Jesús Cereceda, con uno de los informes médicos presentados en la causa
Jesús Cereceda, con uno de los informes médicos presentados en la causa - VANESSA GÓMEZ

Condenado un centro de Los Remedios por los daños que sufrió un usuario de electroestimulación

Jesús Cereceda padeció rabdomiólisis severa, estuvo hospitalizado siete días y hasta pasado un mes no pudo retomar su ritmo de vida habitual

SEVILLA Actualizado: Guardar
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A Jesús Cereceda casi le cuestan la vida los 20 minutos que empleó en la primera y única sesión de electroestimulación que recibió en un centro de Los Remedios. Pero, ahora, el Juzgado de Primera Instancia 25 de Sevilla ha condenado a la empresa a indemnizar a este vecino de Triana por los daños y perjuicios sufridos con la cantidad de 2.461,70 euros, además del pago de las costas procesales causadas, después de quedar «suficientemente acreditados los hechos en los cuales se sustenta la demanda».

Un requerimiento que Jesús Cereceda interpuso después de estar treinta días de baja -siete de ellos ingresado en el hospital Sagrado Corazón de la capital- a causa de la rabdomiólisis severa que padeció como consecuencia de dicha sesión.

El afectado, de 47 años, sin patologías previas y que confiesa practicar deporte de manera habitual, se sometió a la primera sesión (previa a otras doce que contrató) el 11 de septiembre de 2015. Lo hizo tras pasar por el mismo centro su esposa, sin que ésta experimentase, a priori, ningún efecto secundario en su salud.

Aunque, tal y como recuerda el Colegio de Médicos de Sevilla, «ser un usuario joven no garantiza la inmunidad a este tipo de patologías (renales, endocrinas o miopáticas)» tras realizar actividades como la electroestimulación.

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En la sentencia queda recogido que Jesús «no recibió información adecuada sobre los riesgos» que entrañaba esta práctica por parte del monitor que lo atendió. «Se limitó a un escueto test y, seguidamente, me colocó un chaleco y cintas en los bíceps y cuádriceps, con cables conectados a una máquina. Media hora después de finalizar la sesión continué sudando muchísimo, con la sensación de tener la tensión baja», señala el afectado, quien cuenta que su situación se agravó transcurridas 48 horas. «A la mañana siguiente me levanté con unas agujetas muy fuertes, y dos días después no podía moverme de la cama. Tenía un intenso dolor en piernas y glúteos».

El 13 de septiembre, Jesús ingresó en el hospital sevillano con los niveles de creatina-fosfocinasa (CPK) elevados. Así, si los valores normales se sitúan entre los 0 y 190 microgramos por litro de sangre, Jesús tenía 191.300. El diagnóstico fue rabdomiólisis severa, una enfermedad producida por una descomposición del tejido muscular que provoca la liberación a la circulación de diversas sustancias que los riñones deben depurar, pudiendo causar daño renal.

«La doctora que me atendió en Urgencias me comentó que esos niveles correspondían a la práctica de deportes extremos. Como si una persona no preparada corriese el maratón o realizara rafting durante dos horas», puntualiza Jesús, que permaneció hospitalizado hasta el 20 de septiembre de 2015.

Prosiguió con la baja médica en su domicilio, donde bajo prescripción médica guardó tres semanas más de reposo absoluto. Las agujetas fueron desapareciendo paulatinamente y, pasados 30 días desde su hospitalización, retomó su ritmo de vida.

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Ante todo esto, el juez considera concluyentes las pruebas presentadas por la parte demandante, donde se incluyeron los partes médicos así como la declaración testifical de un facultativo del hospital Quirón Sagrado Corazón en el que confirma la «evidente relación entre la sesión de electroestimulación recibida por el demandante y el síndrome de rabdomiólisis severa» que sufrió Jesús. Asimismo, el doctor indica que este vecino de Triana no fue el primero que acudía al hospital con este cuadro clínico: «Hemos tenido cuatro pacientes con este síndrome después de haberse sometido a sesiones con chalecos de electroestimulación».

Por esto, el Juzgado condena a la empresa de Los Remedios a indemnizarlo con la cantidad de 2.461,70 euros, lo reclamado por Jesús por los días que estuvo ausente de su trabajo y por «daños morales como consecuencia de la angustiosa situación soportada».

Peligro especial

El Colegio de Médicos de Sevilla ha alertado sobre el «peligro especial» que suponen este tipo de actividades y recomienda a los usuarios que consulten previamente a su médico antes de someterse a éstas, acudiendo siempre a centros especializados con garantías suficientes para el desarrollo de las mismas y con supervisión por personal sanitario, «y que ante cualquier indicio de dolor muscular u oscurecimiento de la orina, interrumpan el procedimiento y consulten de inmediato al médico», afirman.

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