la Escuela de Matemáticas y Estadística de UNSW, quien también participó en el estudio, explica que «para el año 2100, se espera que las criaturas de la mitad de la superficie de los océanos del mundo se vean afectados por la hipercapnia».

Los científicos utilizaron una base de datos global de las concentraciones de dióxido de carbono en el mar recogidos durante los últimos 30 años como parte de una variedad de programas oceanográficos. «A continuación, empleamos un método numérico para conocer los picos mensuales naturales y las bajadas en las concentraciones de dióxido de carbono durante el año a través de la superficie de los océanos del mundo, sobre la base de estas observaciones», relata Sasse. Sin embargo, reconoce Mc Neil, «hay una falta de mediciones oceánicas globales de las concentraciones de dióxido de carbono», por lo que animan a otros grupos de investigación a compartir sus datos para intentar mejorar la predicción en la aparición de este fenómeno que puede hacer mucho daño a la vida de nuestros océanos.

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