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Las seis mentiras del PSOE e Izquierda Unida sobre la sentencia de los suelos de Mercasevilla

Tras la absolución de los acusados, destacados militantes de ambos partidos han llevado a cabo una estrategia de confusión en las redes sociales difundiendo ideas completamente falsas para denunciar el supuesto daño causado

SEVILLA Actualizado: Guardar
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La sentencia del caso de los suelos de Mercasevilla que absuelve a todos los acusados ha generado una tormenta de comentarios acerca de la instrucción que, en su mayor parte, se basan en asertos falsos. Más allá de la dilación del proceso, cuyas críticas han sido generalizadas, también se han emitido comentarios en los que se ha intentado relacionar este caso con el de los ERE, se le ha reprochado al PP la judicialización de la política y hasta se ha llegado a afirmar que la instrucción no ha servido más que para damnificar a los políticos señalados. Nada de eso es así. Los datos empíricos lo demuestran. Estos son los hechos que han acaecido en la investigación de la venta de los suelos de la lonja de Sevilla, un mercado público donde, por cierto, fueron probadas y condenadas las mordidas y desde donde se han descubierto otros casos de corrupción.

No denunció el PP

La venta de los suelos del Merca no es una investigación que partió de una denuncia del PP. Fue la propia juez Mercedes Alaya quien abrió una pieza separada durante la instrucción del caso de la famosa grabación en la que el director de la lonja, Fernando Mellet, y su mano derecha, Daniel Ponce, pidieron una mordida a los empresarios del Grupo La Raza a cambio de hacer una escuela de hostelería en el mercado. Aquella investigación inicial, que sí fue denunciada por el PP después de que ABC publicara la grabación, acabó con una condena de 21 meses de inhabilitación y 600.000 euros de multa para cada uno de los acusados, una sentencia ratificada por el Tribunal Supremo tras quedar probado que el cohecho se produjo. Sin embargo, la instrucción por la venta de los suelos partió de la propia magistrada, que detectó que la empresa Sanma, ganadora del concurso a pesar de ofertar 60 millones de euros menos que Noga, había hecho donaciones a la Fundación Mercasevilla. Una vez avanzada esa rama del caso, el PP también se personó como acusación particular, pero posteriormente se retiró y no ha participado en el juicio.

No es el origen de los ERE

Otro mantra que se ha distribuido desde el propio PSOE es que la investigación sobre la venta de los suelos de Mercasevilla originó la de los ERE y, sin embargo, ha quedado en nada. No es así. De hecho, son casos que no tienen absolutamente nada que ver, aunque es cierto que el nombre de Francisco Javier Guerrero, director general de Trabajo que distribuía los expedientes de regulación de empleo desde el llamado «fondo de reptiles», salió a la luz pública por primera vez porque un testigo en la rama urbanística lo citó. Fue concretamente Antonio Pardal, dueño de Larena 98, una promotora a la que Sanma había arrebatado el derecho de superficie de los suelos. Pardal lo nombró porque aseguraba que Guerrero le había ofrecido una ITV a cambio de marcharse de Mercasevilla. Nada que ver con los ERE, que tienen su punto de partida en el caso del cohecho.

Los ERE parten de la grabación

El origen del caso de los ERE también está en la grabación de las mordidas, por la que sí hubo condena. En esa conversación, Mellet dice literalmente lo siguiente: «A mí me consiguen una subvención del tipo ERE, que es la que os voy a explicar, y yo por razones obvias al conseguidor tengo que pagarle una comisión. Eso es una práctica habitual legal y eso sí lo planteo yo en los consejos de administración. Con el primer ERE lo hice, tengo aquí el papel. Yo pago una comisión para conseguir un ERE y conseguir un ERE no es sólo una gestión mía». Con motivo de esta revelación, el PP se puso a investigar el ERE de Mercasevilla y descubrió que había una persona de Jaén que jamás había trabajado en la lonja y que estaba cobrando la prejubilación de la Junta. Lo denunció y de ese hilo tiró Mercedes Alaya para destapar toda la macrocausa.

De los suelos al caso Madeja

La absolución del caso de los suelos no exime a varios de los acusados de seguir siendo investigados en otra causa que pudo descubrirse gracias a la del concurso de Mercasevilla. Se trata del caso Madeja, una trama de cobro de mordidas a la empresa Fitonovo a cambio de contratos públicos en la que hay implicados miembros de PSOE, IU y PP. Esta pieza separada surgió de la instrucción del supuesto amaño de la venta de los suelos cuando Alaya ordenó a la Guardia Civil investigar el supuesto «enriquecimiento patrimonial ilícito» de Domingo Enrique Castaño, asesor directo del entonces alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín. Gracias a esas diligencias se descubrió que Castaño tenía propiedades que habían sido regaladas por Fitonovo, por lo que Alaya ordenó un registro de la empresa y encontró una «caja B» en la que la compañía llevaba la contabilidad de las mordidas. Según esos documentos y la declaración de los propios empresarios, IU recibió dinero en cajas de zapatos a cambio de varias adjudicaciones. Por eso fue imputado también Antonio Rodrigo Torrijos.

Traslado a Majarabique

Otra de las cuestiones clave para entender el caso de los suelos es la razón que esgrimió el gobierno de PSOE e IU en 2006 para enajenar los terrenos del mercado: su traslado a Majarabique. Sin embargo, ese cambio de ubicación nunca se llevó a cabo. No hubo ningún movimiento administrativo para ejecutarlo ni proyecto para construir la nueva lonja. Es decir, se sacaron a concurso unos suelos que no estaban liberados. Por esa razón, Mercasevilla tiene que pagar a hora a Sanma 25 millones de euros, por lo que la gestión fue claramente lesiva para el interés general.

La foto de la mariscada

La famosa foto de la mariscada de Antonio Rodrigo Torrijos con Fernando Mellet en Bruselas publicada por ABC tampoco tenía relación con el caso de la venta del suelo, como se ha querido hacer ver estos días, sino con el supuesto delito societario, ya que la auditoría de Mercasevilla detectó una serie de gastos que no estaban justificados. Ese gasto no aparecía en la contabilidad, al igual que los pagos a Baltasar Garzón, entre otras cosas. Es la única rama del caso que queda por instruir.

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