LOTERÍA DE NAVIDAD

Lebrija, el Sancta Sanctorum de la alegría

Los agraciados celebran el quinto premio con una tremenda fiesta flamenca en el Bar Bocho, que ha sido el punto de encuentro

Los agraciados celebran el quinto premio Vídeo: María José Morón / Foto: J.M.Serrano

ELENA MARTOS

Lebrija ha estallado en abrazos cuando el 37.872 ha salido del bombo. Un quinto premio, vendido íntegramente en la localidad, que le ha endulzado las fiestas a casi un millar de familias. El número de la hermandad de Los Gitanos ha traído la suerte a la barriada Blas Infante, que se ha convertido en el «Santa Sanctorum» de la alegría. El punto de encuentro ha sido el bar Casa Bocho , ubicado en el centro de un entramado de calles y escaleras al que costaba llegar.

Desde que se ha conocido la noticia, devotos del Ecce Homo y vecinos del barrio se han concentrado en el popular establecimiento, que ha agotado las reservas de cava. La llegada de Juan Diego Carrasco , miembro de la junta de gobierno y encargado de la lotería de la hermandad, ha marcado el inicio de la fiesta. Él mismo lleva dos décimos y no ha podido contener la emoción cuando se le preguntaba. « Hemos vendido 950, nada menos que 950 », ha repetido ante las cámaras de televisión. «También hemos hecho 75 participaciones, con lo que está más repartido todavía».

A los agraciados les corresponde algo menos de 6.000 euros, con la retención de Hacienda , pero lo han celebrado como si se tratara del mismísimo gordo. «No creo que lo pudiéramos celebrar más», ha admitido, sin dejar de dar abrazos a todo el que se lo ha requerido. Pocos minutos después se ha unido a la fiesta una cuadrilla de obreros que trabajan en el nuevo centro comercial de Palmas Altas, en Sevilla. Entre ellos está Ángel Vargas , sobrino de Juan José Varg as, hermano mayor de la cofradía, que no ha podido celebrarlo en casa por motivos laborales.

Dos de las premiadas se abrazan J. M. SERRANO

El joven ha explicado a ABC que llevan 20 décimos entre toda la familia. «Somos 14 hermanos y todos hemos comprado este año. Es una alegría enorme», ha admitido poco antes de arrancarse a bailar. Otro de sus compañeros es Antonio Peña , que se moría por darle un beso a su mujer, Luisa Vagas , que lo esperaba en el bar Bocho. «Llevamos un décimo y todo se lo va a quedar él», ha asegurado señalando a su bebé de siete meses, el primero de la pareja. «Yo sabía que este niño venía con un pan debajo del brazo», admitía la orgullosa abuela, que acompañaba esta mañana a su hija para reunirse con el resto de los vecinos. También ella se lleva un pellizquito de este quinto premio que le ha alegrado la Navidad a todo el municipio.

«Está muy repartido y le ha tocado a gente que le hace mucha falta. No creo que haya una sola familia que no vaya a recibir algo», calcula Manuela Ag uilera. La otra abuela, la paterna, la mira con incredulidad: «pues a mí no me ha tocado, pero como si llevara un décimo. Esto es una alegría muy grande», ha admitido Ignacia Rodríguez a ABC.

A pocos metros María Valencia se cierra la chaqueta y rechaza el vaso de vino que le ofrecen. «Estaba aquí esta mañana, pero me he ido casa porque tengo gripe y me encontraba mal. Cuando he llegado lo he visto por la tele y me he tenido que volver. Yo creo que del subidón se me ha pasado y todo», ha asegurado. El dinero le llega con la compra de Nochebuena y los Reyes todavía pendientes . «¡Qué Navidad nos vamos a pegar!», ha sentenciado, junto a su vecina Antoñi, que se teme que «habrá que guardar un poquito para tapar algunos agujeros».

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