El primer bebé nacido en Sevilla en 2018 se llama Pablo y llegó poco después de las campanadas

Pesó 3 kilogramos y es el primogénito de María Sillero y Javier Espinosa, vecinos de Pino Montano

Pablo, el primer bebé nacido en Sevilla en 2018, con su madre, María Sillero, y sus abuelas, Conchi y Victoria J. M. SERRANO.

M. J. PEREIRA

Pablo Espinosa Sillero es el nombre del primer niño nacido en Sevilla en 2018 . Ha venido al mundo con 3,055 kilogramos de peso en el Hospital Virgen Macarena en la madrugada de este lunes. Sus padres, María y Javier, entraron por la puerta del centro sanitario cuando estaban a punto de sonar las campanadas.

«Ha nacido a la 1,27 horas del día de Año Nuevo . El parto ha sido natural, sin complicaciones y la madre está recuperándose después de una larga noche», ha declarado al ABC Javier Espinosa Romero, de 29 años, padre orgullo del que es su primer hijo.

«Nos habían dicho que mi mujer, María Sillero Hernando, cumplía el 3 de enero, aunque por nuestras cuentas pensábamos que nacería antes. Nos fuimos a casa de mis padres a celebrar la Nochevieja y estábamos preparándonos para tomar las uvas cuando María ya no aguantaba más los dolores de las contracciones y decidimos irnos al hospital», cuenta el padre, frigorista de la empresa Ferrovial.

Pablo nació a la 1,27 horas del día de Año Nuevo en el Hospital Virgen Macarena J. M. SERRANO

«Todos mis familiares quisieron venirse con nosotros al hospital pero les dijimos que era una tontería, que se tomaran las uvas y que vinieran después. Entramos en el hospital cuando faltaban veinte minutos para la medianoche» , relata Javier. Este año él y su mujer no se han tomado las uvas porque cuando sonaban las campanadas ella estaba en monitores y él, en la sala de espera. «Escuché las campanadas por el móvil pero no tomé uvas porque con las prisas olvidé cogerlas. Compartí el momento con otros familiares que también esperaban en la misma sala», relata.

«Finalmente, Pablo llegó de sopetón, justo dos minutos antes del siguiente niño nacido en 2018 en el Hospital Virgen Macarena , ya que lo escuchamos llorar cuando nació. Mi mujer rogaba que le pusieran epidural pero no pudieron porque ya estaba dilatada ocho centímetros. Con los nervios -dice- me olvidé de grabar lo que ha sido la mejor experiencia de mi vida. El niño es tan tranquilo que me he llegado a preocupar pero los médicos me dicen que me despreocupe, que mejor así. Ahora están llegando los familiares y amigos, resacosos, para conocerlo».

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