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La piel de Ubrique lucha contra el low-cost

Empresas del sector batallan para que los artículos procedentes de China, India o Pakistán, entre otros, pasen por los mismos controles que se les imponen a ellos

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José Pulido recuerda cuando su abuelo le decía entre bromas que no podían hacer las carteras tan buenas porque no se romperían nunca y así nadie iría a comprarse otra. Que se les acababa el negocio. Recuerda también que le contaba como de viajante llevaba el nombre de Ubrique por todo el país, ya fuera en coche, tren, burro o lo que se terciara. Lo importante era llegar y vender.

Presume de como las manos de la gente de su pueblo les ha hecho grandes, reconocidos, y les ha dado «tanto». Ycomo la paciencia y la constancia han sido fundamentales para conseguir sobrevivir en un sector del mundo empresarial tan vareado por embistes de uno y otro lado. José Pulido representa la tercera generación de su familia que apuesta por el oficio.

El de casa. El de siempre.

Ahora, tras años en los que la crisis también les hizo temblar, las cifras (49 millones de euros en 2014) parecen que apuntan en una mejor dirección, gracias también a acuerdos con grandes marcas internacionales. La calidad es el sello que distingue a la marroquinería gaditana y a él se aferran para pelear por lo suyo. Pero en ese camino, siguen encontrando algún obstáculo que podría ser evitado poniendo, según añaden, las mismas reglas sobre la mesa.

«La importación nos ha dejado fuera de juego», denuncia Pulido, presidente de la Asociación de Empresas de Complementos de Moda y Piel (Empiel), que representa a un centenar de negocios de la localidad, de los 200 que están activos actualmente. «Pagamos licencias de aperturas, contratos con seguros sociales, nos acogemos a la prevención de riesgos laborales, hacemos la recogida de residuos como nos mandan... asumimos todas nuestras responsabilidades para que luego en las aduanas no haya ningún control de calidad ni de sanidad de los productos que vienen de otros países y se venden por mucho menos precio que los nuestros». «No existe ningún control en la importación de piel», lamenta. «Nos sentimos completamente indefensos».

Se trata de mercancías de piel 'low-cost' que llegan desde países como China, Pakistán, India... donde compran proveedores españoles y distribuyen por las tiendas de accesorios de España. Pero también de marcas que trabajan y venden directamente en sus comercios esta mercancia. Hasta ahí todo bien. Forma parte de la libertad de comercio. La oferta y la demanda.

El problema, según advierten desde Empiel, es la doble vara de medir. «Intentas hacer todo legal y luego, cuando llegas al mercado, no recibes el mismo trato». «Está claro que nosotros lo que vendemos es calidad, producto artesano, con todas los controles necesarios, pero, la competencia sigue ahí y cuanto más controlada esté, mejor».

Por esta razón desde 2008, el objetivo está claro para estos empresarios de la piel de Ubrique:conseguir una ley que les proteja y que equipare las condiciones de todos para que las exigencias sean las mismas,«las justas». «Ellos pueden vender por ejemplo una cartera de mujer por 40 euros, cuando para mí eso es solo el precio de coste». «El cliente por supuesto puede distinguir nuestra calidad, nuestro sello, pero no sabe si otro producto ha pasado o no por los controles sanitarios y fiscales que tienen que pasar».

Un sello para la supervivencia

Y para ello, es necesario que el sector consiga una certificación que le ampare, similar a la de denominación de origen de los alimentos pero, en su caso, referido a este tipo de actividad industrial.

La Unión Europea ha puesto en marcha un reglamento que defenderá a los productos o sectores que estén inscritos en un registro que están completando. Esta lista, llamada Registro de Indicaciones Geográficas de Productos no Agrícolas de Europa y Terceros Países, será la clave;una certificación de calidad que les distinga y que abriría una nueva vía para su financiación y promoción.

Una vez que el estudio de este proyecto pase a manos de un grupo de expertos de la Comisión, se prevé que finalmente pueda ser presentado para su votación en el Parlamento Europeo en el año 2016.

Mientras, en Ubrique continuará la lucha. «Vamos para adelante sí o sí. Los ubriqueños no sabemos trabajar mal, en otra calidad - cuenta Pulido- Aquí esto se hace con un cariño especial con el que también se consigue que se identifiquen estos productos claramente. Nunca dejaremos de creer en lo nuestro».

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