Tanatorio de San Jerónimo
Tanatorio de San Jerónimo - J.M.SERRANO

¿Quién quiere un tanatorio en su barrio?

San Pablo lo rechaza como otras zonas donde se niegan a que haya una mezquita o un albergue

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Los británicos utilizan una expresión para definir el rechazo que generan algunas iniciativas entre quienes viven cerca de esos proyectos. Ellos lo llaman Nimby (abreviatura de las siglas de «Not in my black yard» o traducido al castellano «no en mi patio trasero». En España algunos lo han castellanizado como Span («Sí, pero aquí no»). Pues bien, en Sevilla ha habido en los últimos tiempos unos pocos asuntos que para la mayoría pasan desapercibidos pero no gustan demasiado a quienes los tienen verdaderamente cerca. Es el caso del nuevo tanatorio, la construcción de una mezquita, la ampliación de la Feria en los Remedios, el albergue de Perafán de Ribera. Son ejemplos que nadie quiere cerca de casa.

Tanatorio en San Pablo

Es, sin duda, el ejemplo más reciente de una cuestión que no ha pasado desapercibida para quienes lo tienen en sus alrededores y que, incluso, ha provocado la creación de una plataforma e incluso manifestaciones en contra.

De hecho la «Plataforma No al Tanatorio en San Pablo» se ha concentrado ya para solicitar la paralización inmediata de las obras dirigidas a la instalación del denominado «Tanatorio Nervión» en las avenidas Montes Sierra y Padre José María Javierre. Los argumentos de estos vecinos para rechazar el nuevo tanatorio se basan en que, según dicen, se pretende ubicar en una zona residencial y, por tanto, cerca de guarderías, parques infantiles y colegios. Argumentan además que está muy cerca de Los Arcos, un centro comercial de ocio para familias que, según dicen «nada tiene que ver con el recogimiento» que debe acompañar el entorno para este tipo de establecimientos. Pero ese no es único impedimento que ponen al proyecto.

También lo rechazan porque suponen que implicará más tráfico para una zona con un volumen ya complicado y porque también tienen ya problemas de aparcamiento al tratarse de una zona llena de edificios antiguos y sin garaje. O incluso porque piensan que tendrá un impacto social y económico negativo ya que implicará una llegada masiva de gorrillas. «¿Quién va a querer sentarse en la hamburguesería a comer con vistas directas al tanatorio y comitivas fúnebres?», se preguntan insistiendo también en que la instalación de un tanatorio podría devaluar el precio de las viviendas.

Albergue de La Macarena

El albergue municipal lleva años en la calle Perafán de Ribera pero a los vecinos sigue sin gustarle demasiado. Y es que, como dice Manuel Adorna de la asociación Macarena Tres Huertas, el problema no es que este centro se ubique en el barrio sino que hay muchas personas sin hogar que deambulan por las calles. «No nos molesta que estén allí, lo que nos molesta es cuando se producen broncas o la suciedad que generan», dice Adorna. Sobre todo se quejan de que dejan basura, recipientes de bebidas o que, en algunas ocasiones se encuentren restos de orina.

Algo que llevan tiempo denunciando y que, según el representante de los vecinos, sólo les sirve para que acuda periódicamente una patrulla de la Policía o los servicios de limpieza acudan a adecentar las calles y llevarse los cartones que estas personas dejan. Un problema añadido que se encuentran es que, a veces estas personas también invaden las pistas de fútbol del barrio. «Queremos que arreglen la valla que había porque se meten hasta en los vestuarios», dice.

La mezquita en Sevilla Este

El viejo proyecto de mezquita tampoco gusta. En ninguna de las ubicaciones que se han propuesto en los últimos años. Francisco Díaz, presidente de la Asociación de Vecinos Las Ciencias de Sevilla Este, donde ahora quieren instalar el templo islámico algunos promotores, sostiene que el Ayuntamiento se comprometió a que no se construyera la citada mezquita en suelo público si había rechazo vecinal. Su negativa se basaba en que dicen tener otras necesidades en el barrio más urgentes. «No necesitamos ni una mezquita ni una iglesia católica.

Lo que nos hace falta es que haya una biblioteca, un centro cívico, un polideportivo... tenemos muchas necesidades antes que eso», decía Díaz insistiendo en que, si se trata de suelo privado construyan lo que quieran. Pero en terreno público ven otras prioridades. El resultado de esas protestas fue que el propio alcalde, Juan Espadas, se comprometió a no hacerlo. Con ello el proyecto de mezquita en Sevilla, una vieja iniciativa de años tampoco llegó a término. Igual que ocurrió hace años en Los Bermejales.

La laguna

El proyecto del aeropuerto de Sevilla para desecar la laguna del parque del Tamarguillo también parece ser polémico. Los argumentos a favor de la desecación que se esgrimen ante la Confederación Hidrográfica hablan de que la laguna constituye un posible foco de riesgo para los aviones por las aves que acuden a ese paraje. Sin embargo, los vecinos están a la expectativa. Manolo López, presidente de la asociación del Parque Alcosa, asegura que aún no tienen la información y que en una reciente junta del distrito abogaron por esperar a ver el proyecto antes de posicionarse. Primero quieren saber sí es una desecación total o parte. Y posteriormente saber cuál es la opinión de los expertos, los técnicos de medio ambiente. «Si el proyecto carece de argumentos nos opondremos», dice. Pero eso será una vez que tengan todos los datos.

La Feria

El referéndum que hizo el Ayuntamiento para adelantar el inicio de la Feria y que se saldó con un resultado a favor de la ampliación fue rechazado en Los Remedios, el barrio donde se instala el real. Los vecinos votaron que no querían que el alumbrado se adelantara al sábado por la noche (como ya se ha aprobado tras el resultado de aquellas votaciones).

Los vecinos participaron poco poco pero además lo hicieron en contra. De hecho, sólo participó en aquel plebiscito un once por ciento de los censados en el distrito. Yentre los que lo hicieron hubo un 63 por ciento que se oponía a aquella ampliación. ¿Los motivos? Algunos sostenían que el rechazo se basaba en los problemas de tráfico y ruido que genera la fiesta. Y otros incluso veían otras razones más «puristas» relacionadas con la tradición de muchos años de empezar la Feria el lunes por la noche o con el hecho de que la coincidencia con el festivo del lunes 1 de mayo y el martes 2 de mayo (también fiesta en Madrid)fuera a provocar una llegada masiva de madrileños.

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