SALUD VISUAL

«Los niños deben pasar más tiempo al aire libre para el desarrollo de sus ojos»

La oftalmóloga pediátrica de Sevilla, Araceli Trueba, asegura que con la vuelta al cole se detectan los primeros síntomas de un problema ocular

La oftalmóloga pediátrica, Araceli Trueba, atiende a una niña en su consulta del Hospital San Juan de Dios ABC

MARÍA JOSÉ MORÓN

Si observamos estos días que el niño tiene ciertos comportamientos o manías cuando tiene que distinguir algo de lejos o de cerca, es posible que presente un problema de agudeza visual . Algunos de estos hábitos nos pueden indicar que nuestro hijo no ve correctamente. Con la vuelta al cole es fácil detectar los primeros síntomas de un problema ocular.

Los padres no son conscientes de que los niños tienen una plasticidad cerebral que hace que no tenga la visión del todo desarrollada. Se supone que la primera visita al oftalmólogo es a partir de los tres o cuatro años coincidiendo con el inicio de la etapa de escolarización obligatoria, pero muchos padres no los llevan hasta que no aparece el problema. «Las detenciones tempranas que tienen tratamiento pueden ayudar a desarrollar o evitar situaciones de mala visión, como es el caso de un ojo vago», explica Araceli Trueba , oftalmóloga pediátrica del Hospital San Juan de Dios del Aljarafe.

Según la especialista, el niño recién nacido es visitado por el pediatra y, posteriormente, se debe realizar una serie de visitas regladas al mismo. «Si se observan problemas, se tiene que derivar de inmediato», señala Trueba, quien indica también que a partir de los 3 años se debe hacer un reconocimiento obligatorio en el oftalmólogo.

El colegio , en este sentido, suele hacer revisiones a los cuatro o cinco años y cualquier síntoma que puedan detectar padres y profesores también deben acudir al oftalmólogo y «no dejarlo pasar». Sin embargo, esta espera «puede ser ya demasiado tarde».

Síntomas

Los signos que nos pueden alertar sobre la «mala» visión de los niños son varios, como cuando encogen los ojos para ver, lagrimean o tienen enrojecimientos, hacen un esfuerzo visual acercando o alejando la cara para distinguir cualquier objeto, tienen dolor de cabeza al ver la televisión o al hacer los deberes, tienen reflejo pupilar (los ojos rojos en las fotografías), hacen una lectura lenta con el dedo, se frotan continuamente los ojos, o directamente que el menor diga que no ve bien.

El concepto de ojos rojos va asociado a infecciones o a una simple alergia. El oftalmólogo debe distinguir para valorar el diagnóstico si es peligroso o no. Si se trata del primero, de una infección, se determinará « no acudir al colegio » y en la casa «hay que evitar compartir toallas, colirios o almohadas», según Trueba.

Las familias con antecedentes oftalmológicos también puede ser un buen detonante para detectar y prevenir problemas visuales. «Los padres deben informar al pediatra desde el primer momento. El médico ya valorará la gravedad del antecedente familiar (miopía alta, catarata congénita y problemas de retina hereditarios)».

En ocasiones, muchos niños presenta absentismo o bajo rendimiento escolar derivado de los problemas visuales que padecen y no son percibidos por sus padres y profesores. «Desgraciadamente, hay estudiantes mal etiquetados de despistados o de hiperactivos y no lo son», asegura la doctora que atiende numerosos casos de este tipo en el hospital. «Un niño que tiene falta de atención en las clases debe visitar un oftalmólogo».

Buenos hábitos

El 80 por ciento de la información que recibimos entra por los ojos, por lo que cuidarlos es imprescindible para poder tener una buena calidad de vida. Por eso, Trueba aporta una serie de cuidados y consejos que todos, no sólo los niños, deberían seguir.

En primer lugar, los niños deben pasar tiempo en sus ratos libres haciendo actividades en el exterior . «La luz solar es buena para el desarrollo de su ojo», aclara. «Desde que dedicamos tantas horas a actividades de interior, la tasa de miopía ha aumentado de manera alarmante y, por consecuencia, la necesidad de usar gafas».

Asimismo, los niños no deben pasar más de dos horas al día ante las pantallas —televisión, ordenador, videojuegos, teléfonos móviles o tabletas— y a una distancia mínima de 2 metros para una pantalla de TV de 32 pulgadas —ésta debe ser mayor cuanto más grande es la pantalla—. «Las horas extras de televisión disminuyen su capacidad de atención y desarrollo del lenguaje ».

La posición corporal también es fundamental. Cuando hacen sus tareas deben sentarse con la espalda recta y manteniendo la distancia correcta con la mesa o pantalla, según la doctora. Los descansos ante un ordenador , los niños, y los adultos, deben seguir la regla 20-20-20. Cada 20 minutos de trabajo, le corresponden 20 segundos de descanso observando algo a 20 pies de distancia (6 metros).

Cuando el niño está en el exterior es «absolutamente imprescindible» proteger sus ojos de los rayos solares durante todo el año, sobre todo, en verano. «Los ojos de los niños son tres veces más sensibles que los de los adultos». Y al contrario, las zonas de estudio o lectura de casa no pueden estar poco iluminadas.

En definitiva, la educación en salud visual en menores es esencial y no olvidemos que es un trabajo de equipo .

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