Las Setas de la Encarnación, con la Giralda al fondo
Las Setas de la Encarnación, con la Giralda al fondo - J.M. Serrano

Jürgen Mayer reclama al Ayuntamiento los derechos de imagen de las Setas

El arquitecto se acoge al contrato, en el que Monteseirín no reservó la explotación intelectual de la obra a favor de la administración pese a pagar más de cien millones por ella

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Los derechos de imagen de las Setas de la Encarnación no fueron reservados a favor del Ayuntamiento o, en su caso, de la empresa que explota este espacio, Sacyr, cuando Monteseirín firmó el contrato para su adjudicación y construcción, por lo que el autor del proyecto, el alemán Jürgen Mayer, reclama las cantidades que por este concepto le corresponderían cada vez que se usa la imagen del Metropol Parasol con fines lucrativos. Es decir, después de una inversión pública de más de cien millones de euros, el beneficio que genera el uso de las Setas para «merchandasing» y explotación intelectual de la obra no se queda en Sevilla. ABC ha podido confirmar que Mayer lleva desde el año 2013 reclamando estos derechos, a través de cartas enviadas por sus abogados, a quienes usan la imagen de la Encarnación en camisetas, souvenirs o actos institucionales.

De hecho, el propio Ayuntamiento ha recibido esta reclamación en varias ocasiones por utilizar las Setas para sus campañas de promoción turística en el extranjero. Y lo mismo le ha ocurrido a Sacyr, promotora a la que el arquitecto exige los beneficios obtenidos con cualquier acción en la que se emplea el diseño proyectado por él.

Mayer defiende que los derechos son suyos porque nunca los ha transferido al Ayuntamiento de forma expresa en ninguno de los contratos que firmó. Tras ingresar 90.000 euros por ganar el concurso de ideas al que se presentaron 65 proyectos, el arquitecto berlinés rubricó un contrato por el que percibió cinco millones de euros en concepto de honorarios. En ese documento, el Ayuntamiento no hizo la menor indicación expresa sobre la futura explotación intelectual de la obra, una cláusula que suele incluirse de manera habitual en estos acuerdos y que, sin embargo, en aquel caso se obvió. Posteriormente, a la hora de afrontar la construcción de este polémico proyecto, que ni siquiera contaba con un plan de ejecución técnico, el gobierno de Monteseirín adjudicó la obra a Sacyr con la condición de que tenía que contratar como director de la misma también a Mayer, razón por la que el arquitecto percibió otra importante cantidad. Pero en ese punto de la historia tampoco se reflejó para quién serían los citados derechos de imagen, por lo que, según defiende ahora Mayer, siguen siendo suyos.

Lo único que se salvó fue el derecho a rodar anuncios y películas por parte de Sacyr en el contrato de explotación de las Setas que se firmó antes de su inauguración. Este documento recoge el tiempo de concesión del Ayuntamiento a la constructora y las fórmulas a través de las que ésta obtendría sus beneficios, algo que hizo el gobierno de Monteseirín sin haberse asegurado con anterioridad la explotación de la imagen del proyecto exigiéndole la renuncia a Jürgen Mayer a favor de la administración pública.

En consecuencia, el arquitecto alemán lleva dos años exigiendo cobrar los beneficios que genera el Metropol Parasol acogiéndose a la normativa de derechos de propiedad intelectual que está vigente a nivel europeo y que se aplica íntegramente en España. Según este marco jurídico, los derechos de imagen pertenecen al autor de una obra siempre que en el contrato no se transfieran al promotor. De momento, Mayer se ha limitado a exigir lo que en su opinión le corresponde por medio de cartas y burofaxes que llevan la firma de sus abogados. Pero en estos documentos aclara que se reserva las acciones legales que estime oportunas. La cuenta de las Setas, por tanto, sigue abierta.

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