Imagen de archivo de un miembro de la población mapuche
Imagen de archivo de un miembro de la población mapuche - REUTERS

Argentina crea su primer hospital con médicos y curanderos mapuches

Quiere satisfacer las demandas de una población reticente con la medicina de cátedra y universidad

Buenos Aires Actualizado: Guardar
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A caballo entre la medicina indígena y la occidental, en ese espacio intermedio, se construirá y funcionará Ranguiñ Kien, el primer hospital intercultural de Argentina. El emplazamiento elegido será Ruca Choroi, en Aluminé, territorio mayoritariamente mapuche de la provincia de Neuquén.

Visto el ejemplo de Chile, Argentina ha decidido seguir sus pasos y satisfacer las demandas de una población reticente con la medicina de cátedra y universidad. El proyecto, según lo previsto, se levantará sobre 522 metros cuadrados. Una vez terminada la obra el equipo de especialistas de la salud estará formado por doctores y miembros de la comunidad Mapuche Aigo y Huenguihuel.

Según detalla el doctor Fabián Ganzado al portal RT, se contempla la creación de cuartos especiales «para hacer fogones, para los curadores, los componedores de huesos y los yerbateros».

Asimismo, se dispondrá de «un espacio ceremonial para el machi, la máxima figura de la ceremonia curativa mapuche».

Lejos del Fen sui, los mapuches también tiene su sentido del cosmos y efectos en el descanso. Con esas creencias, o para evitar mal fario, las camas del centro no estarán orientadas hacia el oeste. La razón es que estarían mirando a los Andés, donde, según sus creencias, van a parar los muertos.

Lorenzo Loncón, de la Confederación Mapuche de Neuquén, explica en RT que la concepción de la medicina occidental es «separar todo», al hombre y a la cultura de la naturaleza. Por el contrario, añade, la cosmogonía mapuche apunta a «una unidad» que explica la incorporación de espacios como los fogones. Defensor a ultranza de la medicina milenaria, Loncón considera que ésta «ha demostrado que, si es natural, es mucho mejor que una combinación química o sintética» y que «si todas las culturas somos diferentes, también la medicina tiene que ser apropiada a cada cultura».

Fabián Gancedo, médico del hospital de Aluminé y responsable de la atención rural, reconoció que no fue fácil concretar el proyecto. «Se necesitaron quince años de experiencia junto con estas comunidades» para ganarse su confianza y poder establecer «una relación entre la biomedicina y la medicina mapuche, cada una con su valor y sus técnicas».

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