El municipio almeriense de Arboleas se ha convertido en objeto de deseo dentro de la tercera edad británica que busca un lugar tranquilo donde pasar su retiro. De los 4.670 empadronados 2.670 (57,19%) son naturales del Reino Unido, la mayor tasa de España. Se da la circunstancia de que este pequeño pueblo, que hasta hace poco más de una década tenía como principal actividad económica la agricultura y la ganadería, se ha transformado en un pueblo de servicios para atender la demanda de la población extranjera, principalmente, y que ya representa el 66,42% del total de los vecinos.
«Gracias a la llegada de esta masa de gente de centro Europa, Arboleas ha cambiado de forma radical», lo dice su alcalde, el socialista, Cristóbal García, quien precisa que «hemos sufrido el mayor cambio de nuestra historia».
El inglés se ha convertido en el «segundo idioma del pueblo» y su habla se ha generalizado en bares, comercios y hasta en el propio Consistorio, donde los dos tenientes de alcaldes y un tercer edil son británicos y se ha creado la Concejalía de Atención al Ciudadano que «básicamente se gestiona en inglés».
El mayor reto al que se enfrenta el Ayuntamiento es «gestionar una comunidad compuesta por más de 3.000 pensionistas extranjeros». Y es que, en el pueblo «en lugar de haber mil niños hay 3.600 jubilados». García hace hincapié en que «este es uno de los retos más importantes a los que me estoy enfrentando como alcalde», cargo en el que acumula ya 26 años. Durante todo ese tiempo el primer edil ha ido viendo la evolución que iba sufriendo su localidad. El boom de la construcción animó a muchos ciudadanos extranjeros a invertir la mayor parte de sus ahorros en la comarca del Almanzora. Se les ofrecían viviendas unifamiliares en urbanizaciones diseñadas para ellos donde poder disfrutar de tranquilidad y muchos días de sol, además de la proximidad del mar y campos de golf.
Se convirtieron en compradores de buena fe a promotores que adolecían de ella. La aprobación de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) provocó que de la noche a la mañana la tranquilidad de esta comunidad, fundamentalmente británica, se transformara en pesadilla. En localidades vecinas como Vera o Cantoria se comenzaron a derribar por orden judicial viviendas consideradas ilegales. Los recientes cambios efectuados a la LOUA va a permitir que la mayoría de las 15.000 casas fuera de ordenación queden perfectamente regularizadas. Esto les ha permitido volver a respirar tranquilos, que una vez más la incertidumbre se cierne sobre ellos. Ahora la preocupación no es la LOUA, sino el Brexit.
«No sabemos el futuro que tendremos porque se avecinan nubarrones», reconoce el alcalde, que advierte de que «hay un cierto temor en la población británica sobre la pérdida de derechos sociales como ciudadanos europeos, eso es la clave, para nosotros va a ser un problema grande porque hoy día Arboleas sin esta gente no sería nada o sería muy poco». Y es que en los últimos años el municipio ha registrado un incremento de negocios puestos en marcha tanto por ciudadanos del pueblo como de municipios vecinos. A ello se suma el hecho de que «las costumbres han ido cambiando y se van mezclando».
Por ello, una de las tareas en las que el Ayuntamiento redobla esfuerzos es en la integración. La población inglesa cuenta con asociaciones de tipo cultural, animales, sanitarias, … «Tienen sus agrupaciones de bailes típicos, sus mercadillos, en las fiestas principales hemos incluido conjuntos musicales, un día prácticamente dedicado a ellos, donde todo es en inglés», lo que se pretende, según García, es «compaginar las dos culturas de manera que se cree un ambiente agradable y muy interesante». Además, «hemos intentado que la población no forme guetos al margen de los españoles». Lo que ha permitido «una integración equilibrada, en la que nadie se siente discriminado ni acomplejado».
Los ingleses han transformado la vida de este pequeño pueblo tanto que hasta los mítines en las campañas electorales hay que hacerlos en inglés o con traducción simultánea. Unos cambios que influyen en todo. Por ejemplo, la planificación de centros sociales ha dado un giro de 180 grados. «Ya no podemos hacer un club de pensionistas normal de 200 metros cuadrados; estamos proyectando un centro de mil metros cuadrados». El primer edil no se esconde a la hora de desvelar que las arcas municipales han constatado un notable incremento de los ingresos «gracias a los impuestos locales», que están «repercutiendo en inversiones por todas las barriadas, tenemos unos 20 núcleos urbanos». Y para hacer todo más fácil el Ayuntamiento ha puesto en marcha una empresa de telecomunicaciones con las que a través de red wifi y en banda ancha internet llega a todos los rincones del término municipal.
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