Los niños Miguel y Leonardo, de 5 y 4 años, asesinados en Alemania en febrero de 2017 presuntamente por su padre, el ingeniero y enfermero sevillano Sergio Oliva
Los niños Miguel y Leonardo, de 5 y 4 años, asesinados en Alemania en febrero de 2017 presuntamente por su padre, el ingeniero y enfermero sevillano Sergio Oliva - ABC

El sevillano acusado de matar a sus hijos en Alemania, aislado para que no le agredan en la cárcel

El juicio a Sergio Oliva, que se enfrenta a penas de 15 años de prisión, se celebrará antes de final de año

Yulia, la madre de los niños, espera que su exmarido sea condenado al menos a 15 años de prisión

SEVILLA Actualizado: Guardar
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El juicio por la muerte de los niños sevillanos Miguel y Leonardo a manos presuntamente de su padre, el ingeniero y enfermero de 38 años Sergio Oliva, tendrá lugar en octubre, según ha declarado a ABC la rusa Yulia Lantukh, madre de los infantes. Sergio continúa en prisión desde hace cinco meses y ha sido recluido en una celda individual con vídeo vigilancia para evitar las agresiones de otros presos y que se intente autolesionar. Algunas fuentes apuntan a que ya habría sufrido una gresión por parte de un preso.

El asesinato de los niños tuvo lugar en la madrugada del sábado 18 de febrero en la localidad alemana de Aurich, en Vaihingen an der Enz, una ciudad ubicada a unos 25 kilómetros de Stuttgart.

La madre de los niños, nacidos en Sevilla, se había separado pocos meses antes de Sergio y acudió a la vivienda que había compartido con su exmarido porque no había tenido noticias de los niños desde que él los recogió del colegio. Según su versión, encontró a Sergio sobre un gran charco de sangre y a su hijo mayor, Miguel, muerto en un sofá, por lo que salí a la calle a pedir auxilio.

El presunto parricida intentó autolesionarse después de cometer supuestamente los dos crímenes. Según las autopsias, los niños presentaban una « profunda cuchillada» en el pecho y una serie de golpes en la cabeza con un objeto contundente.

La madre de los niños ha declarado a este diario que Sergio podría ser condenado a 15 años, según le ha informado su letrado. Preguntada sobre las razones que llevaron a Sergio a matar presuntamente a sus hijos, Yulia se muestra desconcertada porque «era tranquilo, muy cariñoso con los niños, nunca fue agresivo conmigo ni con ellos». También descarta que la venganza fuera el motivo de su comportamiento «porque él sabía que yo ya tenía otra relación sentimental y nunca demostró celos, aunque también es verdad que él no era una persona que demostrara muchos sus sentimientos».

Yulia Lantukh, con el menor de sus hijos
Yulia Lantukh, con el menor de sus hijos - ABC

Sobre la respuesta que Sergio habría dado a la Policía cuando fue hallado en la casa ensangrentado y junto a los niños muertos, la madre ha declarado que «no tiene sentido que otra persona interviniera, como él asegura. ¿Por qué una persona iba a querer entrar en una casa de más de cien años en la que no había nada? Y si entró realmente ¿por qué iba a matar a los niños y no a él? Su argumento no tiene sentido».

Yulia, que afirma ser licenciada en Informática en la Universidad rusa, ha tenido que abonar los gastos del entierro de sus hijos, aproximadamente unos 9.000 euros, con dinero propio y aportado por alemanes y españoles, algunos de los cuales se sumaron a una iniciativa en internet para recaudar dinero. «Ni los padres de Sergio ni su hermana, que tiene hijos de la misma edad que los míos, han dado señales de vida ni se han hecho cargo de los gastos del sepelio. Gracias a la ayuda de españoles y alemanes he podido pagar el entierro de mis hijos y unas tumbas que podré visitar durante veinticinco años», ha manifestado la rusa, aún en tratamiento psicológico por el estrés postraumático.

«Acudo a un psicólogo pero no quiero tomar pastillas porque sigo trabajando como dependienta en unos grandes almacenes de bricolaje. Tengo que seguir trabajando porque tengo que pagar las facturas», ha indicado Yulia, quien ha decidido dejar de pagar la casa que compró con su exmarido. «Antes pagaba la mitad de la hipoteca porque Sergio seguía viviendo allí con los niños pero ya no tiene sentido abonar 300 euros mensuales. Imagino que la casa terminará subastándose por impago».

La Policía aún no le ha permitido entrar en esa vivienda para recoger documentos personales que necesita, así como objetos de sus hijos. «Me dicen que no puedo entrar porque la casa es de los dos pero él no puede ir porque está en la cárcel», explica la rusa, quien desconoce si Sergio estaba de baja por depresión en el momento de los hechos. «En los dos años que vivimos juntos en Alemania él se dio de baja en numerosas ocasiones. Trabajaba como enfermero en una residencia de ancianos y cuando no quería trabajar decía que le dolía la cabeza o una pierna. No quería trabajar ni pagaba los gastos de manutención de los niños, por lo que no entiendo -dice- cómo pretendía quedarse con la custodia de Miguel y Leonardo».

En declaraciones a ABC, Yulia recordó los duros trámites de separación, cuando le quisieron retirar la tutela de los niños. «En Protección de Menores él tenía un buen contacto, que le ayudaba mucho y le protegía. Se trataba de una mujer que le estuvo ayudando a quitarme a los niños y con la que hablaba todos los días. Afortunadamente, un juez no lo permitió pero hay que preguntarse ahora ¿cómo es que un profesional de Protección de Menores dejó que pasara esto?», se preguntaba esta rusa, quien no ha querido desvelar la razón por la que Sergio le denunció para quitarle la custodia compartida. Yulia confesó que «no puedo y no podré perdonar a Sergio por matar a mis hijos. Ellos eran todo lo que tenía».

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