Lugar del asesinato del vicario de San Isidoro
Lugar del asesinato del vicario de San Isidoro - FOTO: J.M.SERRANO
TRIBUNALES

El asesino del vicario de San Isidoro padece un trastorno, pero sabía lo que hacía

El informe sobre su estado mental es la última prueba solicitada por la juez

SEVILLA Actualizado: Guardar
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El hombre acusado de matar a puñaladas al vicario de San Isidoro y San Ildefonso padece un trastorno adaptativo pero sabía lo que hacía cuando consumó el asesinato, según recoge el informe psiquiátrico del Instituto de Medicina Legal. Un estudio sobre el estado mental del único imputado que es la última prueba solicitada por la juez del Instrucción nº 10 de Sevilla.

José Eugenio A. F., de 52 años, estaba citado este miércoles para una comparecencia en la que se le iba a informar de los cargos que se le imputa, que será juzgado por un tribunal popular y ofrecer a las partes la oportunidad de solicitar nuevas pruebas.

Sin embargo, la sesión tuvo que ser suspendida. José Eugenio A.

F. renunció a su letrado y han tenido que asignarle uno de oficio. Este abogado ha pedido más tiempo para poder prepararse la defensa.

Una petición que ha sido aceptada y ha propiciado que la instructora señale la comparecencia para el próximo 4 de noviembre a las 13.30 horas, según confirmaron fuentes judiciales.

Pese a este contratiempo, las diligencias continúan avanzando y este miércoles se incorporaban a las actuaciones el informe forense sobre el estado mental del imputado. A pesar de que los especialistas que han estudiado a José Eugenio admiten un trastorno de personalidad que podría afectar a sus facultades volitivas (capacidad de decidir sobre la propia conducta), sabía lo que hacía cuando le dio muerte al sacerdote Carlos Martínez.

La mujer del detenido ya declaró que le envió un mensaje confesando el crimen

Esta prueba viene a sumarse a la propia confesión del imputado, quien ya reconoció en su declaración ante la juez, que acudió a la vivienda del vicario porque le acusaba de la ruptura de su matrimonio. La víctima era tío de la mujer del imputado.

Su expareja declaró el pasado mes de septiembre y confirmó que el detenido le envió un mensaje de texto a su teléfono móvil en el que le confesaba que acababa de matar a su tío. La muerte del sacerdote se había producido minutos antes en el portal de su domicilio, ubicada en la calle Francisco Carrión Mejías.

En septiembre también declaró otro testigo que es empleado de un taller cercano al lugar donde ocurrieron los hechos. Esta persona corroboró que había escuchado los gritos del sacerdote pidiendo auxilio.

Posible atenuante

El detenido, que está en prisión provisional comunicada y sin fianza y al que la juez le imputa un delito de asesinato, habría remitido tres cartas a amigas suyas explicando lo que hizo, misivas que entregaron a la Guardia Civil.

Antes de cometer el crimen el pasado 16 de julio, el imputado estaba ingresado en un centro hospitalario por un intento de suicidio. Se escapó para ir en busca del tío de su mujer y asestarle hasta cuatro puñaladas. La primera de ellas fue mortal al alcanzar el corazón del sacerdote.

Los trastornos de la personalidad que pueden influir en la capacidad volitiva sin que exima al imputado de una posible responsabilidad penal son muy diversos y pueden estar motivados, entre otras circunstancias, por el consumo de alcohol y sustancias psicotrópicas. Estos trastornos pueden derivar en una atenuante a la hora de fijar la pena de un condenado.

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