¡Achisss!... la gripe también les afecta a ellos

Otoño es estación de tránsito, de comienzo del frío y de la disminución del fotoperíodo (duración de o tiempo relativo de los periodos de luz y oscuridad diarios a los que están sometidos los organismos). Estos cambios significan, en palabras del veterinario Javier Álvarez de la Villa, «un estrés orgánico, y tal vez por ello, las causa de procesos infecto contagiosos aumenta de modo significativo en todos los seres vivos».

Esta semana nos ocupamos de la Gripe del Perro o también conocida como «tos de las perreras» o traqueobronquitis infecciosa canina. Una tos que dura más de dos días combinados con otros síntomas (secreción nasal, dificultad para respirar, letargo, falta de apetito), se recomienda consultar a un veterinario inmediatamente. Este le hará una prueba para ver si su perro tiene gripe canina y si da positivo, no se asuste él le recetará un plan de tratamiento.

Como venimos diciendo la Gripe Canina puede afectar a nuestros perros, produciendo la conocida «tos perruna», como principal síntoma. «Esta tos es, en ocasiones, muy sonora, continúa, seguida de arcadas violentas frecuentemente, de abundantes flemas de aspecto transparente como de clara de huevo», comenta el doctor Javier Álvarez de la Villa del madrileño Centro Veterinario Víctor de la Serna... La tos es molesta, insidiosa y tan persistente, que puede llevar al agotamiento del paciente enfermo.

Según el veterinario consultado se conocen «dos cursos de la enfermedad. El primero, de carácter más benigno, afecta a tráquea y bronquios y su duración, sin tratamiento, suele ser de entre siete y catorce días. El segundo curso, es de naturaleza grave, pudiendo llegar a ocasionar neumonía». Los animales muy jóvenes, los más viejos, las razas pequeñas con colapso traqueal y braquicéfalos (Carlino, Bulldog, Boxer..) son más propensos a cuadros complicados.

Llama la atención el nombre de Gripe del Perro. En común con la gripe humana, comparten el virus Parainfluenza, sin embargo, la enfermedad en perro NO se considera una zoonosis, es decir, no se contagia desde el perro al hombre, lo cuál es una muy buena noticia. Otros agentes que participan son, según el veterinario cosultado «la bordetella, mycoplasmas, herpesvirus y otros, con lo cuál hablamos de un complejo etiológico, es decir, un grupo de patógenos implicados en esta enfermedad. Todos ellos se suman para aumentar la gravedad de la misma».

Como venimos diciendo sus síntomas son muy parecidos a los de la gripe humana. La transmisión de la enfermedad se produce por contacto directo entre los animales, el contacto con las secreciones y objetos contaminados. Por lo tanto, los perros que frecuentan parques, exposiciones, residencias y otros lugares donde tenemos un grupo de animales, son más susceptibles a la infección. Salvo casos excepcionales, la mayoría son afecciones leves que con un tratamiento consistente, por lo general en antibióticos y seguir una dieta equilibrada, mantener al enfermo bien hidratado; así como administrarles algún jarabe para aliviar la tos.

La gripe canina puede afectar a perros de todas las edades, razas y sexo, aunque el grupo de riesgo se encuentra en ejemplares mayores de ocho años o en cachorros. También hay que prestar atención en perros con procesos crónicos como leishmaniosis, diabetes, problemas cardíacos o respiratorios. Como siempre, es importante un diagnóstico rápido y preciso. El tratamiento suele ser muy eficaz y se encamina a eliminar la molestísima tos, disminuir la producción exagerada de flemas y «evitar la progresión del proceso hacia cursos más graves de carácter asfíctico (relativo a la axifisia) o neumónico», comenta el doctor Javier Álvarez de la Villa.

La gripe canina se transmite entre nuestras mascotas por vía aerógena o a través de objetos contaminados. La densidad de perros en las ciudades favorece el contagio entre ellos y los síntomas van desde molestos a graves. Por todo ello, la mejor opción es la prevención. Existen vacunas intranasales que protegen a nuestras mascotas de la infección y de la enfermedad. Son una opción muy recomendable para proteger la salud de nuestros entrañables compañeros. Si su perro se encuentra del grupo de riesgo, consulte con su veterinario.

Este tras examinar al animal decidirá si debe o no vacunarse. Si tiene un perro; pero no está dentro del grupo de riesgo también puede vacunarlo de manera preventiva. Como en los humanos para ejemplares con riesgo de contraer la gripe existen vacunas anti gripales que con una sola dosis protege a su perro desde las 72 horas de su inoculación. La vacunación anual es en la actualidad la mejor manera de prevenir esta enfermedad,siempre como decimos consultando con su veterinario.