El alcalde de Funchal, imputado por la caída de un roble que mató a 13 personas

El suceso aconteció en una romería de la capital de Madeira en agosto de 2017 y el Ayuntamiento ya había sido alertado de que el gigantesco árbol estaba deteriorado

Bomberos y trabajadores de los equipos de rescate en el lugar donde cayó el árbol EFE
Francisco Chacón

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El alcalde de Funchal, Paulo Cafôfo, h a sido imputado formalmente por la caída de un gigantesco roble el pasado 15 de agosto, lo que costó la vida a 13 personas e hirió a más de 50.

Las fatales consecuencias del suceso, que conmocionó a todo Portugal, se precipitaron a causa de que una multitud se agolpaba en la tradicional Romería de Nuestra Señora del Monte , seis kilómetros al norte de la capital de la isla de Madeira.

Desde el primer momento, se alzaron las protestas de los vecinos porque los empleados municipales del área de Medio Ambiente ya habían alertado en diversas ocasiones acerca del mal estado en que se encontraba el árbol. Pero sus advertencias no sirvieron para que las autoridades locales tomaran cartas en el asunto y atajaran ese deterioro.

Ahora la investigación en curso señala directamente a la cúpula de la Corporación, pues no solo figura como acusado el regidor sino también la concejal de Medio Ambiente, Idalina Perestrelo.

«Tengo la conciencia tranquila respecto a mi actuación y a mi deber para con la seguridad de los funchalenses», explica el alcalde, que representa a una coalición encabezada por el Partido Socialista, el Bloco de Esquerda y Nós, Cidadaos.

El propio Cafôfo reconoció que ya prestó declaración ante el tribunal y que continúa a disposición de la Justicia para esclarecer todos los puntos oscuros que puedan quedar pendientes en el transcurso de las investigaciones.

Inicialmente, el Ayuntamiento de Funchal tenía la autorización pertinente para realizar un peritaje en la zona, pero solo tres días después le fue retirada por la Policía Judicial, que tomó posiciones y utilizó drones para fotografiar los alrededores del Largo do Monte, donde se desarrolla cada año la romería que se tiñó de tragedia en el verano de 2017.

Caídas previas

El vuelco en las pesquisas se produjo después de que tres familias de las víctimas decidieran dar un paso al frente y se personaran como acusación particular. Mucho más cuando se habían registrado algunas caídas de ramas en los días anteriores al accidente y la respuesta municipal se limitó a un escueto «se tomarán las medidas oportunas en el momento adecuado».

Tal vez en previsión del conflicto judicial posterior, el alcalde compareció después de la tragedia con unos documentos de los años 50 que apuntaban a la parroquia de Nuestra Señora del Monte como propietaria de los terrenos donde se asentaba el roble de la discordia.

Con semejante actitud, Cafôfo no consiguió más que avivar la polémica con la Diócesis de Funchal, que se defendió argumentando que el cuidado de los jardines era responsabilidad del Ayuntamiento .

El caso es que la caída del enorme árbol causó un gran impacto, especialmente debido a escenas como la protagonizada por un hombre que murió con su hijo de 15 meses en brazos .

Para colmo, el hospital de la ciudad isleña no tardó en saturarse y los cadáveres comenzaron a ser depositados en contenedores, por lo que se disparó la indignación popular.

Al derrumbe se sumó aquella mañana del 15 de agosto la avalancha subsiguiente al pánico desatado cuando todos intentaban huir despavoridos , incluidos los numerosos turistas que se hallaban en las proximidades; de hecho, varios ciudadanos alemanes, franceses, húngaros y franceses se vieron afectados.

Ya entonces salió a la luz que el árbol en cuestión había sido señalizado tres años atrás por los propios servicios municipales de mantenimiento.

El santuario, un antiguo sanatorio de la alta sociedad europea, se ubica en medio de la montaña. Y allí, mientras encendían las típicas velas que dominan la procesión cada año, fallecieron las víctimas cuando el gigantesco roble se desplomó desde la raíz, debido a que se encontraba podrido en su interior.

La ciudad natal de Cristiano Ronaldo vivió una auténtica conmoción y el Gobierno regional de Madeira decretó tres días de luto. Lugareños y visitantes se arremolinaban junto a la Iglesia del Monte, enclavada en uno de los parajes más bellos de Madeira, justo cuando los puestos donde se venden las velas bullían con la notable concurrencia.

En el instante en que sobrevino el suceso, el gigantesco árbol estaba atado con un cable de acero, una prueba que apunta a la veracidad de las palabras de los empleados municipales, pues quedaba patente que ya se sabía del riesgo de su posible desplome.

De cualquier forma, la ira popular del momento contrastaba con el agradecimiento mostrado un año antes hacia el Ejecutivo autonómico, en medio de los graves incendios que llegaron a las puertas del casco histórico de Funchal y causaron la muerte de tres mujeres.

Precisamente, es en la Iglesia de Nuestra Señora del Monte donde está enterrado el Emperador Carlos I de Austria, de la Casa Habsburgo-Lorena, pues se exilió en la capital madeirense cuando abdicó durante la Primera Guerra Mundial.

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