Informe PISA 2015Argentina, avergonzada por haberse quedado fuera de PISA

La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) justificó la decisión después de apreciar una reducción notable de las escuelas y alumnos sometidos a examen

BUENOS AIRES Actualizado: Guardar
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El escándalo está servido. Argentina, para vergüenza nacional, fue excluida de las pruebas PISA. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) justificó la decisión después de apreciar una reducción notable de las escuelas y alumnos sometidos a examen. Es decir, de darse cuenta que presentaron a las pruebas a los estudiantes de centros supuestamente mejor preparados y dejaron fuera al resto. La OCDE lo explicó en términos diplomáticos al considerar que la muestra no era lo suficiente representativa.

La organización no entró a valorar si la selección y reducción deliberada de los centros escolares fue producto de la viveza criolla (picaresca tramposa) o incompetencia del anterior Gobierno que presidía Cristina Fernández de Kirchner. En cualquier caso, el país quedó fuera del ranking internacional de medición de niveles de educación más importante del mundo.

Nunca antes Argentina se había encontrado en una situación similar, Tras la brutal crisis que dejó al país en bancarrota a principios de siglo, el país se excuso de presentar a las pruebas Pisa en 2003. Fue una decisión voluntaria. No es el caso de hoy, donde la «disminución significativa de la proporción de niños» como advierte la OCDE y de colegios que históricamente habían participado dejaron sin sentido el proceso.

Falseo deliberado de las estadísticas públicas

El exministro Alberto Sileone desmintió que manipularan el sistema y los datos y justificó la merma de colegios que concurrieron porque «no existen más», según declaraciones al diario Infobae. Asimismo, dijo que en meses anteriores había mantenido contactos con la OCDE sobre el problema y les había explicado el escenario. Visto lo visto, no le creyeron.

El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se caracterizó, entre otras cosas, por falsear deliberadamente las estadísticas públicas. El INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censo) fue virtualmente dinamitado con la expulsión de los principales técnicos. En su intento de ocultar la realidad argentina hasta dejó de medir la pobreza con la excusa de que «estigmatizaba» a los más desfavorecidos, según término utilizado por el ex ministro Axel Kicillof. En simultáneo la presidenta y su jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, equiparaban el número de pobres de Argentina (por encima del 25 por ciento) con los de Alemania y otros países desarrollados (5 por ciento)

No obstante, una buena noticia se produjo en medio de este cimbronazo. La ciudad de Buenos Aires, gobernada entonces por el actual presidente Mauricio Macri, sí fue incluida en el listado de ciudades. Los resultados la colocaron, con 38 puntos, por encima de resto de las capitales de Latinoamérica que encabeza Chile con 44. Esteban Bullrich, ministro de Educación de Buenos Aires entonces y al frente de la misma Cartera pero a nivel Nacional actualmente, observó que «se cometió un grave error» en la metodología empleada por el anterior Gobierno que tuvo, «poco apego y compromiso con las estadísticas».

En este contexto defendió la actual gestión de Macri, «trabajamos desde que asumió el presidente Macri en el compromiso por la verdad. Y esto se parece a un país que no tenía compromiso por las estadísticas y la verdad. El país del Indec, que publicaba estadísticas que no eran verdad. No queremos que se construya un relato, mucho menos en la educación», insistió.

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