La familia del sevillano preso por error denunciará su «detención ilegal»

La familia de David Algaba Sánchez, el sevillano de 41 años que se llevó ocho días en prisión acusado de un robo violento que se produjo en Barcelona el pasado 8 de agosto y que él nunca pudo cometer porque ese día estaba en Sevilla, ha puesto el caso en manos de un abogado para denunciar una presunta detención ilegal, aparte de reclamar daños y perjuicios por esta «injusticia como una catedral».

«Alguien tiene que responder por todo lo que ha tenido que pasar David. No se puede jugar con algo tan sagrado como la libertad de una persona que ha acabado muy afectada, hasta el punto de que no quiere ni asomarse a prisión a recoger sus cosas, por lo dolido y asustado que está de haberse visto pagando como el peor criminal por algo que no hizo», subraya Concha, sobrina y portavoz de los allegados, que confían en que el excarcelado vuelva a la normalidad.

No parece que vaya a ser tarea difícil. «Para empezar, tiene que resolverse todo este problema, que quede claro que él es inocente total», subraya la familia, al tiempo que enfatiza que él ya pagó «con creces y con más cárcel que nadie» por una serie de hurtos «sin ninguna violencia, lo que hace más inexplicable que la juez de Guardia lo mandara a prisión alegando que había que evitar que volviera a robar en Barcelona, viviendo como vive en Sevilla, y que así se aseguraba que iría a juicio. ¿Se va a fugar un inocente al que habéis cogido yendo a renovar el DNI?», cuestiona.

Anímicamente David Algaba da muestras de estar muy tocado. «Es que él estaba rehaciendo su vida y ahora es consciente de que la gente con la que se cruzaba a diario está ya al tanto de su historia: de que estuvo en el pasado en la cárcel y que ahora lo han vuelto a meter. Y aunque haya sido por un error judicial, muchos se quedarán con eso, y no hay injusticia más grande para alguien que estaba ya reinsertado».

La familia se confiesa además dolida con el tratamiento recibido por parte de las autoridades. «Cuando llamamos a comisaría para saber si lo tenían en los calabozos, nos contestaron que estaba allí “divinamente”, cuando en realidad David no paraba de llorar. También nos dijeron que seguro que salía libre por la tarde, pero lo llevan ante la juez y ésta le manda directamente a la cárcel y, según los periódicos, se va de vacaciones. Y ya, para remate, se lo llevan a Córdoba justo antes de dejarlo libre... Si no nos enteramos nosotros de que lo habían soltado allí, se pasa la noche durmiendo al raso. Ha sido de vergüenza», claman.