MARATÓN SEVILLA 2018

Javi Guerra y el Zurich Maratón: «Espero que Sevilla, como Londres, sea también mi ciudad talismán»

El mejor maratoniano español del momento tiene en mente el Europeo de Berlín, pero antes quiere dejar su impronta mañana en la cita hispalense

Presentacion oficial del Maraton de Sevilla JUAN JOSE UBEDA

SERGIO ÁVILA

Desde que cambiara la pista por la ruta, casi todo han sido parabienes para Javi Guerra, Segovia, 1983), la actual referencia española en el fondo, con la excepción de los Juegos de Río, que se perdió estando ya en Brasil por culpa de una tromboflebitis. Suma ocho maratones en su trayectoria, desde 2013, cuando debutara en la prueba proclamándose campeón de España en La Coruña. Hoy, este doble campeón nacional del medio maratón con el billete ya agarrado para el Europeo de Berlín, en agosto, quiere pisar con fuerza en Sevilla, tirando de la carrera junto al grupo de africanos, sin complejos, y trasladando a los 42 kilómetros que hizo célebres Filípides el gran momento que evidenció hace unas semanas en la media de Granollers (1.01.38).

¿Llega a Sevilla en el mejor momento de forma de su carrera?

Le puedo decir que sí, tanto por las sensaciones en los entrenamientos como por las últimas competiciones. Todo augura que estoy en mi mejor momento, sobre todo a raíz de la media en Granollers, donde mejoré mi mejor marca en cuarenta segundos. Las últimas semanas también han sido muy buenas, así que me planto en la línea de salida en un gran estado de forma.

¿Cree que puede bajar mañana de los 2.09.33, su mejor marca en maratón?

Creo que sí. Sevilla reúne grandes requisitos para hacer una gran marca. La organización ha apostado por una carrera para lograrlo y el circuito es totalmente llano. Ahora sólo hay que esperar que el día acompañe y las condiciones metereológicas sean buenas. Esto último no se puede controlar.

¿Se plantea un crono de 2.08?

No, no, no me planteo ningún objetivo concreto. Ponerse ese límite puede ser algo negativo. Si los ritmos marcados se cumplen, el objetivo se puede conseguir. No es bueno marcarse objetivos a nivel de marcas porque, al final, de este modo, lo que estás haciendo es ponerte límites.

Le gustaría estar en carrera con el grupo de africanos.

Sí, ésa es la idea también por parte de la organización. Por la información que nos han dado, nos invitan a ello y hay que aprovechar la oportunidad de ir con ellos la mayor parte del tiempo que sea posible, como en Granollers. Esto hace que el gasto energético sea menor porque no es lo mismo ir refugiado en un grupo que en solitario. En este sentido, es algo beneficioso.

Las liebres cobran en este tipo de carreras un papel muy relevante.

Sí, efectivamente, es un trabajo importantísimo por parte de la organización. Se está viendo que, para los grandes maratones, llevar a grandes atletas que vayan marcando el ritmo es algo muy positivo para los resultados. Y Sevilla, en este sentido, lo está haciendo muy bien en los últimos años.

Ya que es su primera vez en Sevilla, ¿ha podido hablar con otros compañeros de cómo es el circuito, sus virtudes y dificultades?

Sí, sobre todo he hablado con Jesús España, que es amigo mío. Él ha corrido dos veces en Sevilla, en una de ellas hasta el kilómetro 21, y me ha dicho que es un circuito de grandes avenidas, muy llano, prácticamente sin dificultades y con mucha animación. Eso me anima porque sé que se puede correr fuerte y llevar un gran ritmo de carrera durante prácticamente los 42 kilómetros.

Que tenga catalogación de Campeonato de España en esta ocasión le dará más atractivo a la carrera.

Sí, como pasó hace dos años, el nivel de captación y atención es mayor si cabe. Si ya de por sí es importante, siendo Campeonato de España y habiendo además plazas en juego para el Europeo de Berlín, va a cobrar mucha más relevancia y habrá puestas muchas miradas este domingo en Sevilla.

¿El objetivo que se proponga para Berlín dependerá de las sensaciones y el resultado que haga aquí?

Puede ser una consecuencia, sí. Todo lo bueno que salga es un chute de confianza extra de cara a esa prueba, pero ya sólo las sensaciones de la preparación me dan energía y motivación. Si se logra, además, un gran resultado, las dosis de confianza van a ser todavía mayores para esa cita en agosto. Espero poder ratificarlo y que me dé la energía necesaria para Berlín.

Le gustaría estar en las medallas tras el cuarto puesto en 2014.

Evidentemente me gustaría, pero cada vez el nivel es mayor y se está viendo que los europeos están corriendo muchísimo. El noruego Moen lo ha hecho en 2.05, los nacionalizados en 2.08 y 2.09… el nivel será muy alto, pero al final se trata de llegar ese día al cien por cien. Para ello trabajaré y lucharé, para estar ese día en las mejores condiciones, sacar a relucir mi estrategia y ver que se puede estar luchando por las medallas consiguiendo el mejor resultado posible. Fui cuarto hace cuatro años y ojalá esté en esa disposición.

¿Le ayudaría a sacarse la espina de los Juegos de Río o hasta Tokio 2020 eso le será imposible?

Voy sacándome la espina competición a competición, sabiendo que he podido superar ese momento tan duro, que voy mejorando y conquistando marcas personales. Pero sí es verdad que, hasta que no llegue Tokio 2020, me vea allí y pueda disfrutar de los Juegos Olímpicos, esa espina estará presente. Todo lo que estoy logrando desde que superé el problema está siendo un chute de energía tremendo. Hubo momentos en que pensé que no sabía si podría volver a hacer deporte de alto nivel.

El golpe más duro de su carrera.

Sí, el más duro por todo, por cómo fue, por la trascendencia de la lesión, algo sanguíneo y peligroso para la salud. Y luego, aparte, un palo deportivo enorme. El sueño de cualquier deportista es estar en la villa olímpica y ver que tienes que volverte sin competir es algo muy duro. Pero me ha servido para aprender mucho, para ser más fuerte si cabe y, sobre todo, para relativizar y saber que hay más cosas que el deporte, una vida más allá.

La parte mental en el deporte de elite es clave. Pero, si cabe, ¿lo es más aún en un corredor de fondo?

Sin duda. Siempre lo digo, que el maratón es una prueba mental y quien no tenga una fuerte mentalidad, lo acabará pagando de un modo u otro. Llevo trabajando mucho tiempo con Pedro Luis Gómez, un amigo de confianza, en sesiones muy exigentes desde 2011 en las que tratamos de tenerlo todo muy controlado a nivel mental. Durante más de dos horas hay que tener muy claros todos los conceptos y pensamientos que van apareciendo en la competición.

En esa faceta comienza a trabajar a su salida de la Blume.

Sí, tenía muchas crisis de ansiedad y confianza cuando se acercaba una gran competición, así que empecé a trabajar con él y, comenzando desde muy abajo, he ido creciendo, superándolo. Ahora me encuentro en un gran momento de forma a nivel mental.

Dejó la pista, se pasó al maratón y esta prueba le cambió la vida.

Sin duda. Necesitaba ese punto de inflexión, fue llegando poco a poco, hasta que en 2013 lo decido y gano el Campeonato de España de La Coruña. En este sentido, fue el cambio más importante de mi vida. Vi que tenía posibilidades en una prueba tan dura.

Suma ya ocho maratones. ¿Cómo valora esta nueva etapa?

Muy positiva, en el sentido de que ido mejorando, consiguiendo grandes retos y puestos internacionales en europeos y mundiales. He estado en sitios como en Londres y Tokio entre los diez mejores. En ese sentido, el maratón me lo ha dado todo.

Y Londres se ha convertido en su ciudad fetiche.

Sí, sin duda, Londres me ha traído la marca personal, también estar entre los diez primeros el año pasado y en el top-20 en un Mundial. Espero que mañana Sevilla se convierta también en mi ciudad talismán. En Itálica he tenido grandes actuaciones y seguro que voy a tener un gran recuerdo.

¿Seguirá compaginando el cross con la ruta en los próximos años?

Hasta que el cuerpo responda. Me encanta el cross, siempre me va a acompañar. A los maratonianos nos viene muy bien para coger mucha resistencia y fuerza. Es un complemento perfecto para trasladarlo a la ruta.

¿Ser la referencia en el fondo español le supone más responsabilidad, orgullo, más presión o una mezcla de todo?

Todo un poco, pero más que nada, un orgullo. Desde que debuté en la distancia, ser el primero en el ránking ha sido algo muy positivo que me ha ido reforzando y, sobre todo, he ido asumiendo más responsabilidad a la hora de hacer buenas actuaciones. Por ejemplo, fui el único español que llegué en el último Mundial y, quieras que no, cosas así te hacen sentir orgulloso.

¿Ve factible que alguien pueda bajar de las dos horas en maratón?

En un maratón comercial, como los de Londres o Berlín, va a ser complicado. Kipchoge estuvo cerca de la marca, pero al final no pudo bajar del 2.03, y lo de Monza fue algo virtual porque se corrió con muchas facilidades, nada reglamentario. En los majors va a tardar tiempo en realizarse.

Tendrá un pique sano con su entrenador. Lo tiene a tiro en marcas tanto en la media como en maratón…

Sí, Antonio siempre me lo está diciendo. Es el primero que quiere que lo consiga, lo está deseando. El otro día, en Granollers, me lo dijo, nada más cogerle el teléfono, que me había quedado a ocho segundos. Es un pique sano y estará orgulloso cuando lo consiga.

Va ser muy especial lo de Sevilla con la presencia de otros compañeros como Jesús España.

Poder correr con atletas como Jesús, que siempre han sido un espejo en el que mirarme, es un lujo. Le deseo todo lo mejor, que logre la mínima para Berlín, que es donde quiere despedirse.

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