Un verano diferente y natural en plena sierra

No es una playa normal. No tiene bandera azul. Ni tampoco arena fina. Pero sin duda, la playita de Zahara de la Sierra, es una de las que más encanto tiene de Cádiz. Nadie duda de los increíbles paisajes que el municipio gaditano de Zahara de la Sierra ofrece durante todo el año, que constituyen su gran reclamo turístico. Pero durante los meses del verano, la localidad gaditana se convierte en el centro de las visitas por su playa artificial, la playita El Área Recreativa de Arroyomolinos.

La playa se sitúa en pleno corazón de la serranía de Monte Prieto, a unos 300 metros aproximadamente de la Cueva del Susto. Está rodeada por numerosas huertas y árboles frutales, contando todo el terreno con una superficie de más de 60.000 metros cuadrados.

El entorno es idílico. La playa de Arroyomolinos es un enclave turístico del cual se han aprovechado del cauce del río para crear un lago apto para el baño, con socorristas profesionales, servicio de restaurante, bar, chiringuito y merenderos. Fue el Ayuntamiento el que ideó la iniciativa de acondicionar uno de los recursos naturales de la localidad para que en el curso del río se formase una pequeña playa artificial, antes de que el agua llegase a los pantanos.

La propuesta de la playita artificial fue bien acogida desde el primer momento y ahora es el gran reclamo para los habitantes de la zona que no cuentan con piscinas privadas o con medio de transporte para acudir a la costa. Además, la playa cuenta con una zona especial en la que se puede acampar y pasar todo el día con familiares y amigos, por lo que se puede combinar los baños en el agua con los descansos a la sombra de los árboles, los cuales están justo al pie de la orilla.No en vano, en todo el recinto está prohibido encender fuego y hacer barbacoas, así como la presencia de animales, arrancar ramas o frutos de los árboles, introducir botellas de gas o acceder a la zona de baño con envases de vidrio.

Para llegar hay que tomar la carretera de Grazalema, la CA-2300, y sin perder de vista en ningún momento el embalse de Zahara, que se rodea, en apenas cinco kilómetros comienzan a verse las señalizaciones del ARA, Área Recreativa de Arroyomolinos.

El espacio es, sencillamente, maravilloso. Está dotado de numerosos servicios entre los que destaca el aparcamiento vigilado para coches. La playa de Zahara de la Sierra ha ido añadiendo atractivos complementarios. A la oportunidad de los chapuzones en plena sierra, se añaden las sombrillas y chiringuitos propios del descanso veraniego. Pero también se favorece una jornada activa en deportes. Tirolinas, puentes colgantes o escalas suspendidas, servicio de alquiler de kayaks y paseos a caballo son algunas de las muchas actividades que ofrece esta playita de Arroyomolinos.

El Área Recreativa deja al visitante la sensación de estar en el paraíso. Entre huertas y árboles frutales, cuenta con personal especializado en socorrismo acuático y primeros auxilios, y además se pueden alquilar tumbonas y mesas y sillas para disfrutar del entorno.

En cuanto al precio para pasar un día en el Área de Arroyomolinos, no se diferencia mucho del resto de piscinas. La entrada a la playita es de 2,50 euros de lunes a sábado, y de 3,50 euros los domingos para los adultos. Los niños hasta doce años pagan 2 y 2,50 euros respectivamente, mientras que los menores de cuatro años pueden entrar de manera gratuita.

Con todo ello, la playita artificial está logrando competir, sobre todo en días de fuerte viento de levante o de aglomeración en las costas de Cádiz, Conil o Vejer, con las grandes playas y resorts turísticos. Y es que pequeñita, pero con encanto, es todo un lujo de disfrutar de una playa en la sierra gaditana. Es el tradicional ambiente playero aunque el mar esté casi un centenar de kilómetros.

Para acabar el día nada mejor que una visita al casco antiguo de Zahara de la Sierra, parada obligatoria en la ruta de los Pueblos Blancos por su belleza típicamente andaluza. Situado sobre un peñasco a los pies del pantano y coronado por los restos de un castillo, Zahara ofrece al viajero el encanto de estrechas calles y casas encaladas, con balcones adornados por buganvillas y geranios.