HOSPITAL VIRGEN DEL ROCÍO

Maxilofacial pone en marcha el Hospital de Día para evitar ingresos

Unos 200 pacientes han podido resolver su problema de salud en esta área innovadora

Una de las enfermeras atendiendo a una paciente en esta unidad. ABC

Cerca de 200 pacientes hasta la fecha han podido resolver su problema de salud en el área de la Cirugía de Cabeza y Cuello sin necesidad de ingreso, en el nuevo Hospital de Día de Cirugía Oral y Maxilofacial, que se ubica en el Hospital de Rehabilitación y Traumatología del Hospital Universitario Virgen del Rocío.

Se trata de una iniciativa innovadora en su campo , hasta el punto de ser el primer espacio hospitalario de acto único sin ingreso orientado a pacientes con una patología que afecte a la cavidad oral o un traumatismo facial en el sistema sanitario público de Andalucía.

La sala habilitada, en horario de 8 a 22 horas, dispone de cuatro sillones atendidos por personal de Enfermería especialmente formado en los cuidados, al integrarse en la misma planta de hospitalización. El objetivo, según destaca el director de esta unidad del Hospital Universitario Virgen del Rocío, José Luis Gutiérrez, es atender a entre 25 y 30 pacientes al mes con un mayor grado de confortabilidad, adaptándose a las rutinas de los propios pacientes y sus familiares y manteniendo las garantías de una asistencia de calidad.

Entre ellos, se encuentran las personas frágiles que esperan algún tipo de actuación quirúrgica en la cavidad bucal. Por ejemplo, quienes presentan un síndrome metabólico severo de alto nivel de complejidad, un trastorno severo de su coagulación o toman un tratamiento inmunosupresor por haber recibido un trasplante. La idea es poder ofrecerles una atención especializada, concentrada en el tiempo y eficaz a la vez que ágil, para que interfiera lo menos posible con sus otros problemas de salud.

El segundo grueso de pacientes que se beneficia del Hospital de Día es el que padece un traumatismo facial de baja energía cinética. Dicho de otro modo, los accidentes de tráfico y otros agentes traumáticos generan una transmisión de energía cinética al lecho traumatizado, que se mide según su capacidad de impacto, superficie de contusión y velocidad, que suelen ocasionar un daño físico importante. Sin embargo, el prácticamente la mitad de los traumas en la cara que ven los profesionales en las Urgencias del Hospital de Rehabilitación y Traumatología responden a agresiones físicas de baja energía cinética, que producen fracturas óseas de distintos grados pero con un mínimo desplazamiento de los huesos.

En estos casos, los profesionales realizan un seguimiento del paciente mientras deciden si el problema precisará actuar quirúrgicamente, que tradicionalmente requería la permanencia del paciente ingresado varios días. Sin embargo, gracias a la disponibilidad del Hospital de Día, este seguimiento se realiza de manera ambulatoria y, en el caso que se decida intervenirlo, accede al hospital de manera directa a través de su hospital de día, siendo frecuente darle el alta en el mismo día.

El tercer grupo objetivo es el de pacientes con algún tipo de discapacidad física o de retraso madurativo que pasan por un proceso infeccioso odontológico que requiere actuación diagnóstica o terapéutica en el ámbito hospitalario. Habitualmente, estos pacientes presentan dificultades incluso para el diagnóstico de su padecimiento bucal y requieren, por este motivo, alguna analgesia o anestesia general de manejo hospitalario . Así, en el Hospital de Día se les facilita estar acompañados por sus familiares en un entorno más agradable que la hospitalización en cama tradicional antes de entrar en quirófano y, en un acto único, pueden ser explorados e intervenidos.

A su salida del área quirúrgica, vuelven a estar junto a sus familiares hasta que se les pasa el efecto de la anestesia y superan un breve periodo de observación sin incidencias. Entonces, pueden regresar a su domicilio con su problema de salud resuelto en el mismo día.

Hasta la fecha, tantos los pacientes frágiles como los que padecen algún tipo de discapacidad o un traumatismo de baja energía cinética tenían que permanecer ingresados en el hospital simplemente para observar la evolución de su proceso y la ausencia de complicaciones hasta que se programaba la intervención o se completaba el postoperatorio.

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