«Interior», «Campana» y «Patio», los tres grabados de Carmen Laffon para colaborar con Madre de Dios
«Interior», «Campana» y «Patio», los tres grabados de Carmen Laffon para colaborar con Madre de Dios - ABC

El convento de Madre de Dios protagoniza la exclusiva carpeta «Lugares de Paz y Oración»

La pintora Carmen Laffón, el vicario general, Teodoro León; el poeta Juan Lamillar y el catedrático emérito Teodoro Falcón han colaborado con esta iniciativa de la Orden de San Clemente, a beneficio del cenobio

Sevilla Actualizado: Guardar
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Madre de Dios de la Piedad es este año el convento elegido para protagonizar el IV capítulo de «Lugares de Paz y Oración», obra artística y benéfica que abandera la Orden de Caballeros de San Clemente y San Fernando que se ha convertido en joya de coleccionista.

La edición, qué será presentada el próximo 2 de diciembre en la sede de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, ha contado con las firmas de la pintoraCarmen Laffón, con su plasmación del cenobio en tres grabados; del vicario general de la Archidiócesis, Teodoro León, que ofrece un acercamiento a la espiritualidad del convento dominico y a Sor Bárbara de Santo Domingo; del escritor Juan Lamillar y su mirada poética de la clausura, y del catedrático emérito de Historia del Arte Teodoro Falcón, que se adentra en los anales, los personajes, el patrimonio y el arte que conserva el enclave de monjas dominicas, cuya Orden celebra este año su octavo centenario.

La Orden de San Clemente, como es tradicional y ya hizo con los tres números anteriores, edita exactamente 250 carpetas exclusivas del capítulo dedicado a Madre de Dios, con cuya venta se obtienen beneficios que revierten directamente en el cenobio, tan necesitado de ayuda. A pesar de tener las declaraciones de monumento Histórico Artístico y de Bien de Interés Cultural, el convento, gran olvidado de las administraciones, sigue con la iglesia clausurada por desprendimientos y tiene zonas apuntaladas, especialmente el Palazuelo, donde se hospedaba Isabel la Católica, gran benefactora de las dominicas, y la Casa del Capellán.

El presidente-regidor de la Orden, Antonio María González-Pacheco y Vázquez, escribe en su deliciosa y profunda presentación de la presente carpeta: «Y cuando entras en el Monasterio de Madre de Dios saboreas la sabiduría evangélica y tu espíritu se ilumina como esa luz intensa del mediodía en Sevilla, en toda su plenitud».

Hortus Conclusus

Huerto cerrado, Hortus Conclusus, a esa percepción trasladan los tres grabados de la pintora Carmen Laffón, medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes, académica numeraria de San Fernando, entre otras muchas distinciones. «Interior», «Patio» y «Campana», a grafito y sanguina con breve toque de verde o azul, llevan con la sensibilidad y delicadeza de Laffón a penetrar levemente, casi de puntillas, en la intimidad conventual, bocentando el silencio sin perturbaciones de espacios solitarios pero llenos de la espiritualidad monacal, la de estas religiosas que la pintora conoce y trata.

En la carpeta de Madre de Dios se incluyen los tres grabados digitales de Carmen Laffón, replicados sobre soporte de fibra de algodón. Los ejemplares, únicos y consecutivos están firmados y numerados por la propia autora y están marcados con el sello a golpe seco de la Orden de San Clemente, que incluye en la edición un certificado de autentificación.

«Escuela de santidad», apellida su artículo el vicario general y deán de la Catedral Teodoro León, que fue postulador diocesano de la causa del Padre Torres Padilla —cuyo proceso diocesano se cerró en mayo de este año—, mentor de Santa Ángela de la Cruz y también de Sor Bárbara de Santo Domingo. Es la figura de la conocida como la «Hija de la Giralda» quien el sacerdote reivindica fundamentalmente en su colaboración sobre este convento.

Teodoro León invita al lector a acercarse a la vida espiritual del cenobio, «especialmente a través de la vida de la Sierva de Dios Sor Bárbara de Santo Domingo», a quien «sus escritos y su fama de santidad la colocan como una de las grandes místicas» del siglo XIX en Sevilla, «estando en la actualidad en proceso de canonización». El vicario general también recuerda la fama de escuela de santidad del enclave dominico, con varias religiosas «muertas en olor de santidad», como Sor María de la Corona y Sor Isabel de la Columna (siglo XVI), Sor Francisca de la Cruz Celarain y Sor Beatriz de la Corona (siglo XVII), o Sor Giomar de la Cruz y Sor Mariana de Santa Rosa (siglo XVIII). Igualmente se refiere a enterramientos famosos, como de tres biznietas de Colón; de la esposa y una de las hijas de Hernán Cortés, Catalina de Santo Domingo, que fue religiosa en el cenobio, o de Sor Francisca de Santa Rosa, hija de Murillo, que también profesó en Madre de Dios.

El «Oydor»

Precisamente, uno de los enterramientos, el de Diego Venegas, cuya lauda sepulcral en relieve se halla en la calle central la iglesia conventual, da pie a Juan Lamillar para trazar un poema dedicado al que fue primer «Oydor de la Casa de Contratación de Sevilla, jues de las Averías y del Nuevo Rezado, Comisario de las Bullas de Yndias...», como reza en la sepultura. Los versos de Lamillar cierran el tríptico que dedica a Madre de Dios, en el que juega con la arquitectura, el laberinto de la clausura y la religiosidad doméstica de los pequeños detalles y la importancia de su patrimonio inmerso en sus anales y sus personajes en un paseo de prosa poética por sus azoteas y su visión del perfil del cielo sevillano, por la casa y el templo y por la fabulación de las estampas exóticas llegadas del recién descubierto Nuevo Mundo, hito en ebullición en los tiempos en los la Reina Isabel la Católica concedió a la comunidad unas casas confiscadas a los judíos en la collación de San Nicolás.

Nadie mejor para recorrer la historia y el patrimonio artístico conventual que Teodoro Falcón, quien ha sabido condensar los casi cinco siglos y medio de las dominicas de la calle San José, que comenzaron su andalura en un beaterio. El catedrático sitúa en el marco histórico a los protagonistas de la génesis de Madre de Dios, describe el edificio y su espléndida iglesia, que posee la más importante armadura mudéjar de Sevilla, y las obras de arte sacro que contiene, sin olvidar los usos que ha tenido la mayor parte del edificio primitivo desgajado del cenobio a partir de la revolución de 1868, que ocupó primero la Escuela Libre de Medicina y Cirugía. Recuerda también el incendio anticlerical que en el 1931 afectò a la parte universitaria del edificio, con el que se perdió el antiguo refectorio. La zona fue Escuela de Comercio, de Estudios Empresariales y Facultad de Ciencias del Trabajo. Hoy está ocupada por el Cicus.

En definitiva, la carpeta es una oportunidad única de aproximarse a Madre de Dios, porque conocer su historia y sus protagonistas propiciará que queramos mantener su presente y asegurar su futuro.

Hoy, misa por Sor Bárbara

En este sentido, las dominicas celebran hoy, a las once de la mañana, una misa por el 144 aniversario de la muerte de Sor Bárbara de Santo Domingo, ocurrida en noviembre, de 1877, La presidirá el vicario general de la Archidiócesis, Teodoro León, en el salón que lleva el nombre de la Sierva de Dios y al que se accede desde la entrada del torno. No olviden que es, además, una oportunidad para adquirir las exquisitas especialidades de repostería conventual que elaboran las monjas.

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